27 | la conversación

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Freya hizo una mueca cuando Bucky cosió cuidadosamente la herida de bala en su hombro. Estaban de regreso en el avión de Zemo y lejos de Madripoor, y Freya había cedido cuando Bucky insistió en ayudarla con su herida.

—Cada vez que peleamos con alguien termino recibiendo un disparo —dijo Freya—. Estoy empezando a pensar que no tengo suerte.

—Bueno, esa es una forma de verlo —dijo Bucky—. Dos pulgadas más abajo y la bala te habría dado en el pulmón.

—He sufrido cosas peores —respondió Freya—. ¿Qué tal, doctor Barnes? ¿Viviré?

—Eso creo —respondió Bucky, atando el hilo y cortándolo con unas tijeras quirúrgicas. Cuando terminó, recogió un vendaje y envolvió el hombro de Freya con una facilidad experta.

Sam estaba al teléfono hablando con Torres con la esperanza de encontrar a Donya Madani, y Zemo estaba parado en el área de la cocina del avión. Una vez que Bucky terminó de vendar su herida, ayudó a Freya a encogerse de hombros para volver a ponerse la camisa, aunque estaba ensangrentada, y luego tomó un paño y comenzó a limpiar su brazo de metal.

—¿Estás bien? —le preguntó Bucky a Sam.

—Sí —respondió Sam—. Pienso en todo lo que tuvo que sufrir Sharon, y Nagel refiriéndose a las pruebas en el estadounidense como si Isaiah no fuera una persona real. Hizo que me pregunte a cuántos tienen que destruir para abrirle paso a ese trozo de metal.

—Depende de a quién le preguntes —respondió Bucky—. Ese trozo de metal salvó muchas vidas.

—Sí, entiendo. Está bien —dijo Sam—. Quizá me equivoqué.

—Te equivocaste —respondió Bucky.

—Sí. Quizá no debí ponerlo en un museo —dijo Sam—. Debí destruirlo.

—Ese escudo representa mucho para mucha gente —dijo Bucky—, incluyéndome.

—Y a mí —dijo Freya—. El mundo está de cabeza y necesitamos un nuevo Cap, y no será Walker.

—Entonces, antes de que lo destruyas, se lo quitaré yo —agregó Bucky.

Torres volvió a llamar y Sam respondió—. ¿Sí? —Zemo apareció con tres platos de comida, que Freya tomó vacilante, y se colocó a su lado mientras esperaba escuchar lo que Sam tenía que decir—. Encontraron a Madani... muerta. Murió en Riga, una ciudad cerca del mar Báltico.

—Sé dónde podemos ir —dijo Zemo—. Yo, por mi parte, deseo encontrarme cara a cara con Karli. Oesnik, cambiamos el rumbo.

Freya picoteó el sándwich que Zemo le había dado, en realidad no tenía mucha hambre a pesar de que solo había bebido alcohol en los últimos dos días. Bucky se dio cuenta y dijo—: Deberías comer.

—¿Y si lo envenenó? —preguntó Freya, mortalmente seria mientras le daba a Zemo una mirada escrutadora.

—Señorita Daniels, si fuera a matarla, ya lo habría hecho —respondió Zemo—. Debería aprender a ser un poco más confiada.

Freya dejó escapar un "ja", antes de decir—: Confío en la gente. Simplemente no confío en los criminales.

—Pero James tiene razón —dijo Zemo—. Deberías comer. La pérdida de sangre que sufriste combinada con no comer te hará mal.

Freya se encogió de hombros—. No me molesta.

—No —dijo Bucky, sacudiendo la cabeza—. Come.

A regañadientes, Freya comenzó a comer el sándwich y, aunque estaba segura de que sabía bien, todo lo que podía saborear era cartón. Aún así, lo terminó, y cuando lo hizo, Zemo y Sam se habían quedado dormidos. Bucky, sin embargo, estaba completamente despierto, con los ojos fijos en Freya mientras ella se movía ligeramente en su asiento.

RADIANT | Bucky Barnes ⁵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora