"Somos el pecado que siempre nos llevara al infierno"
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Haruchiyo Akashi
Me mantengo fijamente mirando el cuerpo pecaminoso enfrente de mí, solo lleva mi camisa encima dejado ver sus pezones y las bragas que se ha puesto cuando fue a su habitación, su cabello está mojado por la recién bañada que se ha dado.
Me restriego el rostro mientras me coloco los zapatos blancos, hoy tengo que ir a conocer a los amigos de Muto, la pandilla de Tenjiko, la maldita necesidad de follarla no me deja pensar en otra cosa que no sea eso, necesito tener la mente concentrada en cada paso que van ha dar contra Mikey.
Se me sube encima, recompongo mi postura agarrando su cintura, besa mi labios mientras empieza a peinar mi cabello, mete mi cara entre sus dos grandes senos, cierro los ojos y ella sigue arreglado el cabello largo.
—¿Dónde has dejado la mascarilla? - le pregunto, sigue masticando el chicle que encontró en mi camisa
—No me recuerdo - se levanta
Empieza a buscar la susodicha y yo solo me dedico a mirarle las piernas blancas, al fin la encuentra y me lo pone, esos dedos delgados rozan mi mejilla dándome un escalofrió.
—¿Por que la sigues usando? a mi me gusta verte así sin esta cosa - me levanto agarrando su cintura.
Es más grande que yo de edad pero le gano de altura, una buena estatura para mí
—Tu piensas eso pero la gente no, así que dejemos esto así - asiente sin ganas
Me bajo la mascarilla buscando sus labios, me empuja a la cama mientras vuelve a subirse encima, su lengua sigue jugando con la mía pasándome el chicle, se aleja de mis labios
—¿Por que no te quedas? y así podemos seguir jugando - sonrió, sus juegos no son nada sanos
—No puedo, tengo que hacer unas cosas - la cargo para que se quede en la cama.
—Estaré abierta de piernas mientras pasas tu lengua por mi clitorís hinchado, con ganas que me vuelvas a penetrar tan deliciosamente - la imagen mental me excita
La mente que ya esta arruinada de eso con cualquier cosa que genere un pensamiento a tal nivel es para excitarse y querer hacerlo.
—Será en la noche, necesito hacer un encargo - le beso
—En la noche estarán nuestros hermanos, ¿Sí? - sus ojos se ponen brillosos
