Capítulo 16

683 90 5
                                    

"Lo que duele es que no pude despedirme de ti, mucho menos del amor que sentía"

"Lo que duele es que no pude despedirme de ti, mucho menos del amor que sentía"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Haruchiyo Akashi

Tranquilizó mi respiración que empieza a cortarse, es como si tuviera un cuchillo filosos que me corta todo, incluso el corazón.

—Sanzu ¿Tienes alguna objeción? – parpadeo varias veces 

Trato de concentrarme en lo que dicen pero es en vano, necesito verla.

—No – Ran me mira con su cara de desconfianza

—Bien, entonces cada quien hace lo dicho – me levanto sin decir nada a nadie

Necesito aire, parece que moriré, una mano se posa en mi hombro, miro de reojo a la persona

—¿No escuchaste nada? Dije que ambos nos encargamos de la droga que empezaremos a importar.

—No... Hazlo solo – me suelto de su mano

—Mikey lo ordeno, estube horas enteras hablando y parece que te has vuelto más imbécil de lo normal

—No... No me siento bien el día de hoy – y es en serio

Tengo dolor de cabeza que no aguanto, me quiero arrancar todo el cabello.

—Nadie se siente bien hoy pero no importa, ven conmigo – pasa a mi lado.

Trato de mantener la calma total, un lado de mi quiere irse a Italia por mi hermana pero el otro me dice que todavía no.

No sé que opción elegir, es complicado cuando te alejan de lo que más amas, necesito que me bese, que me sonría, que ambos estemos solos disfrutando del momento adictivo que me hace perder la conciencia.

Quiero verla montarme con tanta veneración, necesito que me envuelva en lo prohibido y me consuma con su fuego ardiente de sus piernas.

En serio la necesito como las plantas al sol y los peces el agua, quiero verla, quiero tocarla quiero que vuelva a mi lado.

—Sube – no discuto ni digo nada solo hago caso.

Coloco mi mano en mi frente, necesito una pastilla que me calme, llegamos al lugar de encuentro y bajo mareado.

Entro a las bodegas grandes dónde están limpiando el lugar, tomo asiento en una silla tirando la cabeza hacia atrás.

Necesito un calmante

Levanto mi cabeza en busca de agua, cuando la consigo voy a está y me lo trago todo, mi vista cae a la mesa donde están embolsando unas pastillas

—Dame una – le pido a la chica que me mira con duda

—Señor... Son drogas – está gente es tan inútil

Me acerco empujándola, me meto dos pastillas a la boca y las trago con agua, por unos segundos mi vista se pone borrosa.

Luego normaliza, el dolor de cabeza desaparece como la opresión del pecho, mi cuerpo se relaja y siento que no me duele ni siquiera las uñas.

Suelto una risa cuando me imagino a mi mujer desnuda esperándome, la voz de alguien me hace verlo pero no puedo, se nubla por un segundo mi visión.

—¡Estás loco! – cuando miro de nuevo es Ran.

—Son las mejores cosas que he probado en mi vida – me cachetea un poco la mejilla

—Nunca te has drogado, Sanzu eres un idiota – me suelta

Solo le sonrió, tengo tan relajado todo que ya no me siento cansado, incluso es como si tuviera un montón de insulina en el cuerpo que activo mis neuronas. Me encanta.

Me trueno los dedos de las manos con ganas de golpear algo, me siento en los cielos. No presto atención a nada de lo que Ran hace.

Me llevo dos bolsas de las mismas patillas cuando ambos salimos del lugar, al llegar al auto Ran arranca y pone música.

—Apaga esa basura – estoy tan bien como para escuchar música latina.

—No sigas ingiriendo esas pastillas, son LSD, drogas creadas para venta no para consumo

—Dejame en mi casa – lo ignoro

Rueda los ojos, me lleva al lugar que le dije y bajo sin despedirme, voy a mi cuarto, gracias al cielo no está esa estúpida hermana que tengo

¿Como carajos se enamoró de mi? Ni siquiera me gusta.

Me voy a la habitación de Hiromi qué huele a ella, me quito los zapatos acostandome en la cama que tiene su aroma.

—Hiromi – susurro melancólico.

La necesito tanto que ya no se cómo cuántas veces ya dije lo mismo, es lo único que me interesa del mundo y me lo han arrebatado.

El mundo es tan malo, a mi ya no me está gustando mucho vivir, quiero ir con ella, estar a su lado, la amo tanto tanto que ya no importaría nada del mundo.

Que se joda el mundo entero, necesito tenerla a mi lado. Cierro los ojos aspirando sus recuerdos tan inolvidables.

*******

La mañana siguiente me alistó, ingiero dos de esas adorables pastillas que son las únicas que calman mis nervios y ansiedades.

—Haru – cuando bajo en busca de la puerta esa voz irritante me detiene

—Borra de tu mente ese tonto amor que sientes por mi, yo jamás te voy a corresponder mosca asquerosa – cierro la puerta al salir.

El aire frío indica que este día será perfecto para matar a un enemigo de mi Rey, me ganaré toda la confianza de Mikey y algún día utilizar para traer de vuelta a Hiromi.

Para que ambos vivamos juntos y lejos de todos necesito dinero y poder, es lo que más se requiere para darle una mejor vida, una donde ella sea tratada como una reina. Mi Reina.

Rindou expulsa el humo del cigarrillo cuando me acerco, ambos nos subimos al auto en busca de Wakasa.

—¿Cómo lo matarás? – me pregunta arrancando el auto.

—Cortare algunos cables – me mira de reojo.

—¿No levantará sospechas? – pregunta

—Ya sabes que mis trabajos son discretos, rápidos y seguros, todo está calculado y espero que alguien más muera en ese accidente.

—¿Bekkei? – niego

—Como dice el dicho, ojo por ojo diente por diente, se han metido conmigo y ahora viene la consecuencia grabe

Me mira sin entender y ya no pregunta, este día Senju irá con todos sus amiguitos que tiene Takeomi, debo aplastar a una mosca tan irritante.

Guess who love you | Sanzu Haruchiyo ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora