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Última nota;

Como saben, esto es un omegaverse. Si han leído otros antes, sabrán que los aromas de los personajes son importantes, pero yo no quise tocar mucho el tema, ya que no es de mi agrado.
Me imagino que se les hace raro que ahora haga ciertas menciones de ello cuando antes nunca lo hice, pero esa es la razón.

Aunque he leído muchísimos omegaverse en toda mi vida, la realidad es que no me imaginaba a mí escribiendo uno (con este serían dos). Y confirmé nuevamente que en definitiva, esto no es para mi.

Pero igual me divertí en el proceso.

El romance no es lo mío, pido disculpas si venían aquí buscando eso.
Les agradezco a todas las personas que estuvieron apoyando esta historia, misma que es dedicada a Kurokawa_Towa, quien fue la persona que me sugirió hacer otra fic sobre estos dos personajes que amo.
Sin su sugerencia no me hubiera atrevido a escribir nada de esto, así que le agradezco también con honestidad y le pido disculpas por haber dejado la historia en pausa durante un tiempo.

En fin, como siempre, gracias por leer.

Les dejo esta última nota aquí porque no me gusta escribir otra cosa que no sea el final cuando toca serlo, y que probablemente será el siguiente.


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—¿Cuánto tiempo llevan así? -pregunta Furuya fingiendo disgusto.

—Veamos... Uno, dos... Ocho, once... ¿Qué día es hoy?

—diecinueve.

—... Como dos semanas o un poco más. -figura Seki después de hacer cuentas.

—¿Es que no piensan confesarse? -pregunta Tsuji.

—¿Hace falta? Pareciera que ya están saliendo. -responde Furuya recargándose en el respaldo del sofá.

—No realmente. -responde Shibaman.

—Pero Murayama sale todo el tiempo con él. -replica Seki.

—Comen juntos la mayor parte del tiempo también, fuera o dentro de Oya. Nos han dejado totalmente de lado a nosotros cuatro.

—Incluso el otro día los vi sostenerse de las manos.

—¿Qué? ¿Cuándo? Estás mintiendo. -acusa el castaño.

—Hablo en serio. Iba con Seki hacia el pachinko y en el camino los vimos, ¿Verdad, Seki?

—Sí, es cierto, yo también los vi.

—... -Tsuji mira a su mejor amigo, quien le regresa la mirada. —Saldremos de dudas ahora mismo. -decide, poniéndose de pie.

Los cuatro chicos estaban en la azotea, su lugar de descanso. Murayama y Todoroki también estaban ahí, solo que alejados de ellos lo suficiente como para tener una conversación sin ser escuchados.

—¡Oi, Todoroki, Murayama! -les nombra Tsuji yendo hasta ellos.

—¿Qué pasa? -le pregunta Yosuke medio frunciendo el ceño.

—¿Ustedes están saliendo?

Murayama escupe el agua que recién bebía.

Todoroki mira a su amigo sin expresión, comenzando a parpadear nervioso.

—¿Lo están o no? Furuya dice que los vio agarrados de la mano.

Todoroki agacha el rostro y se cubre con su mano derecha como si estuviera teniendo un dolor de cabeza.

No / Siempre destinados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora