11. La verdad entre nosotros

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Fue un extraño anuncio el que hicieron Taehyung y Jungkook, ellos se sostenían las manos y contaban que habían hecho oficial su relación, Jimin parecía más emocionado que nadie ahí cuando los abrazó y los felicitó, Taehyung estaba bastante alegre también, y aunque Jungkook sonríe, Yoongi notó que algo no encajaba, la sonrisa demasiado trémula quizás.

El ambiente no estaba bien, y Yoongi no llegó a entender el por qué.

Pero se distrajo viendo la ropa de bebé que Jimin le mostraba a Jungkook, viendo las manos de Jungkook acariciar el ahora hinchado vientre de Jimin, que tenía cinco meses de embarazo y gemelos varones.

Y luego Jungkook y Taehyung salieron dejándolos finalmente solos y Yoongi pudo abrazarlo, poner sus manos en el vientre de su omega y hablar como un tonto a sus hijos que nacerían pronto, y mientras él hacía eso, las suaves manos de Jimin acariciaban su cabello.

— Están sanos, y muy grandes— le comenta Jimin que ese día había tenido un control médico — También tiene mucha energía— menciona cuando siente a uno de sus cachorros moverse— son unos terremotos, a veces me despierto por lo mucho que se mueven

— Van a ser fuertes, y espero que más altos que yo

— Pero ¿si son omegas?

— Igual, seguro les gustarán los deportes, y ser altos hará que les sea más fácil

— También pueden preferir estudiar

— Ser alto hará que alcancen los libros que están en las estanterías altas — Acaba de decir eso y Jimin deja salir una carcajada

Y ahora que lo piensa bien, es la primera vez que lo escucha reír de esa manera.

Se sientan en el sofá con Yoongi recostado en las piernas de su omega y hablan de cosas tontas y cosas que quieren hacer, imaginan como serán sus bebés y en que país sería bueno vivir.

Es tan puro.

Yoongi piensa en ese momento.

Es completamente diferente.

Su aroma, su forma, la manera en que le gusta tocarlo. Al alfa le gusta ser delicado con Jimin, le gusta acariciarlo lento y ver sus ojos cuando están juntos, hablar después de hacer el amor y acariciar su vientre al aplicarle aceite de coco porque Jimin tiene esta idea de que las estrías se verán feas después de tener a sus bebés, aunque Yoongi le diga que no será así, que va a verse hermoso, igual o más que siempre, que serán líneas que mostrarán que allí creó vida y un hogar para ambos.

Yoongi nunca había sido tan cursi ni tan tonto.

Porque no puede evitar comparar, está comparando como es él mismo con Park Jimin y con el resto del mundo.

El resto del mundo es Jung Hoseok, que lo mira burlesco sin decirle una sola palabra, con quien no tiene que ser delicado ni preocuparse en lo absoluto, quien lo hace sentir como si estuviera cayendo en un abismo sin fondo mientras Park Jimin no hace volar.

Se ha dicho a si mismo que esto es temporal, que estas mentiras solo serán mientras estén trabajando juntos para quitarse a Kim Seokjin de encima y nada más.

Pero se lamenta por extrañar desde ahora compartir un cigarrillo después de tener sexo descuidado, tosco y fuerte.

— ¿Cómo no voy a confundirlos si son gemelos idénticos? — cuestiona Jimin pensativo

— Tú vas a saberlo, eres su padre— contesta Yoongi— Yo podría confundirlos, hay que vestir a uno de azul y al otro de blanco o algo así

— Uno de colores fríos y otro de colores cálidos

— Eso— Jimin le sonríe— tengo miedo Yoongi... El tiempo pasa, los bebés ya van a nacer y saber que él podría lastimarlos me hace...

— Te lo he prometido ¿no? Antes de que nazcan estaremos lejos de aquí

— Lo sé, pero aún así, cuando él está cerca, me da pánico que vaya a notarlo

[...]

Yoongi estaba extrañamente acostumbrado a saber que Seokjin estaba solo en una habitación con Jimin. Él no sabía que pasaba ahí, no tenía idea de que le decía o que le hacía, porque Jimin no quería decirle los detalles.

Y a veces se distraía bebiendo a lado de la piscina, justo como ahora y Jungkook nadaba mientras bebía con él también, ambos se quejaban de absolutamente todo y se acabaron dos jarras de mojitos que Yoongi había preparado, porque necesitaba adormecerse cada vez que Seokjin estaba ahí.

Jungkook salió de la piscina casi temblando, pero sin sentir mucho frio debido al alcohol, sin embargo, no fue a cambiarse, recibió la toalla que Yoongi le ofreció y se colocó otra más encima. Luego se sentó en la silla de playa vacía a lado de Yoongi y continuó bebiendo de la tercera jarra de alcohol que tenían, esta era de piña colada.

— Me haces sentir como un fracasado— dice Yoongi, que tenía la nariz roja— tienes unos abdominales maravillosos, te odio

— Es gracias a "no ser un flojo que solo anda sentado todo el día" — le responde el omega con un tono jovial y sonando un tanto constipado

— Y eres muy alto

— Ya me lo había dicho

— Pero eres muy alto, eres igual de alto que Taehyung... ¿y donde anda tu novio?

— No tengo idea... él a veces sale por encargos y dice "no necesitas saberlo" ¿Y sabes qué? Le creo completamente, no necesito saberlo, no quiero saberlo

— Pero probablemente deberías saberlo si es que planeas quedarte con él

— No estoy planeado nada, si pasa pasará— suspira y vuelve a beber— ¿viste las ecografías de los gemelos? Son enormes

— Si— dice con una enorme sonrisa— claro que sí, mis cachorros serán fuertes y sanos— dice en un susurro

— Ya lo creo, y todavía dos, Jimin sigue sonrojándose cuando le digo que tuviste buen tino

— Es que lo hice muy bien— presume y luego ríe

Al rato se han acabado la tercera jarra y no pueden estar más ebrios que ahora mismo.

Jungkook quiere más y se pone de pie, pero tropieza cae al suelo en un golpe seco, Yoongi lo ayuda a levantarse como puede, pero sus rodillas sangran, y en lugar de quejarse se ríe, pero sus ojos se llenan de lágrimas, eso debe doler, y dolerá más cuando esté sobrio.

Pero su risa es contagiosa y ambos están riendo ahí debajo de la sombrilla.

Y en ese momento, lo mejor hubiera sido si sus ojos no se hubieran encontrado, así no hubieran dudado de todo.

Ellos no se movieron, los dos podrían jurarlo, hubo algo que los empujó, que acabó con los centímetros que los separaron, y fue lento y demasiado suave hasta para el gusto de una mariposa, pero duró más de lo que debió para poder decir que fue un accidente.

Aún así estaba el alcohol para culpar.

No debería besarlo. Menos que a nadie, no a él.

Las manos de Yoongi quemaron sus hombros cuando lo tocó con la intención de apartarlo, pero finalmente no lo hizo.

A Yoongi finalmente ¿qué le importaba? Esto no sería nada si se decía a si mismo que no lo era.

Pero el calor que creció desde los brazos de Jungkook hizo que reaccionara, hizo que llorara en silencio sabiéndose traidor de su única familia.

Pero ni siquiera fue eso lo que logró que se apartaran, fue el sonido de la puerta del balcón abriéndose, que los hizo correr el uno del otro.

Y los ojos de Seokjin sobre ellos viéndolos como si acabara de ver un fantasma.


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¿Qué cosas no?

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