Luego de aquella visita desagradable por parte de Hoseok, Kim bebía mientras ignoraba los llamados de Jimin, quien deseaba poder ayudar a Taehyung que le había llamado alterado minutos atrás sobre la visita de Hobi, recordando el abandono de su madre.
Se encontraba encerrado en su habitación, observaba su reflejo frente al gran espejo; imágenes borrosas veía en el mismo objeto, todas iban relacionadas con su madre y sus constantes maltratos.
— No tienes una idea de cuanto te aborrezco, por tu culpa me tuve que casar con el idiota de tu padre — resoplaba aquella voz dulce, llena de odio hacia el pequeño de seis años — ojala no vivieras, sería mucho más feliz. Te odio, Taehyung.
— Yo también te odio mamá — repitió mientras su llanto le consumía, se botó en el suelo y se hizo bolita mientras bebía de la botella el líquido amargo, — deseo que estés muerta, Yoon BoRa.
Young Mi volvía del trabajo, luego de esperar una hora a Tae, decidió regresar por su cuenta, se imaginaba que quizás las cosas con Hoseok se habían complicado, al entrar al lugar vio todo echo un caos, Yeontan lloraba fuera de la puerta de Tae, mientras Jimin yacía en el piso golpeando la puerta.
— Tae, ábreme — lloraba preocupado Park — te juro que me quedaré, no te dejaré solo.
— Jimin — Dolly le susurro al chico que giró su vista sorprendido hasta ella, apenas se lograba apreciar la mirada de Jimin, debido a lo hinchada que tenía la cara.
— ¿Qué haces aquí, Dolly? — le cuestionó sorprendido.
— Historia para otro momento — señaló nerviosa — ¿Pasa algo con Tae?
— Hoseok, le recordó algo delicado de su pasado.
Yumi caminó hasta la puerta, comenzando a tocarla suavemente.
— Vete, Jimin — gruño molesto.
— Soy Young Mi, Tae déjame entrar.
Dentro de la habitación, aunque Kim no se percatara de lo que sentía en su interior, sus ojos adquirieron un brillo emocionado.
— No quiero que me veas así, te vas a burlar.
— Te prometo que no lo haré, por favor abre.
— No, tu también me vas a abandonar, como ella lo hizo — comenzó a sollozar de nuevo.
— Tae, te prometo que no me iré hasta que me lo pidas.
— Si te dejo pasar, ¿me lo puedes prometer como a Kookie? ¿Por la garrita y la nariz? — aunque Young Mi no lo mirara, Tae tenía sus ojitos como un borreguito a medio morir, era un niño en el cuerpo de un hombre.
— Si Tete, por la garrita y la nariz — habló con ternura, el pequeño y vulnerable Tae se acercó a la perilla, iba a quitar el seguro, pero no deseaba ver a Jimin.
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A Million Men • KTH • Resubiendo.
أدب الهواة¿Qué tienen en común una prostituta y un chico que acaba de debutar? Aparentemente nada, pero ambos están conectados por Yeontan, el pequeño perro de Tae, quien en una tarde común termina merodeando en la calle lejos de su hogar; siendo rescatado de...