𝗦𝘄𝗲𝗲𝘁 𝗕𝘂𝘁 𝗣𝘀𝘆𝗰𝗵𝗼 • 𝖧𝖾𝖾𝗐𝗈𝗇 [RESUBIENDO]

𝑰𝑰

El castaño llegó a la fiesta con su amigo, tenía poco de haber empezado pero ya se sentía el olor a alcohol y cigarrillos.

Como detestaba Jungwon ese olor.

Ni-ki lo hizo caminar por varios rincones de la casa para buscar a su pareja, mientras que Jungwon sólo permanecía callado siguiendo a su amigo, aunque a veces se quejaba cuando este lo jalaba mucho.

— ¡Amor! ¡Wonnie! Si vinieron -saludó el peligris a su pareja.

— No me iba a perder la fiesta, y menos si venías tú -el rubio dejó un corto beso en los labios del peligris.

— ¿Cómo estás Won? -saludó amablemente el menor- ¿Qué cuentas?

— Cuento que el idiota de tu novio me obligó a venir -dijo con una sonrisa notablemente sarcástica.

— Vamos, Yang, no seas tan aburrido -bufó el rubio al ver el comportamiento del mayor.

— ¿Aburrido? -bufó el castaño- ¿Saben que? Voy a la barra a tomar algo, ustedes verán que hacen con su existencia -se marchó del lugar.

— Que carácter, por Dios -dijo el peligris con mala cara.

El castaño se sentó en uno de los pocos asientos desocupados, pidió una cerveza para después ir con algo un poco más fuerte, un tequila.

Se tomó por lo menos 2 cervezas y 5 tequilas, pero seguía perfectamente cuerdo, por lo que pidió otro tequila.

Minutos después le llegó una copa de vino, sin él haberla pedido.

— Yo no pedí esto -frunció el ceño levemente.

— Oh, lo sé, pero se lo manda aquel joven -dijo el mesero apuntando con la mirada en una dirección específica.

Jungwon volteó y lo que vió fue a un chico, qué suponía era un poco mayor que el, y de cabello negro y lacio.

Es muy atractivo, fue lo único que pensó el castaño mientras le sonreía al desconocido pero guapo pelinegro en agradecimiento.

Este se levantó y empezó a caminar hacia el castaño.

Estando ya frente a él, habló.

— Lee Heeseung, para servirte -se presentó el más alto con una sonrisa que denotaba coquetería- ¿Cuál es tu nombre, dulzura?

— Yang Jungwon, un gusto -sonrió de la misma manera que el pelinegro lo había hecho hace un momento.

No debiste haberle seguido el juego, Yang.