DOMINANDO A UN SAIYAJIN.

Capítulo 11. El cumpleaños de Bulma.

Unos días después... "Vegeta, estamos de vuelta", llamó Bulma en voz alta. "Lo sé, puedo sentir tu aura", murmuró Vegeta para sí mismo, quien estaba en el sofá de la sala en ese momento. "Oh, estoy tan contenta de que mis flores hayan sobrevivido bien a este calor", escuchó decir a su madre. "Por supuesto, verifiqué la configuración del robot antes de partir. De lo contrario, los animales habrían sido regados y las plantas habrían sido alimentadas", bromeó el científico. Primero atravesó la sala de estar.

"Hola Vegeta, atrapé un gran pez. La suerte fue amable conmigo" saludó al Saiyajin y se sobresaltó cuando vio a su gato favorito, el pequeño gato negro, sentado al lado de Vegeta. Pero al ver a su amado científico, el gato saltó del sofá y corrió hacia el Dr. Briefs. La bolsa de comida para gatos llena también podría ser una razón para esto. A diferencia del gato, Vegeta se quedó dónde estaba y no se dejó disuadir de leer. "¿Crees que Vegeta sobrevivió bien a nuestra ausencia?" preguntó Panchy, quien entró a continuación y también se sobresaltó cuando vio al guerrero sentado allí en una pose inusual y relajada y vistiendo pantalones de chándal negros y una camiseta azul.

Apuesto a que ni siquiera se dio cuenta de que nos quedamos tres días más. Esa respuesta provino de la mujer más molesta y grosera de este pequeño planeta. Ella entró y le sonrió descaradamente. Vistiendo un trapo tan corto de nuevo, para que se pudiera ver la piel bronceada de sus muslos. Su cabello estaba más ondulado que de costumbre, no parecía molesta que él hubiera escuchado su comentario o que no lo hubiera resuelto.

"Hola, Vegeta," lo saludó. "¿Nos extrañaste?" "Como un insecto infernal que sigue cantando en mi oído", replicó Vegeta. Para su sorpresa, ella solo sonrió más ampliamente. Así que seguía siendo beligerante a pesar de estar de vacaciones... ¡Bien! "Creo que eso significa 'sí'. Simplemente no quieres admitirlo, ¿verdad? Hablando de eso, ¿escuchaste sobre la explosión en la compañía Tanaka? Se dice que el golpe fue tan fuerte que las ventanas estallaron en un radio de 100 kilómetros", cambió de tema. "¿Pasó algo aquí?" "Las ventanas aquí están bien," dijo simplemente y volvió a mirar el libro que tenía en las manos. Su expresión era ilegible. Su respuesta no vinculante. Todo su ser un misterio. Se elogió a sí mismo por su cara de póquer.

"Uno sospecha que fue un ataque de un cliente insatisfecho. Nunca me gustó ese tipo. Vendía sus armas a cualquiera que tuviera dinero. Sin moral... así que definitivamente no iré a su funeral", murmuró el Dr. Briefs y guardó su pesca en la nevera. "¿Vamos a comer el pescado hoy? ¿Puedo encender la parrilla?" La pareja consultó durante la cena mientras el gatito negro se agachaba a sus pies, esperando un trozo de pescado. Bulma no apartó los ojos de Vegeta.
Es divertido volver a casa y ver a Vegeta de inmediato. Ella había pensado que él estaría en la sala de gravedad. ¿Estaba esperándola? Se veía tan extrañamente relajado y no era solo la ropa normal. ¡Disparates! Pero tenía que admitir... que había extrañado sus burlas. Levantó la vista del libro y ambos se miraron a los ojos por un momento... y sin querer se sonrieron. Al darse cuenta de esto, Bulma se giró rápidamente y desapareció en su habitación para desempacar sus recuerdos y Vegeta se concentró en su libro. Con suerte, la mujer rubia y molesta terminaría de cocinar pronto. Pescado sonaba bien.

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Han pasado 6 meses desde la profecía; 30 meses para la llegada

El verano estaba llegando a su fin. Bulma notó las primeras hojas amarillas, las temperaturas más agradables después del calor de las últimas semanas y el fresco viento del oeste. Especialmente por las mañanas y las tardes había un olor en el aire que anunciaba el otoño: un olor a niebla, leña quemada y manzanas. El aumento del número de telarañas en los árboles y los escaramujos de color rojo brillante anunciaron un agradable verano indio. Todavía hacía suficiente calor para salir sin chaqueta y comer helado. Bulma se sentó en un banco del parque disfrutando de su cono de helado de yogur de frambuesa y chocolate negro. No pasaría mucho tiempo hasta su cumpleaños. Como le había anunciado a Yamcha, planeó una celebración para familiares y amigos cercanos. No solo para celebrar su 30vo cumpleaños, sino porque todos estaban vivos y bien y todos estaban juntos. Ya había tomado notas sobre la elección de la comida y la música en los últimos días.