Sentidos

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Un suave suspiro salió de los labios de Thara mientras su tenedor removía juguetonamente los guisantes de su comida.

Su mirada estaba perdida, mirando a nada en concreto, buceando en sus pensamientos, hasta que la sacaron de su trance.

Eh Thara ¿Estás bien? Hoy estás rara- las palabras abandonaron los finos labios de un elfo de pelo negro y ojos verdes, el cual tenía pronunciadas ojeras y una mirada somnolienta.

No estás para hablar mucho Iori -comentó Thara con una sonrisa suave, Iori era su primer amigo de North-house, y podría asumir que el único verdadero.

Uno se preocupa por tí y así le trata la vida -dijo de manera dramática mientras le daba un muerdo a su comida.

Thara negó con la cabeza levantando su mirada hacia su amigo- el chico del que te hablé, Xavier, ha venido aquí.

¿Y eso no sería bueno? Yo que se ¿No deberías estar dando saltos de alegría agradeciéndole a los dioses por volver a ver a tú amigo? -preguntó Iori viendo confuso y curioso a Thara.

Si, lo sería, pero es raro -su cabeza se apoyó en la mesa mientras miraba hacia un lado- ha cambiado, mucho, y nos hemos distanciado.

Bueno, supongo que es algo normal, tú me contaste cosas como que entrenaba el doble que tú cuando erais pequeños¿Que te dice que no se esforzó aún más cuando tú no estuviste? Era y sigue siendo un niño, es normal que algo así le haya hecho mella, da gracias de que no ha renunciado a su infancia al completo por ello -comentó Iori mientras distraídamente tomaba un poco de la comida de Thara, la cual asintió, dándole la razón.

Hoy tuve un combate de entrenamiento con el, se veía casi desesperado por ganar, eso me preocupó mucho -comentó Thara con cierta tristeza en su mirada. Recordaba la mirada de Xavier, su sonrisa denotaba la emoción que creía sentir, pero sus ojos, esos ojos azules hermosos como pocos, solo reflejaban desesperación y frustración.

Iori suspiró mientras miraba al techo- quizás es fruto del estrés, pero no soy un mentalista, solo Xavier te podrá responder a tus preguntas- contestó mientras seguía dándole muerdos tímidos a su comida.

Thara se paró a pensar por un momento, seguramente tuviera razón, toda su vida Xavier había tenido una barra de medir mucho más alta que la suya, la gente siempre había mitigado sus logros salvo unos pocos, Xavier siempre había sido menos y por ello tenía que mejorar más que ella para que le reconocieran. Y ahora, era inferior a ella.

Xavier, el que seguramente había entrenado día y noche tan solo para estar a su altura, ahora tenía un gran abismo para superar, y su cuerda de apoyo apenas era del tamaño y resistencia de un hilo dental.

Thara en ese momento no pudo evitar sentir pena y compadecerse de Xavier, lo podía recordar perfectamente, cuando todavía era inocente corriendo por los pasillos con una sonrisa en su rostro, y pese a que ahora intentaba ser feliz, ese niño había muerto, los elfos lo habían matado.

Barrió con su mirada el gigantesco comedor hasta encontrar con su mirada a quien buscaba. Estaba sentado con otras cuatro personas que no conocía ella, pero parecía feliz, y eso le bastaba.

Lo veré después de que termine la comida -comentó distraídamente mientras seguía comiendo.

Por cierto, ¿no iba a hacer una prueba de nivel el de conocimientos alquímicos? -preguntó Iori viendo a thara, la cual abrió sus ojos recordando aquello y maldijo al profesor, frustrada- ahora que lo pienso, tú tienes la asignatura de estudios docentes con Loriada ¿No?

Si, Loriada me da esa clase ¿Por? -preguntó el de pelo negro mientras apartaba la bandeja casi vacía.

No, para saber ¿Este año entraréis en su tutoría para tomar ejemplo de cómo dar clase? -comentó la de ojos verdes mientras apartaba igualmente la bandeja y se recostaba levemente en la silla.

Si, eso nos dijo, iríamos a la clase de teoría sobre la magia y el lenguaje antiguo con el grupo de primero B -comentó Iori, recordando lo que les había dicho Loriada ese mismo día.

Mientras tanto Xavier escuchaba las conversaciones que había en la mesa, aportando ocasionalmente su punto de vista o consejos que podía dar.

Quizás podrías utilizar tus llamas también para defenderte -comentó Xavier mientras señalaba con su tenedor a Tarmiel- si tienes suficiente control de estas podrías volverlas físicas parcialmente, además de que el calor de tus llamas podría detener una cantidad bastante amplia de hechizos.

Los cinco lentamente se sintieron más cómodos entre si, Xavier conversaba cada vez más, y algo nuevo lentamente despertaba en su interior, era diferente, algo que nunca había sentido desde hace mucho tiempo.

Se sentía querido por el grupo, sentía que de verdad tenía amigos.

El tiempo hasta que sonó la campana fue de aproximadamente media hora, Xavier tenía junto con Silvana introducción a la magia no elemental en ese momento, aunque Xavier decidió que no le importaba tardar un poco en ir.

Estiró perezosamente sus brazos mientras salía hacia uno de los pasillos, caminando lentamente.

Cuando una por la mitad fue detenido sorpresivamente, encontrándose con Thara, la cuál le sujetaba la muñeca.

¿Thara? ¿Que pasa? -preguntó Xavier confuso, viendo a quien llamaba su mejor amiga.

Xavier, no estás bien, dime qué te pasa -las palabras de Thara eran serias y no admitían lugar a negación, pero Xavier apartó la mirada.

¿A qué te refieres? Yo me encuentro bien -contestó tras unos segundos. Su rostro dejaba ver una sonrisa hermosa, sus dientes brillaban como perlas, pero aún así había algo que no cuadraba para Thara.

No, yo te vi antes, esa no era la mirada de alguien que se encuentra bien, de verdad, dime, siempre voy a estar ahí para hablar contigo, siempre -dijo Thara, mientras Xavier parecía encogerse un poco sobre si mismo.

La mano de Thara ya no agarraba su muñeca, si no que estaba acariciando su brazo, en aquel pasillo solitario, iluminado por pequeñas velas.

Yo, yo tengo miedo -empezó a hablar Xavier viendo a los ojos a Thara, sus miradas coincidieron mientras el más joven hablaba.

-Tengo miedo de no ser lo suficiente, de que pasará si no alcanzo las expectativas que hay sobre mi, de si me apartarán de aquí, donde creo que por fin tengo amigos, tengo miedo de que me abandonen, de que me abandones, tengo miedo de estar solo -todas aquellas palabras de Xavier eran el fruto de sus apenas doce años de vida sufriendo en silencio, con apenas unos pocos pilares, los cuales el mismo consideraba demasiado frágiles como para apoyarse.

Thara no dijo palabras, tan solo abrazó a Xavier el cual no supo que responder simplemente se quedó allí quieto.

Tras unos momentos la de pelo cambiante apartó suavemente los mechones de pelo de la frente de Xavier y le dio un beso allí.

-Por favor Xavier, se que esto no ayudará mucho, pero ya no estás en Faithfor, ya no hay una presión desmedida sobre tí, ya no tienes que entrenar día y noche hasta desfallecer, aprovecha y toma todo el tiempo que puedas para reír, jugar y disfrutar, todavía somos niños, es algo que nos merecemos -las palabras de Thara hicieron que los ojos de Xavier tomaran un leve rastro de esperanza.

Xavier respondió al gesto de Thara y la abrazó, no salían lágrimas de sus ojos, pero aún así se sentía mejor, esas palabras habían calado hondo en el, pero tristemente todo eso era un lento proceso- gracias Thara, te quiero.

Yo también Xavier, ahora date prisa, que tenemos clase -dijo Thara antes de apretarle suavemente la mano y marcharse.

El de pelo marrón se quedó mirando su mano unos segundos antes de salir corriendo hacia el salón de clases.

(Siento mi cara algo caliente, quizás me pasé utilizando el fuego y hielo, debería ver si tengo fiebre) -pensó mientras avanzaba hacia su clase, y ya iba tarde.

Academia North-house Donde viven las historias. Descúbrelo ahora