23. Dos hombros en donde llorar

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Nota: En galería foto de Ethan (cada quien lo imagina a su manera, pero pongo ésta foto como más o menos yo me lo imagino) 

Lily

Durante el camino nadie dice nada. Cuando llegamos en donde Mark estaba, dentro de su carro. Éste estaba con la mirada perdida con sus manos aferradas al volante. Era como si el tiempo se hubiese congelado para él. Se veía decidido al querer a echar a andar el auto, pero llegué yo a golpearle el vidrio y su mirada se suavizó al verme y por un momento vi un brillo en sus ojos, pero éste no duró mucho ya que éstos viajaron hacia donde se encontraba Ethan.

No refutó, no dijo ninguna palabra, pero el cambio de semblante fue bastante evidente. No me dio tiempo de explicarle la situación ya que el señor modales salió del auto y se dirigió hacia Ethan con un "Que sepas que yo no pedí tu ayuda don nadie".

Gracias Mark todavía que se ofrece a ayudarnos lo insultas

Lo único que pude hacer fue disculparme con Ethan por el comportamiento de Henderson y éste me dijo que no me preocupase que era normal en su estado.

Ethan se estaciona enfrente del hospital y yo sin dudarlo entro en el mismo. Voy a la recepción y les digo el nombre de Zac. Me dicen que acaba de salir de cirugía, pero me empiezan a llenar de preguntas sobre si tengo algún parentesco y sobre firmar algunos papeles. Por suerte Mark viene a hacerse responsable de eso, al parecer el enojo mezclado con la preocupación le bajó el estado de ebriedad. La recepcionista nos dice el número de habitación y salgo corriendo a buscarla.

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Me repito una y otra vez al pasar por las habitaciones. Mi ritmo cardiaco empieza a acelerarse al ver que ya estoy cerca. Mi mente empieza a imaginarse escenarios sobre el estado en el que posiblemente lo vaya a encontrar. Un Zac vendado, con múltiples hematomas, con respirador, inconsciente, hinchado, débil y sin el sentido de humor que lo caracteriza, es lo que mi mente empieza imaginar.

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Unos pasos más y está la habitación de Zac.

Me detengo bruscamente.

No estoy lista

Las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas y el miedo y la cobardía se apoderan de mi cuerpo. No quiero verlo así, simplemente no puedo. Quiero a mi Zac feliz, sano y completo. Me recargo en la pared y cierro los ojos tratándome de convencer de que esto no es real, pero muy en el fondo sé que no es cierto. Trato de respirar y relajarme, pero los recuerdos de Zac llamándome peliardiente, los momentos en los que más me ayudó, las veces en las que me reía de sus pésimos chistes y de esos besos tiernos que me daba en la frente tratando de consolarme, hacen que pierda las fuerzas y se me dificulte más respirar.

De momento siento la cercanía de alguien quien me toma de los hombros y me inclina hacia él envolviéndome en sus brazos. Por un momento pienso que se trata de el rubio, pero al escuchar la voz proveniente de la persona la descarto.

—Él te necesita—dice Ethan cerca de mi oído.

—Pero yo lo necesito más—trato de decir con el ardor invadiéndome en la garganta.

—Llora Lily, sácalo—me anima—Aquí estoy, pero prométeme que después de haberlo sacado todo apoyarás a tu amigo—pasa su mano por mi coronilla y me da leves caricias—Necesitas mostrarte fuerte ante él en estos momentos.

Niego.

—No puedo...—el nudo va creciendo en mi garganta—Me desmoronaré al verlo.

—No digas eso mujer—me sigue acariciando incrementando lo que me estoy esmerando tanto en reprimir—Hazle caso a tu cuerpo...tienes dos hombros en donde llorar—me abraza más fuerte.

Hermoso RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora