Macaque

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Espero que les guste~

Nota: Algo que salió de mi cansado cerebro xD

Macaque observa al extraño par con curiosidad, aunque no puede evitar fruncir el ceño. Mayor siempre fue difícil de detectar, especialmente desde que aquella mujer lo había revivido, dejándolo frio y con pasos ligeros, junto a un palpitar tan lento que era fácil de pasar por alto. No lo había visto desde que él mismo revivió pero ahí estaba, acompañando al sucesor de Wukong a entregar pedidos, el niño luciendo demasiado cómodo para estar con un completo desconocido y eso le daba la pista de que eso no era del todo cierto, que ya se había conocido.

Todo eso le daba otra pista, una que indicaba de que ella había hecho acto de presencia, pues mayor no hacia nada sin sus ordenes. Así que ahí estaba su curiosidad, ¿Qué estaba pasando para que ella volviera a mostrar su rostro? Mejor aun, ¿Qué era lo suficientemente importante como para contactar al sucesor? Algo grande debía estar pasando, algo de lo que obviamente no querían hablar en voz alta para que no se enterara y eso solo planteo más dudas pero ya sabía a quien debía recurrir.

Así que espero, espero a que el par se separara y el hombre estuviera solo, moviéndose en silencio y por las sombras hasta aparecer frente a él, mostrando una sonrisa de fingida amabilidad.

-Quiero hablar con ella- era una orden, mal disfrazada con un comentario común.

-Me temo que mi reina esta muy ocupada en estos momentos, guerrero...- contesto Mayor, manteniendo aquella extraña sonrisa y con los ojos fríos mirándolo, una expresión algo diferente a la que había mostrado cuando estuvo con el menor. -...pero, si gusta, le hare saber que quieres hablar- ofreció pero el mono pudo lee el "No tiene tiempo para ti, así que piérdete" entre líneas.

-Creo que no me entendiste bien...- soltó una risa burlona. -...pero dije...- esta vez gruño, aunque mantuvo su tensa sonrisa, usando sus poderes para que las sombras se movieran e hicieran más oscuro el pequeño callejón en donde lo encontró. -...que quiero hablar con ella- se miraron fijamente, luchando en silencio, decidiendo que quien apartara la vista perdería y ninguno estaba dispuesto a eso pero una repentina brisa helada los rodeo, llamando su atención, el hombre frunciendo el ceño al estar devuelta al lugar que llamaba hogar.

-Mi reina...- llamo, viéndola sentada allí, rodeada de libros y con uno de esos en mano. No había descansado desde la charla con el sucesor, manteniendo sus ojos atentos mientras leía todo lo que tenía a la mano, estaba decidida y no iba a echarse atrás.

-Esta bien, Mayor...- Lady alzo apenas la cabeza para mostrarle una amable sonrisa. -...me hare cargo de él- miro de reojo al mono, notando como este se tensaba ligeramente, su cola moviéndose con incomodidad obvia. -¿Crees que puedes traerme más libros?-

-Por supuesto, mi reina- asintió, dándole una mirada de muerte a quien consideraba el intruso, para después alejarse a paso rápido.

-Sigo pensando que se parece mucho a un perro- comento, burlón y divertido por la actitud ajena.

-No te metas con él- suspiro ella, cansada, decidiendo cerrar el libro que tenía por el momento. -¿Qué quieres, Macaque?- fue directo al punto porque sabía que si él estaba allí, era por información.

-¿Tu qué crees?- se cruzo de brazos, esperando, avanzando un paso solo para poder echar un vistazo a los libros que ella estaba revisando. Había de hechizos y pociones pero nada que le diera una pista de lo que quería saber.

-Di mi palabra de no decir nada a nadie, así que olvídalo- gruño, solo tapando la portada del libro

-Le dices al sucesor...¿pero no a mi?- hizo un puchero, fingiendo estar dolido, aunque en realidad estaba enojado. No saber que sucedía era algo que le molestaba. -Eso me ofende, Lady. Yo que pensé que teníamos algo especial-

-Tu te fuiste apenas pudiste caminar- bufo ella. Había encontrado a Macaque, tirado en el suelo y sobre un charco de su sangre, escuchando sus susurros llenos de ruego de que no quería morir, de como quería tener otra oportunidad y ella se apiado, decidida a darle lo que pedía, dejándola morir solo para poder sanarlo y revivirlo. Él termino largándose antes de que pudiera recuperarse por completo y por lo que escucho, solo había cometido masacres y travesuras. Estaba algo molesta por todo aquello. -Además, esto no te concierne- y por su tono de voz, le estaba poniendo un punto final a aquella conversación, y él no pudo evitar fruncir el ceño. Algo grande estaba por pasar, podía sentirlo. -Hice mucho más de lo que tu o Wukong pudieron hacer- ese comentario lo tomo por sorpresa.

-¿Y eso seria?- enarco una ceja, casi burlón.

-Decirle la verdad- el mono hizo una mueca ante eso. -Me di cuenta de que ese niño esta desinformado, lo cual no es nada bueno en la situación en la que esta. No te conocía y por eso confío en ti, no conocía a ninguno de los demonios a los que se enfrento y por eso lo tomaron por sorpresa...- sus ojos rojos se mantuvieron fijo en los dorados, seria, casi desafiándolo para que la contradijera. -...y estaba tan acostumbrado a ser golpeado o engañado por cualquier demonio que conociera que desconfió de mi pero aun así se quedo, preparado para lo que sea que pudiera lanzarse-

-Todo esto es serio, ¿eh?- tarareo porque ella estaba molesta y tensa, luciendo cansada a pesar de su inmaculado aspecto. -Supongo que no le dices nada a Wukong porque...- ya tenía una idea de como iba a terminar esa frase.

-...no confío en su actitud desinteresada. Hará alguna tonteria y eso solo empeorara la situación, no puedo permitir que algo así pase- completo ella sin dudar ni un segundo, seria y él no pudo evitar bufar entre dientes. Lady y Wukong no se llevaban mal pero tampoco bien por lo poco que sabía, ninguno soportando la actitud del otro y chocando en más de un aspecto.

-¿Qué tan peligroso es todo esto?- decidió preguntar, la preocupación creciendo en su interior.

-...mucho...- desvió la vista y eso fue suficiente para el mono.

-¿Tiene algo que ver con los cuerpos quemados de adentro hacia afuera que encontraron en los últimos tiempos?- tenía una sensación, una horrible sensación de que sabía exactamente que se estaba acercando y eso no era nada bueno. Ella se tenso y no respondió pero él no lo necesitaba, lo entendió perfectamente y eso le dio escalofríos. -Dime que necesitas y te ayudare- decidió, porque si era exactamente lo que creía, todos estarían muertos sin importar que tan poderosos sean. Lady lo miro, analizándolo en silencio y pareció encontrar lo que buscaba porque su expresión se relajo, dejando escapar un largo suspiro mientras abría el libro entre sus manos. Él tomo eso como una invitación, sentándose a su lado, escuchándola con atención y ya repasando todos los conocimientos que tenía. Se acercaba una gran lucha.

Samadhi FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora