Capítulo 1

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"Yo seré la cura de tu alma, tú serás la calma de mi soledad"

"Yo seré la cura de tu alma, tú serás la calma de mi soledad"

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Haruchiyo Akashi


Desde que tengo 7 años empecé hacer cosas con las cuales me obsesione a niveles grandísimos, desde la primera vez que mi hermana mayor Hiromi me dio el derecho de meterme entre sus piernas todo para mi se volvió una maldita adicción. 

Aquella que no pude detener porque cada vez que mi lengua recorrió sus paredes vaginales me hacia saber que de ahí no existía la escapatoria. La puerta de su habitación siempre tenia seguro, me sentaba en la cama mientras ella se desnudaba enfrente de mi, sin vergüenza sin un poco de remordimiento ya que ambos éramos medios hermanos. 

Su cabello negro que llegaba en su espalda, su cintura pequeña y los atributos que la hacían ver más grande de lo que aparenta una adolescente de 12 años. Sabia lo que tenia lo que provocaba por eso su mirada era llena de confianza por que como ella no existían dos. 

Cada día tenia mi cara metida entre su entrepierna, saboreando aquel dulce que me gustaba tanto, ella jadeaba a lo alto por que nuestros hermanos estarían fuera toda la mañana, Takeomi era una persona que odiaba con mi vida junto a la mosca que era Senju, Hiromi era más hermosa que ella y le ganaba con todo. 

—Haru - jadeaba mi nombre cuando el liquido se derramaba en mi lengua, lo succionaba hasta limpiarlo todo. 

Se levantaba y me daba un beso fugaz en los labios, nos acostábamos y ella me abrazaba con su cuerpo desnudo, pero nunca habíamos pasado los limites, solo era eso o que ella me dejara tocarla pero llegar a sumergirme en su interior eso para mi era prohibido. 

Cuando llegue una tarde a la casa con las marcas en mi labios, cuando Mikey lo hizo sin ninguna forma de lastima, no quería que ella me viera, ya no sería tan lindo como me lo decía la oído 

Pero eso no paso, nada de lo mal que imagine paso, ella solo me beso cada herida, me abrazo y de ultimo junto nuestros labios en un beso largo 

—Ahora me gustas más así, mi lindo Ángel - susurro en mi oído 

Los años pasaban así, era una rutina y una prisión no querer salir de sus piernas, de su cuerpo desnudo, de su piel blanca y suave de sus labios carnosos y escuchar aquello gemidos que enloquecían 

Cuando cumplí 15 años ella se sentó a mi lado vestida tan malditamente sexi, ya no era un niño, ya era un adolescente y ella una joven de 20 años, hermosa, jodidamente atractiva, deje crecer mi cabello porque ella me lo pidió, ambos nacimos el mismo día diferente año, 12 de abril donde lo celebramos a los máximo. 

Ella jadeaba con fuerza esa noche, como siempre nuestro hermanos no estaban, así que la casa era nuestra, mis manos separaron bien sus piernas mientras ella elevo más su pelvis a mi boca, ya era un experto con esto, por que ella siempre le gustaba. 

Metí dos de mis dedos en su entrepierna penetrándola las veces que quería, mi rostro subió al suyo que estaba sonrojado y sudada, ambos estábamos desnudos, pero yo ya tenia decidido que esto pasaría a más,  daría el paso que siempre había querido con ella. 

—Quiero follarte Hiromi - susurro en su oído 

—No, Nosotros somo hermanos no está bien Haru - beso mi mejilla 

—Los hermanos no hacen todo lo que nosotros hacemos, no dará importancia solo será una vez 

—Solo porque ya tienes 15 años lo permitiré, Luego de esto ya no pasara de nuevo, ¿Esta claro? - asentí sin darle importancia 

Por que quizá no seria la ultima vez, coloque mi miembro en posición de su entrada y me introduje en ella la cual arqueo la espalda recibiéndome, se sentía estar en un paraíso de calma, su estrechez parecía que me iba arrancar la polla. 

La embestí como quería, mientras ella se dejaba hacer lo que deseaba mientras jadeaba y aruñaba mi espalda, era deliciosamente como me la imagine unas cuantas veces, sus muslos gruesos, sus pechos que rebotaban en mi cara cada que le daba las estocadas que nos gustaban. 

hasta que ambos nos corrimos, ese orgasmos nos condeno para siempre mucho más a mi que todo de ella me parecía perfecto, me había dañado la mente tanto que con cosas perversas, aquellas que no existían quería recrearlas y hacerlas con mi hermana 

—Me gustas tanto Haru - menciono mientras reposa su pecho en el mío 

—Tú también me gustas - la abrace quedándome dormido 

Era malo eso, era malo lo que se empezaba a sentir pero no me gustaba imaginar que sin ella todo seria diferente estaría hundido en un abismo de oscuridad sin ningún rescate, Hiromi era mi salvación completa y al mismo tiempo una maldición.



Guess who love you | Sanzu Haruchiyo ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora