She? [4]

6

—¿Quienes son ustedes?

Punz soltó una risa seca, acomodándose en su lugar.

—Adivina quien volvió, Sam.

—¿George?— bromeó el peliverde, con una sonrisa socarrona.

Al ver como todos se quedaban en silencio mirando al chico de lentes, también le observó, analizándolo. Su sonrisa se comenzó a borrar cuando vio de quien se trataba.

—¿¡George!?

El pelinegro estiró sus brazos, recibiendo a Sam de forma gustosa entre ellos. El chico se lanzó hacia él con felicidad.

—¡Te extrañe tanto!— decía Sam con emoción, estrujándole con fuerza entre sus brazos.

George sonrió con debilidad, también le había extrañado.

—¿¡Que haces aquí!?

—No puede hablar. Los traumas— aclaró Punz, palmeando la espalda del más pequeño en el lugar.

Sam pareció comprender.

—Están aquí para sacar la verdad. Este es Sapnap, ni siquiera lo conozco pero ya me cayó bien— presento el rubio platinado, lanzando al antes nombrado hacia enfrente.

El peliverde soltó un suspiro. No entendía nada.

—"Te estaba buscando"

—Dice que te estaba buscando.

—¿Para que?— cuestionó Sam.

Punz le sonrió de manera débil a George, dándole entender que él se encargaría.

—Quieren saber lo qué pasó ese día.

Sam mordió su labio inferior con nervios.

—¿Que día?

—Tú sabes de que día hablo, Sam.

—Lo único que se ya lo confesé, salí al pasillo para buscar a George y escuché un ruido en el comedor que me hizo volver. Pero solo vi a Dream intentando dormir, o algo así.

Punz regresó su mirada a George, encogiéndose de hombros. Al parecer no había nada más por decir.

—"Oculta algo"

—"¿Cómo lo sabes?"— cuestionó Sapnap.

—"Solo lo sé"

—Dice que él sabe que ocultas algo.

—¡No oculto nada!

—"Se que si"

—Sabe que si.

—Puede que haya visto algo...

Se formó un silencio tenebroso, todas las miradas recayeron en el peliverde.

—Cuando regrese con Dream, escuche otra voz, no reconocí muy bien si era un chico o una chica, estaban murmurando. Enseguida desapareció, ni siquiera recuerdo su silueta, y cuando me acerqué a Dream...

Hizo una pausa.

—Él ya estaba dormitando, solo me observaba con sus ojos llorosos, pero aún así...

—"¿Aún así que?"

George movía sus manos con desesperación, aunque sabía que Sapnap era el único que le entendía.

—Está desesperado, ignórenle.

Sam suspiro, cruzándose de brazos.

—Él no dejaba de decir que te amaba.

George parecía tranquilo ante aquella confesión, pero Sapnap sabía que le había afectado. Le había dolido más de lo que admitiría.

—"¿Que él que?"

—Quiere que lo repitas...— murmuro el pelinegro de ojos azules.

—Dream no paraba de decir... "dile a George que lo amo"— musitó Sam de nueva cuenta.

George asintió, restándole importancia, como si aquello le diera igual. Hizo un ademán incitándole a continuar.

Sam miro a Punz con extrañeza, pero decidió seguir contando.

—No dije nada porque creí que era una alucinación mía, yo estaba empeorando y fueron momentos difíciles, no lo sé... solo era un niño, estaba asustado.

—Nadie te está culpando...— murmuro Punz, poniendo su mano sobra la del menor.

—Después de aquello volví a salir hacia el pasillo para ver si encontraba algo, pero no había nadie... y cuando regrese, Punz estaba junto a Dream, quien ya estaba durmiendo.

El de lentes abrió con lentitud la carpeta, rebuscando entre los documentos.

—"Hay un asesino suelto por estos pasillos"

—¿Intentas decir que...?— Sapnap dejó la pregunta en el aire, con pánico de terminarla.

—"Todas las muertes están unidas"

Sapnap palmeó sus mejillas con frustración, controlándose para no agarrarse a llorar ahí mismo.

Habían matado a su Karl.

—¿Que? ¿Que es lo que dijo?— pregunto Punz con confusión, odiaba no poderse comunicar con George.

—Dijo que aún nos falta información. Debemos irnos, George— le apuró, dándole un leve empujón.

El de lentes tropezó un poco, pero obedeció de inmediato, caminando detrás de Sapnap.

—Yo creo que ahora son ustedes los que nos ocultan algo— acusó Sam con irritación.

—Quizás, pero esto es más complicado de lo que parece, no deben involucrarse.

—"Los visitaré"

—Dice que los visitará luego, adiós, fue un gusto conocerlos.

Cuando ambos estuvieron afuera, Sapnap fue quien cerró la puerta.

Ambos volvieron a mirarse con complicidad.

¿Quien estaba detrás de todo?