[Capítulo 17]: Galahar, el asesino de dioses

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Todos se quedaron callados ante la atónita situación. Chuck sin embargo, tomó en sus manos, por debajo de la mesa, una escopeta recortada.

-Vienen a por tí, Will.

William tomó el brazo de Chuck, evitando que sacara el arma.

-Tranquilo, Chuck. Veamos qué quiere.

Hermes se volvió a sentar en la banqueta, mientras William se levantó y se acercó unos pocos pasos al esperpéntico visitante, aún manteniendo las distancias.

-¡Yo soy el Dios de la Certeza! ¡Ven aquí y discutamos tranquilamente!

Galahar respondió a la llamada con más gritos.

-¡No hay nada que discutir, vil celestial! ¡Es tu hora de morir!

El misterioso hombre se bajó del pony.

Oya, aliviado al fin, se tumbó y se durmió al instante.

Galahar se sentó en el suelo en posición de meditación y cerró los ojos, a lo que todos los presentes se sorprendieron y extrañaron a partes iguales.

Chuck preguntó genéricamente.

-¿Pero... qué hace éste?

Varios presentes se abalanzaron sobre Galahar, tirándose encima de él y cubriéndolo por completo.

Hermes se sorprendió ante tal acción.

-¿Te están defendiendo?

William respondió con una sonrisa.

-Como ves, aquí soy bastante popular.

Tras unos segundos, una luz comenzó a salir desde el interior del cúmulo de personas.

Incluso William se quedó ojiplático ante esto.

Poco después, la luz se desvaneció. Pero las personas que había encima de Galahar salieron despedidas por los aires, revelando el nuevo cuerpo de éste.

Unas alas de dragón salían de su espalda, atravesando la armadura que llevaba puesta. Unos cuernos desde su frente y dientes afilados estaban ahora presentes en su rostro.

Su voz también era ahora extremadamente grave y ronca.

-¡Dios de la Certeza, tu hora ha llegado!

Chuck sacó finalmente la escopeta y comenzó a disparar a la bestia, pero las balas no atravesaban su ahora dura y resistente piel.

En un abrir y cerrar de ojos, Galahar se desplazó hasta el puesto de Chuck y lanzó un ataque con una de sus alas hacia el vendedor.

Justo antes de impactar, Hermes tomó a Chuck y lo apartó del ataque.

William se cubrió detrás de la barra del puesto y se dirigió a Hermes.

-¿Qué demonios es eso? Nunca había visto nada igual.

Hermes respondió igual de sorprendido.

-A mí no me mires, nunca he visto un tipo así en el Olimpo.

Otro ataque de la bestia trató de impactar sobre William, pero éste lo detuvo utilizando ambos brazos, inmovilizando así una de las alas de Galahar.

-Como ves, bestia inmunda, yo también tengo un cuerpo... Especial.

Sin embargo, Galahar utilizó uno de sus brazos para darle un puñetazo a William, el cual salió volando por los aires, destrozando el puesto e impactando con la pared trasera de éste.

El dragón se desplazó volando hacia el dios de la certeza, abrió la boca, y se dispuso a morderle el cuello.

Antes de que esto ocurriera, Hermes, a la velocidad de un rayo, sacó a William de las zarpas de la bestia.

El Dios de la CertezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora