A Murayama no le gusta la idea de verse atado a nadie, y es por eso que cuando encuentra a su omega destinado, a diferencia de otros alfas, él no se siente para nada contento.
//
Yamato tiene un problema, pero no sé atreverá a decirlo tan fácilmente...
—Pero hay que mantenerse al tanto por los alrededores sobre eso. -les recuerda acercándose a los asientos de ambos. —En fin, ¿Han visto a Todoroki-chan?
—Así que era por él... Lo vimos Seki y yo hace un rato.
—¿Dónde?
—Estaba con Shibaman en donde siempre. -le responde Seki.
—¿Y ustedes que hacían yendo a la azotea? -pregunta mirándolos con sospecha.
—...
—¡Furuya-chan, te he dicho que no fumes en la azotea!
—No lo estaba. Fuimos a buscar a Nakabayashi.
Murayama trata de no molestarse.
—Hablaré con él después, no estoy para tontos ahora. Como sea, ¿Todoroki-chan seguirá ahí?
—Probablemente.
—Iré a buscarlo. Ah, y recuerden que mientras Todoroki-chan o su grupo estén en la azotea, nadie debe molestarlos, ni siquiera ustedes o «bakayashi», que no se les olvide ese hecho. -los señala serio con su dedo índice.
—Lo sabemos, lo sabemos. -responde Furuya levantando sus manos abiertas y haciendo expresión de inocente.
—Nos vemos más tarde. -se despide Yoshiki.
Cuando el alfa ya había salido del aula, Seki por pura precaución se acerca a Furuya para decirle en voz baja:
—Si no fuera por Todoroki, ese lugar sería todavía nuestro. No es justo.
—Era de Murayama, no nuestro. Es justo que él decida qué hacer con todo eso.
—Pero yo traje las cosas...
—Seki, deja de quejarte. Si tanto lo quieres de vuelta, díselo a Murayama.
—Ni loco. En todo caso tendría que decírselo a Todoroki. Ahora es de él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.