Los padres del pequeño Kook lo llevaban de vuelta a su casa. Jeongyeon ni siquiera podía ver a Dolly a los ojos, cosa que desconcertaba a la castaña, pero prefirió no tomarle importancia.
— Yo no quiero ir con ustedes, me quiero quedar con Yumi — repeló el pequeño y Taehyung quien observaba la escena desde la cocina no pudo evitar entrometerse.
— Kook, debes ir con tus padres — sonrió amablemente, desconcertando a Dolly a su paso.
— Pero yo no quiero — abultó sus labios en un puchero y corrió a abrazar a la de orbes azules.
— Jungkook, no puedes quedarte aquí — repitió la chica de nueva cuenta.
— Kook, escucha a Yumi. Ella está trabajando aquí.
— Pero yo quiero quedarme con ella, Taehyung-ah ¿puedo quedarme? — suplico con sus manitas juntas y una mirada de cachorro.
— Kook, ¿acaso quieres que tu mamá lloré? Ella va a extrañarte demasiado — explicó su papá.
— Yo no quiero estar cerca de ella — sus ojitos se cristalizaron mientras veía a la mencionada.
Jeong Yeon sintió una presión en el pecho y deseo poder llorar.
— Kook, no digas eso — le reprocho Yumi.
— Ella dijo cosas horribles de ti — comenzó a llorar, para luego aferrarse al cuello de Young Mi, — te llamo prostituta, dijo que te odia.... Y rompió el dibujo que hice para ti, no quiero estar con alguien que no te quiere... No quiero — lloró fuertemente.
Young Mi observó a Jeong Yeon, que solo desvió la mirada. Dolly soportaba cualquier insulto a su persona, pero odiaba que le hicieran algo a Jungkook. Su sangre hervía cada vez que el pequeño lloraba por culpa de otros.
— Kookie, te aseguro que lo que dijo tu mamá no es verdad. Solo estaba enojada — pausó acariciando el cabello azabache del niño.
— Yumi tiene razón, Kook — se acercó Tae al menor — las personas decimos cosas que no sentimos cuando estamos enojados — aseguró y el niño alzó su cabecita para verle.
— Debo quedarme aquí — repitió de nuevo.
— ¿Por qué debes quedarte? — le cuestiono su padre confundido.
— Mi deber es cuidar a Yumi. Este Hyung la golpeó ayer — la cara de Kim era un poema, estaba desconcertado y sentía pánico ante la mirada del mayor; Min estaba a punto de irse sobre él.
— ¿¡Qué!? — se exaltó y Yumi alzó su mano en señal de que se controlara.
— Kook — lo separó de su cuello y le hizo verle. — Tae no me golpeó, ¿recuerdas en lo que trabajo?
— Ayudas a los hombres tristes, para que ya no lo estén — la miró con sus ojitos terminando de lagrimear, ella secó las mejillas del niño y asintió.
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A Million Men • KTH • Resubiendo.
Fiksi Penggemar¿Qué tienen en común una prostituta y un chico que acaba de debutar? Aparentemente nada, pero ambos están conectados por Yeontan, el pequeño perro de Tae, quien en una tarde común termina merodeando en la calle lejos de su hogar; siendo rescatado de...