She? [4]

5

Bien, estaban de camino a la habitación de Punz. George no podía estar más nervioso.

¿Cuánto habrían crecido?

Si sus cálculos no fallaban, Sam debería tener once años y Punz...

—¿Se les ofrece algo?

Quince. La etapa de rebelión.

La mirada azulada del de cabellos platinados no dejaba de observarlo directamente, como si quisiera descifrarlo.

Como si le reconociera.

—Bueno, se que suena horrible, pero mi compañero quiere saber si viste algo más el día... en que el paciente Dream falleció.

La cara de Punz fue un poema para ver, pasaba desde la incredulidad hasta el odio.

—"No debiste decirle así"

—"No se ser enfermero, soy uno falso ¡¿lo olvidas?!"— le respondió Sapnap en lenguaje de señas también, para no alterar más al menor.

La mirada azulada recayó en George de nueva cuenta.

—¿Para que demonios quieres saber eso?

Por obvias razones, el de lentes no respondió.

—¿Por que no hablas, idiota? ¿acaso eres mudo?

—De hecho, si lo es.

Punz parpadeó procesándolo.

George froto su rostro con frustración.

—"Dile por favor que soy George, no soporto mas su mirada de desaprobación"

Sapnap le miro por unos instantes.

—¿Estás seguro...?

—"Confío en él"

Suspiro, regresando su vista hacia el menor, quien tenía los brazos cruzados.

—Es George.

—¿Que?

—¡Es George!

Sapnap le dio un empujón al otro pelinegro, haciendo que quedara frente a Punz.

El rubio estaba intentando comprender.

George se quito los lentes con lentitud, mostrando sus lindos ojos bicolores.

—¿George...?

Punz tomó sus mejillas para mirarlo más de cerca, sin creer que de verdad estuviera ahí.

—¡George!

Se lanzó con emoción y desesperación a sus brazos, ocultándose en su cuello para reprimir sus sollozos. Hace tanto no lloraba de felicidad.

George correspondió el abrazo, dando leves caricias en la espalda del chico para que se calmara, mientras miraba de reojo a Sapnap, quien solo sonreía débilmente.

Punz ni siquiera quería despegarse del pelinegro, estaba tan contento de volverlo a ver después de años. Se separó un poco después de un rato, para no incomodarle.

—¿Que haces aquí? ¿quien es él?

Se volvió a colocar los lentes, observando a Sapnap con súplica.

—"Dile que no puedo hablar"

—Dice que no puede hablar.

—¿Eres mudo...? ¿cómo pasó?— cuestionó el rubio con curiosidad.

—"Traumas, no importa"

—Dice que fueron los traumas, que no es importante.

—Ya veo...

—"Él es Sapnap"

—Dice que él es Sapnap... o sea, yo.

—"Estamos aquí de encubiertos para averiguar algo"

—Dice que estamos aquí porque él quiere descubrir algo y a mi me obligo.

—"No soy sordo, Sapnap. Dile que buscamos información"

—Dice que buscamos información.

Punz intercalaba la vista entre ambos, mientras su mente procesaba todo lo que estaba escuchando.

—¿Son algo así como detectives?

George asintió varias veces con la cabeza, enseñándole la carpeta que tenía entre sus manos, pero sin abrirla.

—"Necesitamos que nos digas la verdad sobre qué pasó ese día. Era mi novio, Punz, por favor"

—Dice que...— Sapnap pasó saliva, intentando recomponerse —necesitamos saber lo qué pasó ese día, todo. Que... era su novio del que hablamos.

Punz hizo una mueca triste, comprendía la situación.

—Lo siento, yo no vi nada, de verdad.

Rascó su nuca nervioso.

—Yo me fui a la cocina para buscar dulces. Sam y Dream se quedaron solos en el comedor, cuando volví Dream ya estaba durmiéndose y Sam no estaba por ningún lado. Después de un rato volvió, luego llegaste tú y el resto es historia.

George y Sapnap se miraron, comprendiéndose inmediatamente.

—"¿Y Sam?"

—Pregunta por Sam.

La puerta fue abierta, dejando ver a un chico peliverde confundido, que los observaba con intriga.

—Bueno, ahí está.