06 | misión de combate

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SEIS MESES DESPUÉS:






En los seis meses que pasaron, Bucky fue enviado a terapia por mandato del gobierno luego de que Estados Unidos le concediera un indulto oficial; Sam fue a trabajar con la Fuerza Aérea y Freya estuvo en varios trabajos. Ya no podía encontrar nada en lo que sintiera que era buena, porque toda su vida adulta se había formado en torno a los Vengadores y realmente no quería otro trabajo en el gobierno. S.W.O.R.D era lo nuevo, aunque Freya no confiaba en el director Hayward y prefería trabajar sola.

Estaba luchando por adaptarse a un mundo sin el Capitán América, y Sam estaba en el mismo barco. Después de que Steve le pasó el manto a él, Sam tuvo que elegir; convertirse en el Capitán América o retirar el legado para siempre. Confió mucho en Freya durante todo el proceso y cuando finalmente tomó la decisión de dejar el escudo en el Smithsonian, Freya lo apoyó en ese movimiento para finalmente dejar descansar el legado de Steve.

Solo porque Freya apoyó a Sam en su decisión, el hecho de que no iba a haber otro Capitán América la preocupaba. ¿Qué pasaría si el gobierno decidiera pasarle el manto a otra persona? Si iba a ser alguien quien empuñara ese escudo, Freya quería que fuera alguien en quien confiara para continuar con el legado de Steve y cuidarlo.

Seis meses era mucho tiempo y, sin embargo, Freya sentía que casi no había pasado el tiempo. Pasaba la mayor parte de sus días con Bucky, yendo a su sesión de terapia antes de salir a almorzar, casi como un reloj, y era bueno tener una rutina que le diera algo de normalidad a su vida.

El mundo había cambiado mucho desde que se invirtió el Chasquido, y Freya estaba esperando que algo saliera increíblemente mal. Entrenó mucho, pero no era lo mismo sin Natasha o Steve enfrentándose a ella en la lona. Bucky demostró ser un buen compañero, enseñándole más movimientos de los que sabía, y de vez en cuando, Freya recibía llamadas para ayudar a Sam con una misión.

Así fue como se encontró de pie en un avión de la Fuerza Aérea de los EE. UU. con su viejo traje de combate y Sam a su lado. El mayor estaba de pie frente a ellos y les explicaba la operación.

—La organización criminal llamada LAF tiene en mira al Capitán Vasant, uno de nuestros enlaces militares —explicó el Mayor.

—¿LAF? —preguntó Sam.

—Sí, son potentes —respondió el hombre—. Perdimos contacto con el avión de Vasant ni bien despegó. Los necesitamos a ustedes dos para asegurarse de que LAF no cumpla con su amenaza.

—Suena fácil —dijo Freya, mientras ella y Sam se dirigían a la parte trasera del avión.

—El avión de Vasant entró en espacio aéreo tunecino —prosiguió el Mayor—. No pueden ver al ejército estadounidense operando allí.

—Entendido —dijo Sam, presionando el botón para abrir la escotilla—. Vuelen bajo, déjennos, volaremos para interceptarlos. No se viola ningún tratado.

—El teniente primero Torres, de inteligencia, los ayudará en tierra —dijo el Mayor—. Y Sam, Freya, esto debe ser sutil.

—Sutil, entendido —dijo Sam.

—Mi segundo nombre —respondió Freya. Se giró para sonreírle a Sam, quien le guiñó un ojo en respuesta antes de caer hacia atrás del avión. Freya puso los ojos en blanco—. Presumido. Puedo hacerlo mejor.

Freya luego saltó y realizó una voltereta hacia atrás fuera del avión antes de atraparse en el aire y volar detrás de Sam. Podía escucharlo reírse en su auricular, antes de que dijera—: Y me llamas a mí presumido.

RADIANT | Bucky Barnes ⁵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora