29. Siempre has sido tú, Julieta

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Mark

Las mejillas de Lily empiezan a tomar un color carmesí, tanto que le quitan el protagonismo a sus pecas. Su semblante se queda petrificado mientras analiza de la situación. Por su parte, Zac aparece detrás de ella y se posa a un lado suyo, yo solo me quedo a la espera de la respuesta de la pelirroja reprimiendo la revolución que se ha desatado dentro mío. Como odio sentirme como si estuviese a la merced de Julieta.

—Te dije que esperaras—musita Zac apenado.

Lily me señala y recupera la postura.

—¿Qué hace él aquí?—inquiere con mirada acusadora.

Zac intenta hablar, pero lo interrumpo.

—Te hice una pregunta, Julieta—le recuerdo.

La pelirroja peligrosamente avanza hacia mí hasta que ambos quedamos cerca uno del otro. Casi puedo sentir su exhalación chocando contra mis labios, soy más alto que ella así que me obligo a bajar la mirada para encararla y de nuevo mi pecho amenaza con explotar debido a la cercanía. Me es inevitables acordarme de nuestro beso.

—No me vuelvas a llamar así—señala duramente—¿Qué haces aquí?—vuelve a preguntar.

Arqueo una ceja.

—No contestaré tu pregunta ha no ser de que tú contestes la mía—me cruzo de brazos y sigo manteniéndole la mirada.

—Los dejaré solos—masculla Zac para después abandonar la habitación, sin embargo, ninguno de los dos aparta la mirada o dice algo al respecto.

—Bien—después de unos minutos Lily se aparta unos centímetros más atrás—¿Quieres saber que estaba por decir? Está bien—alza ambas manos—Me tienes harta Mark, estoy harta de ti. Ya no te aguanto más, no toleraré los juegos en los que me estás metiendo—se acerca de nuevo y con su dedo índice toca de mi pecho—Aléjate de mí y en tu vida me vuelvas a hablar. Si me ves haz como si no me conocieras, si coincidimos en algo en algún punto mantente a raya y no me dirijas la palabra y al menos una puta vez en tu vida déjame en paz.

Sin esperar respuesta mía Lily se da la media vuelta con el afán de irse, sin embargo, rápidamente yo la detengo agarrándole el brazo. Ésta se tensa más no se voltea.

—Suéltame—ordena.

—Aún no has escuchado mi respuesta—el tacto de Lily bajo mis manos me transmite calidez y me incita a quererla envolverla entre mis brazos, pero ignoro esa parte y me concentro en no dejarla ir.

—No me interesa escucharte, Mark—intenta zafarse de mi agarre, sin embargo, no la dejo y trato de no lastimarla bajo mi agarre.

—No me importa—contesto duramente.

Como si esas palabras fuesen mágicas Lily se voltea directamente hacia mí y puedo ver unos destellos en sus ojos que puedo interpretar que no son de furia sino tristeza. Un dolor en mi pecho me invade y me hace odiar que este así.

—Sé que no te importa, de hecho nada ni nadie te importa ¿no es así Mark?—frunzo el ceño y aflojo mi agarre. Ella se aprovecha y quita bruscamente su brazo—Escuché lo que le dijiste a la señora Beckham—la miro confusa y la alerta en mi cerebro inmediatamente se prende ¿desde dónde escuchó?—"Adelante, haz lo que quieras con ella. No me importa." Cito tus palabras.—explica haciendo que ahora todo cobre sentido.

Carajo, ¿por qué siempre escuchas cosas que no te incumben Julieta? ¿Por qué me tengo que preocupar por todo esto?. Mierda. ¿Cómo te explico que todo fue fingido?

—Con que fue eso—me cruzo de brazos.

La pelirroja niega con la cabeza.

—Vete a la mierda Mark y de una vez te digo que no me vas a andar vendiendo o lo que sea que hayas hablado con esa mujer—se da la vuelta y ésta vez no me da tiempo de retenerla, pero decido ir tras ella.

Hermoso RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora