A Murayama no le gusta la idea de verse atado a nadie, y es por eso que cuando encuentra a su omega destinado, a diferencia de otros alfas, él no se siente para nada contento.
//
Yamato tiene un problema, pero no sé atreverá a decirlo tan fácilmente...
—Mierda, no puede ser que algo así me esté pasando a mí... Maldición. Maldición. ¡Maldición!
—¿Estás bien?
El de lentes voltea asustado hacia la persona que ha llegado, no se había dado cuenta de su presencia, ni de cuándo es que abrió la puerta del gimnasio.
“¿Por qué tú?” se queja mentalmente.
—Sí. Vete. -responde escondiendo su rostro entre sus brazos.
Siente al más bajo tomar asiento a su lado.
—¿Estás sordo, bastardo? Te dije que te fueras.
—Debes dejar de ser tan agresivo.
—No me des órdenes.
—... ¿Pasó algo? Incluso tú siendo tan mal hablado es... Hay un límite, me refiero.
—¿Y ahora finges que me conoces tan bien? Piérdete.
—“No me des órdenes”. -le regresa sus propias palabras. —¿Qué harás si no quiero? ¿Golpearme? ¿En tu estado? No es posible. Justo ahora una mosca tiene más fuerza que tú.
—¿Huh? -levanta su rostro con el ceño tan fruncido que hay una vena marcándose en su frente.
—Toma. -dice el más bajo aventándole su sudadera encima, cubriéndole así el rostro nuevamente. —No digas nada. Solo acéptalo.
—Bastar-
—Míralo como si me estuvieras haciendo un favor a mí, ¿Está bien? -se levanta rápido. —Te dejaré en paz, pero no puedo alejarme mucho de ti. Eres un maldito descuidado enfermo, ¿Qué esperas que pasará si no tomas supresores? Estamos en la edad donde comienza toda esta maldita cosa. Probablemente si no nos conociéramos, estarías bien siendo tan egoísta, pero las cosas no son así, ¿Sabes? A mí también me afecta tu celo. -reclama. —Estaré cerca por si necesitas algo, de verdad que lo hago por mí. Tengo más prendas por si las necesitas... Y deja de llamarme “bastardo”, es Murayama Yoshiki. Nos vemos.
“... Maldita sea.”
Todoroki mantiene la camiseta en donde Murayama la ha dejado, cierra sus ojos y respira el olor del alfa calmando un poco sus instintos.
Sabe que sigue cerca tal y como dijo. Puede sentirlo.
Y no es que no haya tomado nada; lo hizo, pero seguía inquieto al tener a su alfa destinado no tan lejos como para ignorarlo. Por suerte, algo como su aroma y saber que estaba ahí, le calmaban.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras Todoroki seguía intentando relajarse, Murayama no la estaba pasando muy bien...
—Seki, no creo que sea buena idea cruzar esta línea. -dice Furuya algo nervioso.
—¿Por qué no? De aquí alcanzo a ver que Murayama está justo donde el gimnasio, ¿Tal vez tendremos nuestra reunión ahí?
—No. Detente, Seki, no es bueno esto. -sugiere una vez más el pelinegro todavía más nervioso.