14. El pequeño Jungkook pt. 2.

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Los padres del pequeño Kook lo llevaban de vuelta a su casa

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Los padres del pequeño Kook lo llevaban de vuelta a su casa. Jeongyeon ni siquiera podía ver a Dolly a los ojos, cosa que desconcertaba a la castaña, pero prefirió no tomarle importancia.

— Yo no quiero ir con ustedes, me quiero quedar con Yumi — repeló el pequeño y Taehyung quien observaba la escena desde la cocina no pudo evitar entrometerse.

— Kook, debes ir con tus padres — sonrió amablemente, desconcertando a Dolly a su paso.

— Pero yo no quiero — abultó sus labios en un puchero y corrió a abrazar a la de orbes azules.

— Jungkook, no puedes quedarte aquí — repitió la chica de nueva cuenta.

— Kook, escucha a Yumi. Ella está trabajando aquí.

— Pero yo quiero quedarme con ella, Taehyung-ah ¿puedo quedarme? — suplico con sus manitas juntas y una mirada de cachorro.

— Kook, ¿acaso quieres que tu mamá lloré? Ella va a extrañarte demasiado — explicó su papá.

— Yo no quiero estar cerca de ella — sus ojitos se cristalizaron mientras veía a la mencionada.

Jeong Yeon sintió una presión en el pecho y deseo poder llorar.

— Kook, no digas eso — le reprocho Yumi.

— Ella dijo cosas horribles de ti — comenzó a llorar, para luego aferrarse al cuello de Young Mi, — te llamo prostituta, dijo que te odia.... Y rompió el dibujo que hice para ti, no quiero estar con alguien que no te quiere... No quiero — lloró fuertemente.

Young Mi observó a Jeong Yeon, que solo desvió la mirada. Dolly soportaba cualquier insulto a su persona, pero odiaba que le hicieran algo a Jungkook. Su sangre hervía cada vez que el pequeño lloraba por culpa de otros.

— Kookie, te aseguro que lo que dijo tu mamá no es verdad. Solo estaba enojada — pausó acariciando el cabello azabache del niño.

— Yumi tiene razón, Kook — se acercó Tae al menor — las personas decimos cosas que no sentimos cuando estamos enojados — aseguró y el niño alzó su cabecita para verle.

— Debo quedarme aquí — repitió de nuevo.

— ¿Por qué debes quedarte? — le cuestiono su padre confundido.

— Mi deber es cuidar a Yumi. Este Hyung la golpeó ayer — la cara de Kim era un poema, estaba desconcertado y sentía pánico ante la mirada del mayor; Min estaba a punto de irse sobre él.

— ¿¡Qué!? — se exaltó y Yumi alzó su mano en señal de que se controlara.

— Kook — lo separó de su cuello y le hizo verle. — Tae no me golpeó, ¿recuerdas en lo que trabajo?

— Ayudas a los hombres tristes, para que ya no lo estén — la miró con sus ojitos terminando de lagrimear, ella secó las mejillas del niño y asintió.

A Million Men • KTH • Resubiendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora