Secreto

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― ¿Qué haces? ― me quedé boquiabierto.

― ¿Yo? ― preguntó sin levantar su mirada.

―Sí, nos atacas sin razón.

Levantó sus fuertes ojos y me miró con una mezcla de suavidad y fuerza.

―Son ustedes quienes me atacaron. Yo no hice nada en absoluto.

―Lo hiciste, no debiste salir de la barrera.

―No podía quedarme más tiempo ahí, tenía que estar a tu lado, joven Alpha.

¿A qué se refería con eso? Guardé silencio mientras la analizaba por completo.

―Si estás molesto porque golpeé a tu madre, no fue mi intención, sólo me protegía de sus ataques.

Pasó a mi lado y fue directo con mi madre. A medida que avanzaba, notaba como sus pisadas derretían la nieve. Al llegar frente a ella estiró su mano ofreciéndole ayuda para levantarse. Mi madre la aceptó y se puso de pie. La hembra dio una reverencia.

―Pido me perdone por ser insolente, Alpha. Espero no haberla lastimado.

― ¡Yo soy el Alpha! ―gritó Toshiro, cual cachorro reclamando sus juguetes.

La hembra dejó su postura de reverencia y miró a mi hermano. No hubo palabra alguna o reverencia, en su lugar, abrió su abanico y cubrió parte de su rostro. Tomó el largo de su kimono y caminó en mi dirección.

―Joven Alpha, estoy aquí para seguir sus órdenes.

Nuevamente me reverenció. Sabía bien qué orden darle, sólo pensarlo me dolía profundamente, pero tenía que ser así; debía regresar a la barrera de la que nunca debió salir.

La miré fijamente y me esforzaba por no abrazarla. Respiré con fuerza conteniendo el llanto y todas mis emociones.

―Tienes que volver a la barrera.

―Como ordene, joven Alpha. Mientras espero a que recree la barrera estaré a su servicio.

― ¿Qué? ¿Esperar?

Me miró confundida.

―Así es, joven Alpha. Se necesita de un hechizo para recrear la barrera.

―Bueno, ya que ese es el caso. Quiero que me digas el hechizo.

―Joven Alpha, si hubiera tenido conocimiento de ese hechizo, hace muchos años que habría salido de ahí. Pero si su orden no se disipa, puedo recomendarle que llame a un hechicero o hechicera. Son muy eficientes, en especial los mapaches.

― ¿De qué hablas? Hace muchos años que los mapaches no practican la magia.

Guardó silencio. Yo tampoco tenía solución a esta situación. Vi a mi madre, a mi abuela y a todos a mi alrededor. Fue que vi al señor Nowaki, era un experto en mitología, sabía que él podría ser de ayuda.

―Señor Nowaki― rápidamente se presentó ante mí y me reverenció, esperando mis indicaciones―, busque entre sus libros si hay alguna pista del hechizo para recrear la barrera. También consulte con las familias de los mapaches, averigüe si alguien tiene el hechizo.

―Como ordene, mi señor.

Se marchó de inmediato, espero tener noticias al respecto pronto. Ahora, tenía que saber qué hacer con esta hembra que me tentaba con si simple y reciente existencia.

―Puedes quedarte― sus ojos deslumbraron emoción, pero por algún motivo se contuvo. ―. Sólo te pido que no causes problemas y que seas discreta.

El Sol & La Luna [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora