Zugzwang | Yoonmin | Omegaverse

15. El antiguo vacío de la pólvora

A pesar de que Jimin conversara con él, aún había una pared enorme entre ellos, pero esa pared, no estaba con Jungkook, quien temblaba cuando estaba frente a él, pero parecía menos cauteloso, incluso lo amenazó si llegaba a tratar mal a Jimin, y Seokjin se rió de eso, pero le agradó saber que alguien así acompañó a Jimin en su vida.

—¿Cómo fue su vida? Antes de llegar aquí— le preguntó a Jungkook una tarde, cuando ya estaban en un complejo que Jin había asegurado más que a una base militar y Jimin estaba sembrando su preciada planta mientras Jungkook caminaba explorando por allí junto a Seokjin, quien solo quería una excusa para hablar con él y aprender un poco más de Jimin

—Es lo que imaginas, probablemente— le dice el chico— antes de llegar donde estaba él... Namjoon, estábamos en un burdel, y Jimin era algo así como exclusivo— menciona viendo al suelo, su voz suena tan plana...

Seokjin apretó lo puños.

—¿Qué hay de ti?

—Yo no lo era

—Claro... sería bueno que tengan algo de asesoría psicológica— se encuentra a si mismo sugiriendo, y los ojos redondos de Jungkook lo miran brillosos

—¿De verdad? ¿Podemos?

—Si, y ya se los dije, pueden pedir lo que quieran, no van a volver a esa vida

Cuando Jungkook comenzó a llorar en ese momento, y Jimin llegó corriendo a su lado para abrazarlo, miró a Jin como si acabara de matar a un cachorrito, lo miró como si quisiera matarlo, y Jin sintió escalofríos, pero agradeció nuevamente, que dentro del infierno donde estuvieron, se hayan tenido el uno al otro.

¿Cuándo se había vuelto tan sensible?

[...]

Jin notó inmediatamente como es que Jungkook miraba a Taehyung, se dio cuenta inmediatamente de que le gustaba, y era divertido mirar sus torpes intentos de hablarle, y si bien Taehyung no estaba realmente interesado en él para más que un acostón, Jin se encargó de advertirle que si solo quería eso, ni lo intentara.

Y él mismo tenía problemas, jamás tuvo que intentar acercarse a un omega, no sabía que sería tan difícil, porque los regalos más costosos y lujosos parecían poner a Jimin simplemente incómodo, los viajes a lugares exóticos y elegantes lo ponían nervioso, sus intenciones jamás terminaban como él quería, y no entendía porque ¿por qué no le gustaban los lujos? ¿A quién podía no gustarle los lujos y las comodidades?

—No te entiendo— le dijo en una suite en Francia luego de cuatro meses de haberse conocido— nada funciona, nada te gusta y sigues escondiéndote, alejándote y temblando cada vez que me acerco, no me dejas tocarte, no me dejas besarte, no puedo siquiera conseguir que me veas a los ojos y no entiendo nada de lo que hacer ni lo que quieres

—Lo siento...— responde bajito Jimin, sentado en el mueble de la habitación, donde pretendía dormir, no a su lado en la enorme y mullida cama

—¿Qué crees que voy a hacerte? ¿Qué esperas que haga?... No voy a lastimarte, carajo, no voy a hacerte daño, no estoy haciéndote daño, y no sé cómo avanzar si ni siquiera asistes a las jodidas terapias con tu hermano

—Es difícil...— habla Jimin— no tenerte miedo, y no me gustan los aviones, no me gusta viajar ni recibir cosas caras porque es demasiado para mi

Entonces al menos, Jin supo que es lo que no debía hacer

[...]

Jin aprendió a cocinar exactamente 5 platillos, solo para prepararlos junto a Jimin, agradeció que Jungkook le enseñara, y además de comprender que ambos eran un desastre en la cocina, también escuchó a Jimin reír por primera vez, y hablar más con él y entender y poder besarlo.