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El entrenamiento había llegado a su fin, Ochoa no soporta más su cuerpo, el cual le pedía a gritos descanso. Más la conciencia del Alfa le impedía dejar de hacer el trabajo, tenía que vencer a aquel argentino, tenía que demostrarle que su abandono no le había lastimado y él se encontraba bien, pero no era así, todos sabían que no era así.
Alexis esos días se la paso cuidando de él, poniendo como excusa que el que estaba enfermo era el mismo.

Ochoa, no contaba con las suficientes ganas de seguir adelante, ya había pasado una vez por aquella decepción amorosa por parte del del de baja estatura, pero estaba vez lo sentía diferente, sentía que tal vez era su culpa, era su culpa por no ser suficiente.

El partido de Argentina contra México estaba a un día de empezar, Ochoa seguía sin mantener contacto con el argentino, en su mente pensaba que tal vez el estaba demasiado ocupado con el entrenamiento como para poder volver a verlo.

Habían pasado 4 tortuosos días para el del equipo mexicano, donde lo único que deseaba era estar muerto, no quería entrar a la cancha y enfrentarse con Lionel, sabía que el era un buen jugador a comparación de la mierda de portero que creía que era Ochoa. Sus ojos se llenaban de lágrimas de nuevo, no tenía a nadie a su lado ahora, quería desaparecer.

Su condición no había estado mejorando por la falta de alimento en el cuerpo del Alfa, Alexis estaba preocupado por como jugaría mañana en la cancha, pero más que nada, estaba preocupado por Guillermo. Conforme los días pasaban el rostro de Ochoa se veía más delgado e incluso llegaba a los entrenamientos con camisas de manga larga aunque estuvieran casi a 30 grados, también, los últimos dos días no se bañaba en las duchas con los demás, prefería hacerlo en su habitación, Alexis y Guardado sabían que había algo mal con él.

***

El partido contra Argentina era hoy, Guillermo no había podido dormir toda la noche por lo que ahora se encontraba cambiándose de ropa, saldría a correr por el campo de entrenamiento. Al llegar pudo ver a Héctor jugando con Rogelio, por mera cortesía los saludo de lejos y comenzó a trotar.
Habían pasado unos minutos y podía ver como los ya mencionados paraban su juego y hablaban entre ellos. Guillermo no le tomo importancia y siguió corriendo, bajo la velocidad y ahí fue donde su tortura comenzó.

ー ¡Hey Guillermo, a ver si me paras esta! ー Rogelio grito en in tono burlón y pudo notar como un balón a gran velocidad iba en dirección hacia él.

Lo detuvo por suerte, pero eso hizo que el enojo de Funes Mori creciera, Herrera se acercó poco a poco a él y lo tomó de los brazos por atrás, sabía que no podía superar su fuerza en años, menos cuando se encontraba así de débil.

ー ¿Qué hacen? ー Preguntó intentado safarse del agarro de Herrera
ー Lo que nadie se atrevió antes a hacerte ー Rogelio le dio una palmada en el cachete y se alejo de él.

Tomó el balo y lo posiciono en dirección a Guillermo, lo pateo con fuerza y logró llegar al pecho del contrario, este comenzó a toser por la falta de aire. Herrera lo soltó y empujó al piso, entre él y Rogelio comenzaron a pisotearlo.
El de rulos solo sentía como los pequeños picos de los zapatos de ellos eran encajados en su costilla y abdomen.

ー‎ Paren por favor ー Rogaba Guillermo en voz baja.
Rogelio y Héctor no pararon hasta que Guillermo comenzó a escupir sangre. Los dos solo se burlaron de él al ver eso.

ー Sí hoy perdemos por tu culpa, la paliza va a ser peor, ¿entendiste? ー Guillermo solo asintió con la cabeza.

¿Qué había hecho él para que fuera tratado así?, se preguntaba así mismo. Las lágrimas volvieron a salir de su rostro, no tuvo más remedio que levantarse con demasiado dolor se aquel lugar, fue a su habitación y ahí fue donde se desplomó.

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