𝗦𝘄𝗲𝗲𝘁 𝗕𝘂𝘁 𝗣𝘀𝘆𝗰𝗵𝗼 • 𝖧𝖾𝖾𝗐𝗈𝗇 [RESUBIENDO]

𝑿𝑽𝑰

Después de herir el cuerpo del castaño en uno de sus tantos ataques de ira, el pelinegro salió de casa por una llamada.

Regresó varias horas después, encontrando al rubio nuevamente en su habitación junto al castaño.

Ni-ki lo abrazaba mientras el castaño solo lloraba inconsolable y su cuerpo temblaba.

— Creo haberte echado de mi casa está mañana -dijo refiriéndose al rubio.

La sola voz del pelinegro fue suficiente para que Jungwon se aferrara a su amigo con miedo.

— Eres un maldito monstruo, tú, Lee Heeseung -dijo el rubio mirando a su hermano, acercandose a él notablemente molesto.

— ¿Algo que no sepa? -preguntó con su típica sonrisa arrogante- Largo de mi casa.

— Eres una maldita bestia, Lee ¡Lastimaste a Jungwon sin motivo! -dijo el rubio parándose frente al pelinegro.

— ¿Sin motivo? ¿Te parece poco que te haya dejado entrar sin mi consentimiento previo? Es mi casa, no la suya -respondió el pelinegro.

— ¡Jungwon no sabía que yo vendría! -gritó el rubio.

El pelinegro lo miró sin expresión alguna, como si no le importara.

Entonces Ni-ki continuó hablando.

— Yo entré sin avisar, yo me colé por la jodida ventana de la cocina ¡Él no tiene la culpa!

El pelinegro se quedó en silencio pasando su mirada del rubio al castaño, este inmediatamente esquivó su mirada.

— ¿No piensas decir nada? ¡Le hiciste por lo menos veinte cortes más, cuando llegué estaba llorando tratando de curarse! -dijo el rubio, teniendo que respirar para calmarse- Eres una maldita bestia, si querías desquitar tu ira, tenías que haberlo hecho conmigo, no con Jungwon.

— Fuera -dijo el pelinegro entre dientes- Y no pienso repetirlo.

El rubio suspiró pesado, se acercó a su amigo y lo abrazo susurrando un "Perdón", salió de la habitación y posteriormente de la casa.

El pelinegro miró al castaño y este inmediatamente apartó la mirada, el mayor apretó fuertemente sus puños y se dirigió al baño de la habitación.

Apoyó sus codos en el lavabo y apoyó su cabeza en sus manos.

— Maldita sea -murmuró sintiéndose frustrado.

En un impulso, tiró todo lo que había sobre el lavabo con enojo.

— ¿Por qué me siento así? No debería estar arrepentido, carajo, no debería.

No supo en que momento sus ojos se llenaron de lágrimas.

Limpio las lágrimas que comenzaban a resbalar por sus mejillas.

Mas de una vez había lastimado gente inocente sin saberlo ¿Cuál era la diferencia esta vez? ¿Por qué se sentía tan mal por haber lastimado al castaño?

Una vez ya más calmado, salió del baño, viendo al castaño sentado sobre la cama con la cabeza baja.

Se acercó a paso lento a él.

El castaño al notar esto, se alejó rápidamente haciéndose bolita en una esquina de la cama.

— Aléjate, no te acerques -murmuró asustado.

— Jungwon -susurró el pelinegro.

— ¡Aléjate, Heeseung, no te quieto cerca! -gritó rompiendo en llanto- ¡Déjame!

En otro momento, Heeseung se hubiese molestado por el tono del menor, pero no dijo nada sabiendo que lo único que lograría era que Jungwon se alterara más.

— Lo siento -dijo para después salir de la habitación.

Decidió que lo mejor sería no dormir en la habitación esa noche, así que se dirigió a la habitación de huéspedes.

Se echó en la cama mirando al techo, se sentía mal, muy mal, pero no físicamente, sino emocionalmente.

Se sentía mal por no haberle creído a Jungwon y haberlo lastimado como lo hizo.

Se sentía mal porque estaba arrepentido cuando no debería.

Se sentía mal porque todo le traía recuerdos no gratos.

Se sentía mal porque todo le recordaba a él.

Todo le recordaba a Ji-Kyun.