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Los niños estaban aquí, Yoongi se retorcía de dolor por las contracciones y Taehyung no podía hacer nada. Se habían mudado al castillo de los Min, donde habían decidido vivir por el momento y todo eran gritos de uno y desesperación del otro.

— Yoon, necesito ir a por ayuda — lloriqueó mientras le apretaba la mano — tengo que dejarte solo unos segundos.

El mayor asintió y el pelinegro casi voló de la habitación para avisar a los vampiros que les servían de que buscaran al doctor y a los padres de ambos, querían que todos estuviesen en aquella emocionante situación. Volvió rápidamente a la habitación, posicionándose al lado de su omega que lo miraba aterrado ante el gran dolor que tenía.

Pronto aparecieron todos, Hoseok se sentó al lado de su hijo, agarrándole la mano y liberando feromonas para tranquilizarle, SoMi miraba atenta todo y Seokjin andaba de un lado para otro, sin poder hacer nada. Jimin y Jungkook se alegraban de ser alfas porque no tendrían que pasar por ello, aunque les apenaba un poco tener que preñar a alguna humana, pero eso sería un problema de más adelante.

— Señorito Min — intervino el doctor — vamos a tener que realizarle una cesárea, no se preocupe por nada, todo estará bien.

Taehyung sintió que la sangre se congelaba en sus venas, nadie sabía cómo reaccionarían los bebés ante eso, le aterraba la sola idea de que saliesen lastimados, pero era normal en un padre primerizo. Yoongi asintió y miró a su alfa, intentando tranquilizarle con los ojos, sin conseguirlo.

El doctor sacó las herramientas y cubrió la parte del pecho y un poco de la barriga para que no estuviese tan expuesto, tomó aire y hundió el bisturí en la piel, rasgando con cuidado para abrir. Los gritos del mayor se intensificaron, lloriqueaba sin poder evitarlo, su piel estaba muy sensible y le dolía.

Separó la piel y la grasa de la epidermis, abriendo con las manos cuando tuvo acceso a los bebés, se paró un segundo y llamó con la mano a SoMi, que estaba totalmente aterrada en su sitio, para que se encargase de coger al primer bebé. Lo extrajo con cuidado aun rodeado con la placenta, que rasgó con el bisturí y lo sacó, obteniendo un sonoro llanto que apuñaló sus oídos, lo posó en los brazos de la vampira y rasgó el cordón umbilical, seguido, se dirigió a por el otro.

Esta vez llamó a Jungkook, que se paró a su lado, igual de aterrado que su madre, vio como el segundo bebé era extraído de la barriga y sacado de la placenta, otro llanto se unió al que ya había, cortó el cordón umbilical y se lo tendió a su tío.

Se puso rápidamente a sacar los restos del interior y a suturar la herida del vientre, todo había pasado sin problemas gracias a la gran maestría del doctor.

— Son niños, hyung — notificó Jungkook, con emoción — dos hermosos niños.

Taehyung arrancó a lloriquear con más fuerzas, besando la mano que agarraba de Yoongi, en el fondo esperaban que fuesen niñas, pero ya tendrían tiempo de engendrar más. El mayor suspiró en su sitio, ansioso porque les entregasen a sus bebés.

Su madre y hermano lavaron con cuidado a los bebés, que lloriqueaban por querer estar con su padre, mirándolos con adoración. Cuando estuvieron limpitos, se los pusieron a cada lado de los brazos de Yoongi, que sintió morir de amor al verlos. Eran tan pequeños, con la carita rosada y cada uno tenía el pelo de un color, uno blanco y el otro negro, como ellos.

— ¿Habéis pensado nombres? — preguntó Seokjin, emocionado.

— Sí... — respondió Taehyung — son Kim Yeonjun — y señaló al del pelo blanco — y Min Soobin — al del pelo negro.

Todos sonrieron ante aquello, para que el clan Min no se perdiese, les pondrían los apellidos de ambos a cada uno, así, el legado seguiría para siempre, no por tener diferentes apellidos dejarían de ser hermanos, tal como Yoongi y Jungkook.

Seokjin se sintió orgulloso ante la decisión de su hijo, digno heredero del clan Kim, lo había criado bien, en unos pocos años le cedería su puesto y él se dedicaría a vivir su amor con Namjoon viajando por el mundo y disfrutando de sus adorables nietos. Sus pensamientos se dirigieron a Dahyun, preguntándose si en donde quisiese que esté, podía sentirse igual que él, con su hermoso bebé crecido, maduro y tan bien educado por sus creencias y las de ella.

— Bienvenidos, bebitos — Taehyung besó las frentes de sus hijos, supurando amor por todas partes.

Los aromas de ambos tranquilizaron el llanto de ambos bebés, que abrieron sus ojos brillosos, dándoles una sorpresa a todos, la heterocromía de Yoongi se había representado también en ellos, otorgándoles otro rasgo especial más.

Taehyung se tumbó al lado de su omega, poniendo a los pequeños entre ambos, intentando protegerlos de todo mal, sus ojos se encontraron después de mirar por un rato a sus hijos y sin tener palabras suficientes para describir como se sentían, sus labios se buscaron en un beso lleno de amor, que reforzaba, nuevamente, la unión de aquellos dos.

The shadow like me ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora