Entrenamiento

581 96 36
                                    

Espero que les guste~

MK esta haciendo entregas cuando ve las noticias por casualidad, habiendo pasado por enfrente de tienda de electrodomésticos con múltiples teles de diferentes tamaños. No puede evitar detenerse en seco, viendo fijamente, la opresión que había estado sintiendo últimamente en su pecho haciéndose más fuerte ante el anuncio del encuentro de dos cuerpos irreconocibles y tan quemados como todos los anteriores, alejándose cuando los reporteros empiezan a hablar en un intento de encontrar teorías o respuestas para saber la causa de todo aquello pero él lo sabe, sabe lo que se acerca y sabe que se esta quedando sin tiempo.

Y eso lo impulsa, centrándose el doble de lo normal en su entrenamiento, con el objetivo de mantener a todos a salvo en su mente.

-¿Todo esta bien, Bud?- Wukong podía notar algo diferente en su estudiante. Demasiado serio y concentrado, tenso también, llegando a jadear por el esfuerzo doble que estaba haciendo. Lo había estado vigilando, por supuesto que lo estaba, sus desapariciones repentinas también preocupándolo, había tardado horas la ultima vez y solo para encontrarlo mirando a la nada con expresión perdida.

-Todo esta bien- el pensamiento de contarle todo a su maestro había cruzado por su cabeza más de una vez en los últimos días pero con ello, también lo analizo, recordando el legado entero de locuras y acciones sin pensamiento o razonamiento alguno, solo haciendo lo que pensaba que era lo mejor para toda la situación. Tenía que ser sincero consigo mismo, Monkey King no era alguien de trabajo en equipo. Temía que su maestro fuera lo suficientemente loco para decidir enfrentar este peligro por si solo, sin un plan o idea, temía que de alguna manera las cosas salieran muy mal y terminara bajo el control de lo que se suponía que debían detener. El Samadhi Fire ya era peligroso de por si pero el solo pensar de que podía fusionarse con alguien tan poderosos como el dios mono, le daba miedo. -Muy bien- iba a seguir con su plan inicial.

-Si tu lo dices- Wukong decidió no presionar, sintiendo por primera vez una extraña barrera puesta entre ambos, sin saber exactamente como acercarse a su alumno usualmente abierto y dispuesto a soltar lo que tenía en mente. Iba a vigilarlo mucho más ahora.

Al final del entrenamiento, MK estaba agotado y adolorido pero muy frustrado consigo mismo. No importa cuanto dijera el dios que lo estaba haciendo bien y avanzando a grandes pasos, sentía que aun estaba estancado en el mismo nivel de siempre y eso no era nada. Debía ser mejor, debía esforzarse más si quería enfrentar al Samadhi Fire y ganar para mantener a todos a salvo.

Así que esta caminando a paso lento hacia su casa, pensando en que podría hacer a continuación. Los cuerpos quemados que encontraron estaban cerca, demasiado para su gusto, una señal más de que se estaba quedando sin tiempo y eso solo lo llenaba de pavor pero de energía al mismo tiempo. Quería entrenar, necesitaba entrenar, tenía que ser fuerte y ágil, debía serlo.

Su respuesta llego en silencio, en forma de un familiar demonio de cabello rojizo que vio de reojo en esos momentos, jadeando ante la realización mientras se tropezaba para detenerse rápidamente.

-¡Red Son!- llamo antes de pensarlo, trotando para alcanzarlo, sin estar sorprendido cuando el demonio se volteo a verlo con el ceño fruncido.

-¿Qué rayos quieres, niño de los fideos?- a pesar de sonar molesto y no muy feliz de verlo, se detuvo, eso tenía que ser algo. MK se le quedo mirando por unos segundos, algo viniendo de repente a su mente, algo que casi lo hace tambalearse. Red Son, él también estaba en peligro, ese extraño fuego venia para estar de vuelta en lo que alguna vez fue su primer y único portador antes de que fuera sacado.

-¡Entrena conmigo!- sonó más como una orden que como una petición pero MK estaba más ocupado mirando fijamente al pelirrojo, decisión brillando en sus ojos oscuros. Iba a protegerlo, iba a mantenerlo a salvo como a todos los demás, porque no iba a permitir que ese extraño poder con conciencia lastimara a nadie o los usara como marioneta a su antojo. 

-No- Red Son ni siquiera lo dudo, dándose media vuelta para alejarse, solo para detenerse en seco cuando el chico se movió rápidamente para interponerse en su camino.

-¡Entrena conmigo!- volvió a decir, más firme que antes, aunque esta vez con una suplica en sus ojos y en su expresión. El demonio estaba dispuesto a rechazarlo y quizás mandarlo al diablo si tenía las ganas pero cerro la boca, notando algo que llamo su atención. El sucesor, usualmente alegre y enfrentando todo con una sonrisa a pesar de su obvia torpeza en general, esta vez se veía diferente, tenso y serio de alguna manera, pudiendo ver sus manos temblar por la fuerza que estaba ejerciendo al apretar los puños. Red Son apretó los dientes, teniendo una mala sensación de toda la situación, para después dejar escapar un largo y resignado suspiro.

-...bien...- chasqueo los dedos, MK apenas soltando un chillido cuando el fuego los rodeo de repente, asombrado por el fuerte calor y la falta de dolor, mirando a su alrededor con confusión cuando las llamas desaparecieron y le mostraron que estaba en un lugar desconocido, alto y con un bosque abajo por lo poco que podía ver desde su posición. Se volteo a ver a su rival, solo para encontrarlo sacándose su saco rojo, dejándolo a un lado antes de pararse frente suyo. -Entrenemos, niños de los fideos- las llamas cubrieron sus manos, subiendo rápidamente por sus brazos y hasta sus hombros, la punta de su coleta ya convirtiéndose en fuego.

-¡Bien!- el sucesor se saco su campera rápidamente para dejarla junto al saco ajeno, sacando su bastón antes de colocarse en posición, apretando con fuerza su arma antes de decidir atacar.

No era muy ágil y fuerte en comparación con un demonio que obviamente había entrenado por quien sabe cuantos años pero logro mantenerse al día dentro de todo, o por lo menos se sintió así. Cada uno de sus músculos aun adoloridos por su anterior entrenamiento le estaba gritando por un descanso pero los ignoro por el momento, decidido, concentrando su mente lejos del dolor y centrado toda su atención en los movimientos ajenos, su mente corriendo para saber cuando bloquear o contratacar.

Al final, otra vez MK estaba agotado hasta los huesos, pero se sentía un poco más satisfecho. Había dejado salir algo de su frustración con cada golpe y movimiento, algo que lo hacia sentir mucho más tranquilo, la opresión en su pecho aflojándose y permitiéndole respirar profundamente.

-No es mi asunto y no me importa...- hablo Red Son, rompiendo el ligero silencio que se había formado entre ellos. -...pero...¿en que te has metido esta vez, niño de los fideos?- pregunto, serio, cruzándose de brazos y mirando al sucesor sentado allí, dándole la espalda por el momento. Sus enfrentamientos anteriores le había mostrado que el sucesor era burlón y loco como su antecesor pero en este entrenamiento se mostro diferente, aun sonriendo y haciendo algunos chistes para distraerlo pero luciendo concentrado a pesar de todo, serio por momentos.

-...en nada...- se levanto lentamente, sus labios temblando. Red Son ya estaba en peligro, saberlo solo iba a empeorarlo. Se volteo para ver al demonio, mostrando una gran sonrisa. -Todo esta bien, Red Son- puso toda la confianza que podía en su voz y aunque el otro no se veía para nada confiado en eso, no comento nada, solo lo miro con una extraña expresión. Tenía la sensación de estar perdiéndose algo.

Samadhi FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora