Esperanza

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Luego de aquella corta conversación, la señorita Asami se marchó.

Ya había amanecido, noté desde hace algunos días que el invierno no se sentía tan frío como antes. Me levanté, me duché, me vestí y esperé a que trajeran mi comida. Después de desayunar, salí para encontrarme con mi madre, estaba en su habitación. Toqué y esperé a que me permitiera entrar.

Una vez dentro, la vi sentada junto a su tocador, estaba cepillando su cabello blanco idéntico al mío.

―Mizuki, ¿qué se te ofrece tan temprano?

Dudé un poco. No sabía si era apropiado hablar de algo así tan repentinamente. Sin embargo, tenía curiosidad y debía aclarar algo que era tan evidente, pero al mismo tiempo, tan oculto.

―Ayer, mientras leía, me pregunté por qué me llama "Mizuki".

Ella sonrió con dulzura y sin dejar de peinar su cabello, me contó:

―Porque eres mi hermosa luna. Naciste de noche, una noche de luna llena.

―Si tanto le gustó ese nombre, ¿por qué me llamó "Tsukuyomi"?

Su sonrisa se borró y me miró con extrañeza.

― ¿A qué viene eso, hijo?

Había detenido el cepillar de su cabello y sin girar, me miró detenidamente a través de su reflejo en el espejo.

―Quiero saber por qué me nombró así, pero está prohibido mi nombre.

Soltó un fuerte suspiro y me sonrió nuevamente. Como si aquella conversación no fuera importante.

―No pienses en esas cosas, Mizuki. ¿Por qué no vas a leer algo a la biblioteca?

Me despedí y me marché. Caminé a la biblioteca, donde para mi sorpresa estaba la señorita Asami, hojeaba unos libros viejos de herbolaria.

Me miró y fue hacia mí.

― ¿Pasa algo, joven Alpha? ―sonaba preocupada.

Miré a todos lados y me di cuenta de que estábamos solos, ni siquiera estaba la pequeña Sakura que no dejaba su lado.

―Fui a hablar con mi madre respecto a mi nombre. No me dio ninguna respuesta, prácticamente me echó de su habitación.

Ella me miraba con tristeza. Me tomó del brazo y me guio a una mesa. Nos sentamos y sujetó mi mano con firmeza.

―Era de esperarse. Supongo que sabe quién fue Tsukuyomi.

Asumió casi de inmediato.

―Sí, uno de los tantos dioses a lo que se les adjudica el poder sobre la noche y la luna.

―No sólo eso. También es su antepasado.

Abrí mis ojos y dejé de respirar. ¿Descendía de un dios?

―No es de sorprenderse, joven Alpha. Las familias Alpha desciende de cambia-formas que se mezclaron con deidades.

―Entonces, ¿tengo el nombre de un antepasado y por eso está prohibido?

Hizo una mueca y giró su cabeza lado a lado un par de veces mientras pensaba. Era una hembra educada y elegante, pero ese gesto me había parecido tierno.

―Es parte de las leyes de los cambia-formas.

¿Leyes?

― ¿Qué leyes?

― ¿No conoce sus propias leyes?

En ese momento soltó mi mano y segundos después entró Sakura con una tetera. Bebimos el té y Sakura retiró los vasos sucios.

El Sol & La Luna [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora