Hogar.

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—¿Qué ese no es Murayama? -pregunta Furuya mientras caminaba por los pasillos de Oya con Seki. —Oi, mira, va con Todoroki.

—¡Es verdad! -responde el más bajo asomándose por la ventana del pasillo hacia el patio de la institución.

—No sabía que él y Todoroki se llevaran bien ahora.

—Los he visto juntos muchas veces. De hecho, ahora que recuerdo, Murayama me pidió que le llevara a Todoroki el almuerzo hace días.

—¿Qué? ¿Y por qué recién me entero de esto?

—Es que fue algo muy apresurado. Cuando me di cuenta ya estaba enfrente de Todoroki y él solo lo acepto sin preguntar nada, así que lo terminé olvidando.

—¿En serio? Qué raro. Con lo arrogante y molesto que es. Pero, ¿Murayama lo preparó él mismo? No, definitivamente no. Solo le compró un bento, ¿Verdad?

—Exacto. -asiente. —... ¿Tú crees que ya se han besado?

—¿Cómo voy a saberlo? -continúan observando a los otros dos chicos.

—Oi.

Furuya y Seki voltean hacia atrás para ver quién era la persona que les hablaba, resultaron ser dos.

Los amigos de Todoroki.

Este dúo mira al grupo de Murayama en silencio, quienes los encaran. Los cuatro tienen esa típica expresión que siempre llevan en la cara de estar enojados, cuando en realidad no lo están.

—¿Han visto a Todoroki? -les pregunta Tsuji.

—Está con Murayama. -responde Furuya señalando ahora detrás de él hacia afuera.

—¿De nuevo? -chasquea la lengua medio molesto Shibaman, sin siquiera molestarse en mirar. —Bueno, da igual.

—Creo que deberíamos de acostumbrarnos a esto. -dice por último Seki.



~


—¿De qué querías hablar? -le pregunta Todoroki a Murayama mientras caminaban.

—De nada en específico. Solo quería hablar contigo un poco. -admite.

—Lo siento, pero no tengo nada importante que contarte.

—Cualquier cosa está bien. -no puede evitar insistir para hacer tiempo al salir de Oya. —Escuché que te peleaste con unos chicos de Shinjuku, ¿Es verdad? ¿Fuiste hasta allá solo porque sí?

—Ellos vinieron a mí. Bueno, no en realidad, no fue así como pasó... Pura casualidad. -Yosuke continúa su camino, se pregunta mentalmente cuándo es que Murayama se irá.

—Y dime. ¿No te interesa mi puesto?

—¿Qué? -voltea por un segundo a mirarlo con el entrecejo fruncido. —¿Por qué preguntas algo así? ¿Es esta la verdadera razón por la cual dijiste que querías hablar? ¿Estás preocupado por no perder tu puesto?

—Claro que no, te lo dije, solo quería escucharte... También verte. De cualquier forma, si te pregunté es porque tenía esa duda, y de verdad quisiera saber tu respuesta.

—¿Y qué si respondo que en efecto quiero ser el líder?

—Puedes tenerlo. -afirma sin dudar Yoshiki.

—¿Así nada más? Eso no es cierto.

—Lo es sí así lo quieres. Te lo puedo ceder si realmente es lo que deseas.

Todoroki no sabe cómo sentirse ante tal respuesta.

—¿Por qué me sigues? -le pregunta cambiando el tema.

—Oh, eso... Quiero acompañarte a casa.

—¿Qué? No soy una colegiala a la cual hay que cuidar. -dice sintiéndose algo molesto. —No malinterpretes las cosas solo porque acepté ayuda aquel día.

—No estoy malinterpretando nada, y ya te había dicho que aquello fue más por mí que por ti, así que ni lo menciones. -su tono es de frustración. —No te veo como una chica o alguien débil, que son dos cosas diferentes. Yo reconozco tu fuerza, Todoroki-chan, solo estoy tratando de conocerte más. -confiesa. —Seguro Tsuji y el alfa alto han caminado contigo hasta tu casa, ¿No? ¿Qué tiene de malo que yo también lo haga? No es como si fuera a hacerte algo, lo sabes. Tampoco estoy tratando de cuidarte con ello. Como si realmente lo necesitaras...

—¿“Conocerme más” dices? ¿Para qué deberías de hacerlo?

—Ni yo mismo estoy seguro, pero es lo que siento que quiero hacer. Aun si es un simple impulso, no puedo negarme a reaccionar tal y como mi cuerpo y alma me lo piden.

Todoroki se detiene. Murayama lo imita y voltea hacia su izquierda, se pregunta si aquel lugar es donde el de lentes vive o es que no está de acuerdo en ser acompañado.

—Tsuji y Shibaman nunca han venido conmigo a mi hogar, y eso es porque este lugar en realidad me desagrada un poco. -dice Todoroki mirando todavía hacia enfrente.

—Se nota que eres rico. Aquí podrían vivir casi todos los alumnos de Oya. -camina un poco más hasta la casa, aunque no puede ver muy bien hacia adentro por el gran portón que esta tiene, el simple patio ya es lo suficiente grande.

—Espera. -finalmente, el omega se dirige a su propio hogar. —Tengo que hacer que lo abran. -le explica sacando su teléfono celular, teclea unos números y la llamada es contestada al instante. —Abran. -ordena para después colgar sin decir nada más.

Yoshiki lo mira algo asombrado, se empieza a formar una sonrisa burlona en su rostro, a diferencia de Yosuke, quien parece disgustado. Pero Murayama no sabría decir si realmente se encuentra molesto o no, puesto que casi siempre tiene la misma expresión en su rostro.

—Todoroki-chan, el niño rico. De verdad quiero burlarme de ti. -dice acercándose al mencionado, quien finge no escucharlo.

El gran portón es abierto, dejando ver más ampliamente el jardín y sus alrededores, ni Murayama ni Todoroki prestan atención a los adentros, pues a uno no le importa y el otro está muy centrado viendo a su omega.

—Si piensas que voy a invitarte a entrar, estás equivocado. -le avisa Todoroki todavía sin mirarle, sentía toda la atención de Murayama sobre él y no quería ponerse tímido por la sonrisa que este le daba. —Deberías irte antes de que tus “impulsos” te digan que orines la puerta de mi casa, pero si tantas ganas tienes, puedo mostrarte la casa del perro. -sonríe victorioso por su ocurrencia, haciendo a Murayama borrar su sonrisa de burla.

“Si digo que fue su culpa lo que pasó ese día, no cabe duda de que me golpeará... ¡Maldición! Bien, ha ganado esta vez...” se dice Murayama a sí mismo. “Tampoco puedo mencionar que el más afectado fue él, también me golpeará... ¡Tranquilo, Yoshiki, debes ceder esta pelea!”

—Muy gracioso, Todoroki-chan. -responde sarcástico. —Bien, nos vemos después entonces. -se despide dando la media vuelta y regresando camino a Oya, donde seguro sus amigos lo esperan para pasar lo que resta del día con él.

Mientras retoma su camino con sus manos dentro de los bolsillos, decide girar a ver detrás de él, solo para encontrarse con la sorpresa de que Todoroki seguía mirándolo.

—¡Nos vemos después, Todoroki-chan! -repite, sacando una mano de su bolsillo y sacudiéndola en el aire con emoción.

Yosuke se sonroja y entra casi corriendo a su hogar.

~


Nota importante: Esto sucedió después del capítulo “celos”.

No / Siempre destinados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora