Capitulo 18

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"¿Sabes que siempre serás lo mejor que me ha pasado? Quiero recordártelo todos lo días incluso cuando no estés a mi lado"

"¿Sabes que siempre serás lo mejor que me ha pasado? Quiero recordártelo todos lo días incluso cuando no estés a mi lado"

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Haruchiyo Sanzu

Actualidad 25 años. 


—¿Por que iras por ella? - me pregunta Ran que me sigue detrás. 

Arreglo la katana que llevo en la espalda, meto una de mis armas detras de mi espalda saliendo hacia afuera, Mi corazón esta alegre. 

La volvere a ver incluso cuando perdi la esperanza de tenerla frente a frente de nuevo, me giro sobre mi propio eje y observo al peli violeta que expulsa el humo del cigarro en mi cara. 

—Por que es la mujer que amo - le sonrió 

—¿tú hermana? ¿Es la mujer que amas? estas demente, pero como soy un buen amigo, te ayudara a traerla a tu lado 

—Igual era tu obligación - sigo mi camino 

—Mal agradecido que eres - me subo al auto y esté igual 

Kakucho entra despues, arranco el auto cuando la camioneta de los hombres que trabajan para nosotros vienen detrás, nos mantenemos en silencio, el viaje sera pesado, tengo todo ahora para verla, necesito verla. 

No se como explicar la sensacion que me da solo de pensar que estoy a pocas horas de tenerla a mi lado, no tengo idea de como esta, si estara todo bien despues de estos cinco años, si me extraña, si aun se recuerda de mi, estoy en un modo cero que todo sera inesperado. 

Llegamos al aeropuerto privado, nos subimos al Jet de Boten, busco mi asiento, Kakucho se posa enfrente de mi junto a Ran que se cruza de piernas. 

—Takeomi esta hechando fuego por la cabeza cuando hablo con el jefe. 

—Supongo que es por el asunto de Sanzu - habla Ran 

—Sí le reclamo el porque de la autorizacion, cosa que Mikey le dio igual y por poco lo mata, solo porque la mano del jefe se movió es que el disparo no acertó. 

—Ojala lo hubiera matado, es un estorbo - al fin digo algo. 

—Está de loco eso pero... es tu problema - finaliza la charla ridícula

despegamos al fin, presiono el boton que hace inclinar hacia atras el asiento, no me he drogado desde ayer pero comienzo a sentirme mal o incluso todas mis ansiedades vuelven de golpe. 

Cierro los ojos hasta que nos avisan que estamos llegando, un día despues, al aterrizar bajo colocándome el traje rosado bien, los nervios vuelven pero no para matarme si  no por verla.

—¿Sabes donde está? - Ran llega a mi lado 

—Iremos ahora mismo, no dejare esto para mañana - lo miro de reojo y solo asiente

Caminamos a las camionetas que nos esperan, le indico el lugar que es Milán, está algo retirado de la capital de Roma pero no me importa, no debe pasar de hoy que vuelva a mi. 

—Entramos y los matamos o ¿Como? - Miro a Ran con fastidio 

—Entramos y solamente matamos, como suele hacerlo Boten - le contesto 

—Como diga el numero dos - me calmo antes de golpearlo

Dos horas despues al fin llegamos al gran hospital Psiquiátrico, dejo la katana y solo me llevo mi arma, camino seguido de los demás, estoy a momentos felices. 

Abro las puertas del lugar, todas los trabajadores de aquí me miran con asombro, miedo, angustia, ni siquiera se que es esa mirada pero me importa una mierda, sigo mi paso empujando a las personas que viene a visitar a las personas de esté lugar. 

—No puede pasar sin autorización - se me pone enfrente un enfermero. 

—Aquí esta tú permiso - le disparo en la cabeza

todas las personas empiezan a gritar, los hombres que nos acompañan les disparan junto a Kakucho y Ran, yo voy por cada habitación de esté lugar, los enfermos mentales me miran con asombro. 

No está Hiromi en esté lugar, sigo buscando con desesperación en todo mi ser, voy a la puerta de color negra, la única de ese color.

Con una patada abro la puerta de golpe, mis ojos viajan a la mujer que está de espaldas, sentada, algo en mi me grita que es ella. El cabello negro y la silueta de su cuerpo, se que es ella

—Hiromi – su nombre me sale en un susurro

Camino despacio como si el tiempo se ha congelado, lo único que escucho es su suspiro pesado y se desploma al suelo.

Voy a ella enseguida, reposo su cabeza en mi brazo, su rostro está pálido, era ella, es ella pero está muy mal.

—Al fin puedo sentir calidez – susurra mientras sus ojos se cierran

—Hiromi, ¿Estás bien? Hiromi – acercó mi frente a la de ella.

Está tan fría como una muerta, aunque mi corazón está tranquilo porque siento su corazón latir.

—Lo siento tanto – quiero llorar – Debí venir antes por ti pero no podía, yo solo quiero que me perdones y me digas que me sigues amando

Entre abre la boca y la vuelve a cerrar, está débil, la cargo con fuerza saliendo del lugar donde los cadaveres se observan por todo el lugar.

Dejo atrás a todos y me subo al auto que arranco, necesito llevarla lejos de este lugar, en dónde sanen las heridas del cuerpo.

—¿Eres real o te imagino? – la miro de reojo.

Sus ojos verdes están tan opacos, los vuelve a cerrar y me preocupa como nunca.

Busco un hospital cerca, la cargo de nuevo adentrándome al lugar donde me ayudan y se la llevan.

Mi alma se va con su despegó, volví a que todo la adicción se detuviera cuando la tuve en los brazos.

Horas después al fin me dan noticias, me dan paso a verla y no dudo ni dos veces en hacerlo.

Está conectada a millones de cables que mi irritan, mi mano sujeta la suya mientras me siento en la pequeña camilla, coloco su mano en mi mejilla

—Te amo – se lo digo porque lo siento tan necesario.

Hace cinco años me la quitaron y ahora la tengo aquí, aunque no ha cambiado nada para mi se ve como si fuera desde cero que la conozco.

Le beso la palma de la mano y me voy al pequeño sofá que está a su lado, me quedaré aquí hasta que sus hermosos ojos vuelvan abrirse y brillen cómo la intensidad de la mañana.

Guess who love you | Sanzu Haruchiyo ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora