En la lista de desalmados asesinos, violadores y cualquier otro tipo de perpetrador cruel y sanguinario, sea por ingenio, por maldad, por mala o buena suerte, el nombre de Namjoon siempre estaría allí.
No recuerda haber sido un niño alguna vez, su vida comenzó cuando le disparó a alguien por primera vez a la corta edad de diez años, y continuó mientras se tornaba más y más oscuro.
Él sabía que era malo, él sabía que lastimaba a las personas y que, si había un infierno, sería el próximo gobernante, él no sabía, y no le importaba, pensaba que no tenía un alma que perder en primer lugar, así que no pensaba en eso tanto tampoco.
Namjoon jamás sintió compasión o miedo a morir, jamás se arrepentía de las decisiones importantes, solo de las pequeñas.
Si mataba inocentes o marcaba la vida de alguien para siempre, poco le importaba, pero cuando su personaje favorito en una película no ganaba, o su tienda favorita de pollo picante no abría, se sentía "triste". Y entonces sabía que aún seguía vivo.
Eran placeres mundanos, inútiles, sutiles y pasajeros.
Había aun algo latiendo en su pecho, y era extraño para si mismo saber que alguien así podía estar vivo, después de escuchar tantos gritos y ver tanta muerte, era extraño.
Aún era bastante joven cuando acababa de volverse jefe de un grupo de mercenarios dedicado al trafico de cualquier cosa que les solicitaran, y que trabajaban directamente para el imperio de los Kim, los reyes del tráfico de drogas, armas, o personas.
Tenía veintitrés años y se sentía como el jefe del mundo, creyó que viviría de esta manera siempre, hasta su último día, había probado todo lo que un hombre y una bestia quisiera probar en su vida hasta ahora.
Solo le falta una cosa, pero no deseaba encontrarlo.
Quizás fue eso, querer alejarse tanto de eso lo hizo correr a él.
Era un niño.
Tenía el rostro de un niño aún, y sostenía en sus brazos a otro niño más pequeño.
Sus hombres iban a hacer lo que siempre hacían, ser animales, matar, cortar, deformar, abusar, y lo tenían en la mira.
El encargado del campamento se interpuso y nadie intentó siquiera dialogar cuando le dispararon, y miraron a aquel par como un bistec suave y jugoso.
Uno de sus hombres exclamó "son vírgenes" y rieron.
Namjoon también hubiera reído, lo ha hecho antes, no le ha importado en lo absoluto, pero sus ojos están prendados de los ojos del omega que está llorando, rogando, gritando para que lo suelten, a él y su hermano.
El corazón de Namjoon late fuerte, y está tan enojado que suelta algo parecido a un rugido haciendo que todos se detengan.
Ordena que lo suelten y así lo hacen, pero solo al más grande, no le está importando el otro chiquillo en lo absoluto, pero el omega ahora libre no hace más que lanzarse a los otros para intentar liberar al más pequeño, aunque no tiene caso.
Namjoon lo toma del cabello, pensando que esto sería como todo lo demás en su vida, pensando que podría quebrarlo como a una ramita seca y tenerlo como un adorno roto y silencioso.
Él deseaba eso y lo intentó, pero cada movimiento, cada toque, le dolía a si mismo como si le quemara.
— Por favor— lloraba el chico— por favor, mi hermano, por favor
Los gritos del otro chiquillo casi habían sido borrados de sus oídos hasta que el omega frente a él lo mencionó, no pidió que le soltara el cabello o que lo dejara de tocar entre las piernas como estaba haciendo, él pidió por su hermano.
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Zugzwang | Yoonmin | Omegaverse
FanfictionYoongi es un alfa con poco tacto, es muy serio y se inclina por seguir una jerarquía o protocolo social previamente establecido, pero entonces es contratado para cuidar a Jimin, un elegante aunque problemático omega, prometido del heredero del imper...