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Chaeyoung bebía una copa de vino mientras miraba la ciudad desde la ventana de aquel hotel, recién habían llegado a su destino pero debían instalarse bien antes de salir y hacer cualquier cosa.

Quería mantener ocupado a WoonSung mientras ella se encargaba de ir por el anillo, y seguramente visitar a su madre, como Jeongyeon le había dicho. Pero la mirada del chico cuando estuvieron juntos antes de salir al aeropuerto la mantenían distraída a ella, ¿Y si WoonSung... Tenía sentimientos por ella?

No, no podía ser posible.

Chaeyoung sólo suspiro y presionó la mandíbula.

— Todo es maravilloso, Chaeng —dijo el chico a sus espaldas, giro sobre sus talones para verlo, una sonrisa adornaba su rostro e incluso se miraba más fresco después de su rápido baño.

Solo debía pretender que todo estaría bien, debía buscar la manera de deshacerse de WoonSung. No importaba si fuera por las buenas o las malas.

— Lo es, —correspondió y dejó la copa vacía en uno de los muebles que estaba a su alcance, después se sento al borde de la cama y dio un largo suspiro— tenía años sin venir aquí...

Sin embargo, WoonSung no era su único problema, pues una vez que arribaron a Corea una oleada de sentimientos encontrados la comenzó a abrumar, pensaba que había superado el pasado, pero descubrió que no era así.

— ¿Oh, de verdad?

— Si, deje Corea desde que mi ex... Bueno... —torció sus labios, aun había una pizca de amargura al contar la historia.

El rostro de WoonSung sólo se volvió algo neutro y asintió.

— Creo que entiendo. —murmuró y se sento al lado de Chaeyoung, no lo suficientemente cerca.— Bueno, no estaremos todo el rato acá en una aburrida habitación, ¿Cierto? —trato de animarla y golpeó con suavidad su brazo para llamar su atención— ¿Qué tal si salimos y encontramos que hacer?

— Espontáneo —dijo Chaeyoung y una pequeña sonrisa se formó en su rostro— me agrada...

(**)

Al parecer ambos habían descubierto que una de sus aficiones era el alcohol, pues no había día en el que no bebieran cuando se encontraban juntos y pudieron confirmarlo cuando su primer y único destino se convirtió en un pequeño bar de muerte en el que habían tropezado.

Los tragos estaban cargados y aunque en un principio habían bromeado con ver quien tendría más aguante ambos sabían que los dos se habían declarado los perdedores al segundo trago.

Las risas de ambos se habían vuelto más escandalosas, al grado en que gente alrededor les lanzaban miradas de mala gana por lo que decidieron salir de ahí en busca de algún otra aventura.

— Tenía tanto tiempo sin sentirme de esta manera —dijo WoonSung haciendo que Chaeyoung se sorprendiera por su increíble fluidez al hablar, seguramente ella no podría formular ninguna frase coherente.

— ¿Enserio?

El chico a su lado asintió, e hizo una mueca.

— Normalmente despierto cada día con una sensación terrible, siento que alguien tocará a mi puerta y dirá que encontraron el cuerpo de mi esposa en algún lugar baldío... —Chaeyoung lo miró por unos minutos, su mirada perdido hizo que sintiera un poco de pena por el chico, pero pronto la comisura de sus labios se curvo un poco mostrando una pequeña sonrisa— Por primera vez no siento eso. Quiero decir, creo que he pensado en lo que dijiste.

Chaeyoung frunció el ceño, honestamente no recordaba ni una mierda. Ni siquiera lo que había comido ayer.

— ¿Qué cosa? —preguntó.

WoonSung soltó una risa al aire y estuvo a punto de contestar, sin embargo, a lo lejos, una mujer con postura elegante caminaba hacia el lado contrario, no podía ver su rostro pero sentía que conocía demasiado bien ese caminar, ni siquiera lo dudo cuando empezó a correr detrás de ella.

— ¡Mina! —exclamó.

— ¡WoonSung! —Chaeyoung se tambaleó detrás de él, claro que el alcohol y el desnivel de las calles no ayudaban, cada tanto se tropezaba y era casi imposible alcanzar a WoonSung.

— Mina —dijo cuando estuvo a tan solo unos pasos detrás de la desconocida mujer.— demonios, te he buscado por tantas partes, y...

La mujer, al sentir el agarre en su brazo no dudo en girarse y rociar aquel gas lacrimógeno directo en su rostro. WoonSung grito y se tiro al piso mientras trataba de quitar la irritación con su mano, claro que la mujer no estuvo satisfecha con ella y apuntó de nuevo para rociarlo una vez más, pero Chaeyoung fue más rápida.

— ¡Basta, basta! —interfirio algo nerviosa al ver cómo esa cosa apuntaba esta vez a ella.— Él no es de aquí... Y te confundió con alguien más, en verdad lo siento.

Chaeyoung solo pudo suspirar aliviada cuando vio cómo la chica guardaba el gas en su bolsillo, gente a su alrededor empezaban a verlos de manera curiosa.

— Lo siento. —hablo la chica— No suelo pasear sola así que solo reaccione así.

— No te disculpes, él no debío hacerlo.

(***)

WoonSung pasaba un trapo húmedo en sus ojos mientras sentía ardor en ellos. A su lado estaba Chaeyoung ofreciéndole una bebida y la chica, que resultó llamarse Tzuyu también los acompañaba, se sentía culpable por haber hecho eso así que no encontró mejor manera que invitarles una bebida.

— Lamento hacer echo eso —Tzuyu apenas y había dicho unas palabras en todo ese tiempo que llevaba acompañándolos—, pero me asuste mucho —explicó de manera lenta, Chaeyoung pudo reconocer que la chica tampoco era de Corea— me tomaste del brazo y gritabas por alguien. ¿Quién era?

— Mina, mi esposa —dijo WoonSung.— ella desapareció hace algún tiempo, y no sólo eso, también está embarazada de nuestro primer hijo.

Chaeyoung sintió su estómago retoecerse cuando escucho ese 'nuestro'.

— Oh... —dijo la muchacha afligida— eso debe ser devastador...

— Si...

//

Por otro lado, Mina miraba la pared de la ducha, el agua caliente bañaba su cuerpo.

Sus manos descansaban en su vientre y no le importaba cuando tiempo tenía ya ahí, dejando simplemente que el agua fluyera.

— No puedo quedarme aquí. —dijo para si misma.

Salió del pequeño cuarto de baño que había en el lugar y suspiro, el frío de la habitación la hacía temblar. Y sólo podía verse unos meses atrás, teniendo una vida de ensueño junto a WoonSung.

Se preguntaba porque estaba permitiendo que pasara todo esto.

Debía encontrar la manera de dejar este infierno que estaba viviendo.

Fue entonces que escucho unos golpes, parecía que había alguien detrás de la puerta.

— ¿Qué es esta puerta? —escucho una voz, era diferente, supuso que se trataba de alguien más, y apesar de que quería gritar por ayuda simplemente se quedó helada.

La voz se escuchaba un tanto desorientada y temblorosa, como si se tratara de alguien que tenía algunos tragos encima.

— No sabía que Chaeyoung tenía la entrada a Narnia...

La voz empezaba a sonar lejana. Y Mina, permanecía en el mismo lugar, esperando a que su unica oportunidad de poder salir su fuera. Chaeyoung daba vueltas en su cabeza.

¿Lo había echo por Chaeyoung, en verdad esperaba hacer una vida con ella y permanecer atrapada en ese lugar por siempre sin poder ver la luz del sol siquiera?

Por un lado quería huir de ella, pero también había una pequeña parte que le pedía que se quedase, que quizás en un futuro si hacía lo que Chaeyoung le pedía probablemente las cosas mejorarían.

bebé en camino. [michaeng] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora