RADIANT | Bucky Barnes ⁵

epílogo | en otra vida

En otra vida Freya Daniels podría haber nacido con padres amorosos que la criaron para ser una buena persona. Es posible que se haya casado con su novio del secundario y tal vez haya tenido un par de hijos. Podría haber tenido todo lo que siempre había querido.

El mundo no funcionaba así, y las cartas que se repartieron en la vida de Freya fueron menos que satisfactorias. Desde los once años se vio obligada a soportar penurias que nadie más entendería jamás. Pensó que estaba sola en el mundo.

Luego encontró una familia.

Los Vengadores se convirtieron en su red de seguridad, un capullo en el que podía envolverse para protegerse del mundo que la rodeaba. Los Vengadores eran su familia, los amaba y los perdió.

Toda su vida había perdido a casi todos los que le importaban. Encontró a Steve Rogers, un hombre que le enseñó a amarse a sí misma y verse a sí misma como algo más que un monstruo. Y luego perdió a Steve Rogers, destruyendo un amor que pensó que duraría para siempre.

En otra vida, Freya Daniels podría haber encontrado a Bucky Barnes mucho antes. Los dos eran un espejo del alma del otro.

Freya descubrió el término después de pasar demasiado tiempo en Internet y no pudo evitar sentir que era extremadamente relevante para ella y Bucky. Ella creía que había encontrado a su alma gemela, y todo lo que había sucedido en su vida los había empujado el uno hacia el otro.

Toda la ira que sentía y toda la angustia que soportó la habían llevado a este momento, colgando sus armas y tomando la decisión que era mejor para ella que para los demás. Desde que se unió a los Vengadores, Freya había estado salvando la vida de otras personas a costa de su propia salud. Había pasado por más cosas que nadie y había sobrevivido. Ahora era el momento de que viviera.

Bucky Barnes una vez la llamó radiante. A Freya le gustó esa palabra, porque Bucky dijo que personificaba perfectamente quién era ella como persona. Independientemente de lo que estaba pasando en su vida, si alguien más necesitaba apoyo, Freya se tragaría su dolor y le ofrecería su hombro para llorar.

En otra vida, Freya Daniels podría haber tenido hijos. Ella adoraba a sus sobrinas y los sobrinos de Sam habían encontrado un lugar en su corazón. Los niños eran tan ingenuos, tan inocentes y tan buenos que a menudo le recordaban a Freya todo lo que había perdido. Ella nunca tuvo la oportunidad de crecer amada por unos padres que no querían nada más que lo mejor para ella.

Podría haber tenido una niña pequeña, acunando su pequeño cuerpo contra su pecho mientras lloraba a todo pulmón. La habría llamado Laila, y en ese sueño tenía a Bucky a su lado, apoyado en el colchón mientras miraba a la niña en los brazos de Freya, un producto de su creación que aún no estaba empañado por el mundo que la rodeaba.

Laila habría sido su gracia salvadora, recordándoles que todavía tenían su humanidad y que eran capaces de hacer el bien. Un bebé recién nacido era un recordatorio para ellos de que podían traer el bien al mundo, a pesar de verse a sí mismos como monstruos durante tanto tiempo.

En otra vida, Freya Daniels podría haberse casado. Bucky Barnes se habría arrodillado mientras salían a cenar, sacaría un anillo y le declararía su amor antes de pedirle que se casara con él. Habría dicho que sí y el anillo sería un recordatorio de que era capaz de amar.

Su boda sería en otoño, cuando las hojas habían comenzado a cambiar de color y se acercaba el invierno. Era la época del año favorita de Freya, porque todo moría y renacía en la primavera, un ciclo interminable de vida y muerte. Llevaría un vestido marfil y sus sobrinas y su hija serían sus damas de honor.

Sam la acompañaría por el pasillo, tratando de no llorar por lo lejos que había llegado en su vida. La entregaría a un Bucky sonriente que estaría haciendo todo lo posible por no llorar porque Freya estaba radiante con ese vestido. Dirían sus votos para que sus amigos y familiares los escucharan, y compartirían un beso y estarían unidos como un alma por la eternidad.

En otra vida, Freya Daniels podría haber obtenido todo lo que siempre quiso.

En esta vida, tenía todo lo que necesitaba y había una línea muy ancha entre deseo y necesidad. Había recorrido un largo camino desde que tenía dieciocho años, rescatada de HYDRA por Clint Barton y empleada por S.H.I.E.L.D. Había recorrido un largo camino desde el 2012, cuando el mundo necesitaba por primera vez héroes que se levantaran y lucharan por él. Freya había cumplido con su deber, sirvió a su país y aprendió por sí misma, lo más importante, lo que significaba ser un héroe.

Ahora, con Bucky Barnes a su lado,  su alma gemela que la miraba con tanto amor en los ojos, Freya Daniels finalmente podía descansar.