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Las noches no duran para siempre ¿verdad?

Pronto Guillermo sintió su corazón acelerarse y sentir algo en su garganta, su estómago comenzó a doler y fue ahí cuando se dio cuenta de que iba a vomitar. Se levantó rápido y salio disparado en dirección al baño, Lio quien se encontraba a su lado lo miro preocupado y al escuchar como Memo tosía del otro lado de la habitación no pudo evitar no poner pausa a la televisión y correr a ver que sucedia con él.

El Alfa no dejaba de vomitar, parecía vomitar algo blanco que poco a poco comenzó a tornarse rojo. Estaba enfermo, lo sabía.
Lionel quien veía aterrado esa escena, se arrodillo con Guillermo y comenzó a acariciar la espalda del de rizos.

Su corazón dolía y sentía un nudo en la garganta por la tristeza de ver a quien más amaba de esa forma, tal vez, era su culpa, era su culpa por no haberse mantenido con él durante todos estos años.
Guillermo paro de vomitar y cayó rendido al suelo, Lio lo sostuvo entre sus brazos mientras lo abrazaba fuertemente, Memo con las pocas fuerzas que tenía lo abrazo también, ocultando su rostro entre su cuello dejando salir unas tímidas lágrimas por el dolor que le producia el desgarre de su garganta.

ー Está todo bien Memo, ya paso ー Susurraba constantemente mientras acariciaba suavemente la espalda del Alfa.
Así pasaron hasta que Guillermo se durmió, Lio lo cargo, lo que para su sorpresa pesaba menos de lo que esperaba, era un peso ligero, parecia que este solo estaba formado de hueso y no más.

Con cuidado retiro la ropa de Guillermo y no encontró como cambiarlo, pues si haberle retirado la ropa había sido difícil, más difícil sería ahora ponerle una nueva. Lio no pudo evitar ver aquella escena tan triste, la cara del de rizos parecía estar más pálida que antes y su nariz estaba completamente roja, su cuerpo estaba casi en los huesos y su espalda parecía estar llena de hematomas.
El Omega retiro sus zapatillas y se metió a la cama con él, no lo dejaría solo, no de nuevo.

Se puso enfrente de el recostado su cabeza en su pecho, Ochoa rodeo el cuerpo del más pequeño con su brazo y lo acercó a él. El corazón de Lio latía demasiado rápido, una vez más, podía estar cerca de él, pero aun le preocupaba el porqué el de rizos había vomitado tanto.

La mañana llego rápido, Ochoa había despertado con un frío bastante fuerte que recorrió su cuerpo, abrió los ojos y pudo notar como es que estaba desnudo. Recordó lo sucedido anoche, Lio lo había visto vomitar, lo había visto vulnerable.
Dirigió su mirada a la mesita de noche y encontró una nota.

Salí temprano porque tengo entrenamiento, nos vemos en la tarde.
Te quiere; Messi

Ochoa de nuevo volvió a sonreír, había pasado la noche con él, pero aun así se sentía culpable, no encontraba las palabras adecuadas para ese sentimiento, estaba pesando demasiado. 

ー ¡Ochoa! ー Gritaron tocando fuertemente la puerta de la habitación de este.
El de chinos se levantó y fue a abrir, Lozano entró sin invitación con unas bolsas en mano.

ー No sí, pásate ー Cerro la puerta y lo miro fijamente.
ー Perdón ー Le dio una sonrisa y fue en dirección a la cocina

Ochoa no le tomo importancia y se fue a vestir, esta vez, había tomado una sudadera y un pantalón holgado, salió de su cuarto y vio como Lozano estaba preparando el desayuno.

ー Adivina que vamos a desayunar ー Lozano lo miro contento sacando unos platos
ー No lo sé, por como veo tu cara algo que te gusta a ti ー Se acercó a él
ー No, ayer en la noche Alexis me llevó a cenar a un restaurante donde vendían sushi, me acordé de ti y anoche compre para ti, pero no te vi en ninguna parte así que pensé que ya te habías ido a dormir ー Puso la comida en la mesa.

ー Wow, no pensé que aún recordaras eso, hace más de dos años que no como sushi ー Se paso la mano por la nuca y se sentó
ー ¿Cómo podría olvidar tus gustos favoritos, mi Memo? ー Tomó asiento a un lado de él.

Lozano comenzó a comer muy felizmente, aun no era un experto con los palillos por lo que siempre se le caía el sushi, una pequeña risa salía de la boca de Memo, haciendo que el Omega se sintiera feliz por estar a su lado una vez más.

En realidad, Alexis nunca lo había invitado a cenar, solo que había estado buscando restaurantes de sushi por todo Qatar para darle al de chinos, quería que volviera a comer y lo mejor era empezar comiendo con sus comidas favoritas.

Memo tan solo comió 4 rollos y Lozano se comió casi toda la caja. Aunque el contrario no había comido mucho, se sentía orgulloso de él. Lozano le dedico una sonrisa a Ochoa, pero no noto que tenía comida aún en la boca y por ello casi se le sale, haciendo que se manchara.

ー Tonto ー El Alfa se levantó de la mesa y tomó una servilleta, se acercó con su compañero y le limpió donde se había ensuciado ー Debes de tener más cuidado ー La mano de Memo tocaba suavemente el mentón del contrario haciendo que este elevará se rostro.

El corazón de Lozano latía rápidamente por aquel contacto entre los dos. Los ojos del castaño brillaban al ver como Ochoa se encontraba concentrado limpiando su boca, aquel momento parecía estar pasando en cámara lenta.

ー Listo, a la otra no sonrías cuando estés comiendo ー Tiro el papel al bote de basura y se fue a su habitación.

Lozano sentía que su corazón se iba a salir, puso su mano en su pecho y sintió como su corazón estaba demasiado rápido.

ー ¿Así que esto es el amor? ー Se preguntó viendo fijamente la puerta por donde había pasado antes aquel Alfa.

Tardo un rato para calmarse y cuando lo hizo lavo los platos que tenia Memo acumulados, los cuales eran pocos. Volvió a ver la puerta de su habitación y ahora se dirigió a esta. Guillermo se encontraba viéndose en el espejo, tocaba su abdomen y pecho.

ー ¿Sucede algo mi Guille? ー Llamo la atención del nombrado
ー No nada, solo estaba viendo, siento que subí mucho de peso, aunque debería estar feliz, me siento incómodo ー Bajo su sudadera y miró a Lozano
ー Yo creo que te ves mucho mejor así, de hecho todos lo creemos, ayer escuché a Uriel hablando con los del equipo sobre lo bien que te veías ー Se sento en la cama

ー Parece que yo soy el único que se ve diferente ー Tomó asiento junto con él.
ー Debería llevarte con un optometrista, parece que no ves bien ー Bromeo Hirving, haciendo que Memo riera.
ー Bueno, debemos irnos al entrenamiento, si no, Guardado se va a enojar ー Los dos se levantaron y salieron de la habitación de aquel hotel.

Fueron al campo de entrenamiento y vieron como recién empezaban a llegar los jugadores, Alexis parecía estar con bastante sueño, a lo mejor y aquella salida con Lozano terminó en unas cuantas copas de por medio.

ー ¡Guille! ー Alexis se acercó feliz con él
ー Lexis ー Le alboroto el cabello
ー ¿Por qué ayer no cenaste con nosotros? ー Preguntó viéndolo fijamente

ー Fui a cenar con alguien  más ー Comenzó a calentar
ー ¿Fuiste con Rodrigo? ー Me detuve
ー Rodrigo estaba contigo, ¿no? ー Lo mire un tanto extrañado

ー No, dijo que saldría a cenar con alguien, y no volvió, también Guardado ayer llegó solo y no nos dijo nada cuando preguntamos por ti ー La mente de Guillermo había quedado en blanco

¿Por qué Lozano había mentido?

ー Ayer no salí con él, estaba viendo a un viejo amigo ー Retomo su calentamiento
ー Ya veo, supongo que esta bien, esta noche te queremos ahí, cenando con nosotros ー Demando haciéndose el más grande
ー Ahí estaré Lexis ー Asintió con la cabeza.


El entrenamiento duro bastante, esta vez, el Alfa había estado todo el tiempo ahí, aproximadamente acabo hasta las 2 de la tarde. Cuando todos los de la selección había ido a los vestidores a bañarse, el director técnico apareció con ellos, dándoles la noticia de que tendrían partido contra Argentina. Algo se removió dentro de Guillermo, pues pensar enfrentarse con el de baja estatura lo hacía sentir abrumado.

¿Qué podría salir mal?

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