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Toco varias veces la puerta.

Su mente viajaba a las mil posibilidades de quien estaba detrás de todo.

La verdad es que no llegaba a ninguna conclusión. Intentaba pensar, pero su mente solo se desviaba a unos preciosos y brillantes ojos verdes que conocía a la perfección.

No quería derrumbarse, no ahora. Menos cuando él había sido el de la idea de volver.

Si se rompía, Sapnap se rompería junto a él. Ninguno quería eso.

Había sido un día pesado, quizás necesitaban tomarse un descanso, pero no podía. Simplemente quería encontrarle y preguntarle porque.

¿Por que les había quitado la vida?

¿Que habían hecho? ¿cual fue su pecado?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la puerta chirriante al ser abierta.

—¿Se te ofrece algo?

Aquella voz le hizo temblar en su lugar, pero no retrocedió.

George sabía que el contrario entendía lenguaje de señas, así que tampoco se inmutó.

—"¿No me reconoces?"

—¿Debería?

—"Vamos, esfuérzate un poco más"

El enfermero ladeó la cabeza, intentando descifrar aquello en lo que el menor insistía.

El chico rodó los ojos, comenzando a quitar sus lentes para dejar a la vista aquella heterocromia que lo caracterizó siempre.

—¿¡George!?

Soltó una risa débil, acercándose para abrazarle con fuerza. El mayor rodeo con sus brazos el cuerpo tembloroso de George, dando leves caricias en su espalda para calmarle.

—Te extrañe...

—También te extrañe, Ponk...

El enfermero estrujó con más fuerza al menor, sin querer soltarlo. George espero unos minutos para poder alejarlo un poco, llevando sus manos hasta las mejillas de Ponk para admirarlo.

Las lágrimas no tardaron en derramarse por parte de ambos.

—Mírate, creciste tanto...— murmuro con cariño, tomando los lentes del adverso para colocárselos de nueva cuenta.

Había pasado un largo tiempo.

—¿Que es lo qué haces aquí?

La mirada confundida del enfermero lo hizo tensarse levemente. Bien, ahora tocaba explicar.

—Hay un asesino suelto.

Ponk ladeó la cabeza.

—¿Un asesino?

—Sabes a lo que me refiero, lo hablamos antes de que me fuera.

—Dream no fue asesinado, solo se suicido.

—¿Tú piensas que voy a creer eso?

—¿Y tú piensas que dejaré que arriesgues tu vida persiguiendo a un asesino?

George llevo ambas manos a los hombros de Ponk,  desviando la mirada hacia la pared.

—Me quito... la única esperanza que me quedaba— musitó con rabia contenida, regresando su vista al mayor.

Arrugo su nariz, intentando contener las ganas de seguir llorando. No le gustaba hacerlo.

—Yo te entiendo, George... pero estás poniendo tu vida en peligro.

Ponk quito con delicadeza las manos del menor, haciendo que se sentara mejor en su lugar para que se calmara.

—¿De que me sirve estar vivo si ya no lo tengo a él?— cuestiono George, acomodando sus lentes.

—Dream no te quería muerto.

—Ni yo a él. La vida no es justa, Ponk, y menos para que los que si han sido justos, se ensaña más con ellos.

—No quiero perderte.

—Me perdieron el día en que Dream murió.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos. George soltó un suspiro, bajando la mirada hasta el suelo con nervios.

—Ese día, en el pasillo... ¿viste a alguien?

Ponk rodó los ojos, sin ganas de discutir.

—No, cuando llegue tú ya estabas ahí junto a...

—Ese día no— interrumpió George.

Regresó su mirada hacia el mayor, carraspeando.

—El día en que murió Karl...

Ponk chasqueó la lengua, haciendo memoria.

Estuvo unos minutos sin decir nada hasta que recordó vagamente algo que dejó pasar en ese entonces.

—Tres enfermeras, en la esquina derecha. No estoy seguro si venían de ahí, pero estaban más cerca de lo que debían.

—¿Siguen aquí?

—Ni siquiera las conozco, pero seguro tienen datos sobre ellas en los archiveros.

—¿Cómo sabré quiénes son?

—Solo hay cuatro enfermeras registradas en este lugar.

—Entonces no hay muchas opciones.

—Supongo que no.

—Bien, debo irme.

Se levantó dispuesto a marcharse, pero Ponk lo agarró del brazo para impedírselo. George le miro con suplica.

—Más vale que salgas vivo.

Sonrió tenuemente, asintiendo.

—"Te lo aseguró, así será"

—No me dijiste porque usas lenguaje de señas.

—"Ya lo averiguarás"

Abrió la puerta mientras escuchaba la apenas perceptible risa del mayor y salió en busca de Sapnap.

She? [4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora