Poción

70 7 0
                                    

Hola, Cereza

Perdona que te responda hasta hoy, pasaron varias cosas la última vez y no creía seguro volver a escribirte, no por algunos días.

¿Sabes? Estoy en problemas...

Le aseguré a mi abuelo que tenía el don de la música, sé que no es así, apenas puedo olfatear bien, ¿cómo podría generar música?

Sinceramente, me encuentro aterrado, tengo que presentarme en el Festival de las Luces y cantar para abrir el baile principal. No tengo idea de cómo podré hacer algo así, no tengo una canción, mucho menos una melodía, no he dormido y apenas puedo comer.

La ansiedad y el miedo me dominan, no sé qué hacer. Ojalá pudieras estar a mi lado, eso me haría sentir más seguro.

Respóndeme pronto, por favor. Necesito saber que por lo menos seguirás conmigo a pesar de lo que suceda mañana en la noche.

Siempre tuyo.

Mizuki.

Puse la carta en el hueco del tronco tan rápido como pude y con toda la discreción que tenía. No había nadie, ya no se acercaban tanto a las ventanas, últimamente estaba helando.

Habían pasado dos semanas desde la discusión que tuve con mi familia. Creí que tenía tiempo suficiente para encontrar una solución a esto, pero no hay nada.

Siempre culpé a los demás por las humillaciones, y si esto no se arregla, mañana será el único día en que el más humillado seré yo y por mis propias palabras.

Antes de alejarme del árbol, tomé una flor y fui a la cocina, actué lo más natural posible y le ordené al cocinero que me preparase un té con la flor. Últimamente me relajaba mucho, pero había dejado de tomarlo después de la furia de mi abuelo.

―Amo, es demasiada esencia para una sola persona, permítame, por favor, prepararlo como es debido.

―Lo sé, pero prefiero que sea sólo para mí.

―Como ordene, amo.

Sin más, me fui a mi habitación, pronto iba a anochecer y sabía que sería otra noche en vela.

¿Qué hago? Mañana es el maldito festival y no tengo nada, ni una pista. Pensé en preguntar a mi madre, pero la han estado vigilando para que no se me acerqué. Todo esto pasó por mi culpa. Si me hubiese quedado callado, no tendría esta preocupación.

Sin percatarme, entró mi nuevo mayordomo personal, dejó mi té y se marchó.

Fue asignado por mi padre, al parecer temen que me reproduzca en algún momento. Para suerte de Sakura, no la despidieron, pero ahora no sale de la habitación de mis abuelos, se dedica a servir sólo a mi abuela.

Tomé la tetera y me serví un vaso de té de sakura, le di el primer sorbo y sentí como me relajó al instante, seguí bebiendo hasta que tomé la última gota. Tenía razón, sabía que si bebía esto podría relajarme y dormir al fin.

Pronto empezaba a sentir pesadez en mi cuerpo y una somnolencia casi incontrolable. Alcancé mi cama y logré envolverme en las cobijas. Miré el techo unos segundos y de inmediato caí en el sueño más profundo que había sentido jamás.

Nuevamente me rodeaba el perfume del cerezo y la calidez sofocante del verano. Otra vez escuchaba las voces en la lejanía y sentía mi cuerpo incapaz de moverse. Pero después de tanto, por primera vez estaba tranquilo.

Ahí estaba la suave caricia en mi cabello, sentí en mi nuca la forma de las piernas de la hembra de mis sueños. No quería hablar ni saber nada más, quería disfrutar de esta esporádica paz.

El Sol & La Luna [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora