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Jeongyeon chisto la lengua de manera amarga mientras veía todas las botellas esparcidas en el suelo, por un momento imagino la voz molesta de su hermana diciéndole que limpiará todo ese desastre, o peor aún, la voz de Nayeon.

— Tonterías. —dijo para si misma buscando su teléfono en el bolsillo de su abrigo, luego de pelear consigo misma logró encontrarlo y lo tomó entre sus manos torpemente.

Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo en realidad, sólo que de un momento a otro ya estaba marcando el numero de Chaeyoung.

La extrañaba, a pesar de que había sido ella quien le pidió que fuera a Corea, ahora se sentí sola y necesitaba un poco de consuelo.

Por otro lado, Chaeyoung miró la pantalla del aparato un tanto desconcertada y confundida, Jeongyeon nunca la llamaba, siempre iba a su casa para hablar, pero claro que ahora no contaba con que las separaban algunos kilómetros de distancia.

Tomo la llamada y pronto pudo escuchar unos torpes balbuceos.

— ¡Chaeng Chaeng! ¡Hermanita! —escucho y por el tono de voz adormilado pudo deducir que Jeongyeon traía algunos tragos encima.

— ¿Por qué me llamas? No, ¿Por qué estas ebria? —fue lo primero que dijo sin siquiera corresponder el alegre saludo de la mayor.— ¿Dónde estás, Nayeon Unnie esta contigo?

Chaeyoung miró hacia la habitación, vigilando que WoonSung siguiera dormido.

— Tsk, ¿Por qué hablas como si fueras mi madre? —se quejo Jeongyeon antes de continuar con las respuestas a todas esas preguntas de Chaeyoung— Vine a visitar tu casa, ¿Sabes? Creo que necesitas algún roomie o algo, el lugar está de espanto por si solo...

Chaeyoung sintió su cuerpo tensó ante la idea de Jeongyeon merodeando por ahí. Sobretodo en el sótano.

— Jeongyeon, estas ebria, tienes que volver con Nayeon ahora...

La mayor la interrumpió.

— También estuve en tu estudio —mencionó y Chaeyoung sintió su estomago revolverse—, pensé que habías dejado la pintura, ¿Tienes algún fetiche por las mujeres embarazadas? Había muchas de ellas pintadas... Oh, también abrí una puerta...

A este punto Chaeyoung ya estaba sudando frío, sus manos temblaban, sus rodillas flaqueaban y ni siquiera sabía cómo formular las palabras correctas, ¿Y si Jeongyeon había visto a Mina?

— Esas escaleras y el estrecho pasillo si que son como una película de terror, pero Chaeng, no tenía idea de que tuvieras la puerta para cruzar a Narnia...

Chaeyoung solo estaba helada e ida.

— ¿Hola, sigues ahí?

— Yo... Estoy aquí, ¿Qué más hiciste después de eso?

— Solo volví a la cocina y bebí otra botella de vino...

— Demonios Jeong, voy a patearte cuando regrese. —suspiró sintiendo su corazón latir más rápido.— ¿Por qué estas en mi casa y no en la tuya, con Unnie, pelearon?

— No exactamente...

Jeongyeon miró hacia un punto fijo y pronto pudo sentir aquel nudo en su garganta que tanto había estado evitando durante la tarde.

— ¿Entonces...? —insistió la menor, si podía distraerla y hacerla olvidar lo que había hecho en su casa lo haría sin lugar a dudas.

Sin embargo, no contaba con que escucharía un pequeño sollozo del otro lado de la línea, algo apenas audible pero que terminó por preocuparla.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2023 ⏰

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