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Tras encontrar a todos los demás, realmente no sabía si ayudar a Takemichi o no.

Es que en verdad quería ayudarlo, pero Bakugo tenía razón. No era mi mundo, en ese mundo no existían super heroes con poderes ni nada parecido, así que eventualmente perdería mi don si me quedaba allá.

Suspiré llegando a nuestro mundo, todos estaban aliviados de vernos.

—¡Hirai, que bueno que llegan! —Exclamó Asui preocupada y aliviada al mismo tiempo, raro.

—Detuvimos al villano, así que no nos dará más problemas. —Habló All Might mirándonos a todos.

—Bien, supongo que deben descansar y entonces volverán a sus actividades normales. —Dijo Aizawa dándonos la espalda para nosotros volver a la residencia.

Todos entramos, mis pobres cuernitos estaban muy grandes ya, había estado luchando con algunos seres extraños y ahora estaba cansada.

—Oi, Hirai. —Llamó Bakugo.

No le hice caso, cuando aún estábamos buscando a los demás estaba de pinche molesto diciendo que no iba a permitir que yo volviera al mundo de Takemichi para ayudarlos.

Claro que después lo pensé bien y él tenía razón, pero me molestó demasiado que aunque ya ni siquiera tuviera ganas de regresar, él estuviera chingue y chingue del tema.

Así que ahora de puro coraje me voy a ir con el Takemichi, nada más para molestarlo.

Cuando llegué a mi habitación, cerré con llave y entonces abrí un portal.

—Un día y ya. —Murmuré tragando saliva.

Entré al portal y entonces la luz del lugar me deslumbró.

—¡Ah! ¡Joder, me asustaste loca cuernuda! —Exclamó el tipo de cabello largo y negro.

—Ay que quejumbroso. —Murmuré mirándolo feo.

—Perra. —Gruñó.

—Baji, dejala. —Bufó Mikey. —Bienvenida Hirai.

—Por fin algo de amabilidad. —Murmuré mirando de reojo al pelinegro.

—Amabilidad mis huevos.

—Ya o le voy a decir a tu madre. —Regañó Mikey.

—Pinche hocicon.

—¿A qué se debe que hayas regresado, Hirai? —Preguntó Draken con una ligera sonrisa.

—Ah, me agradó su mundo y... solo quería escapar un momento de mi mundo. —Murmuré yendo a sentarme sobre una caja.

—No pues a chingar tu madre porque aquí no queremos fenómenos.

Me transformé en él y le di un puñetazo.

—Orale, que raro es ver a Baji dándole un golpe a Baji.

—Sanzu esas no eran vitaminas.

Me reí divertida.

—¿Qué estan haciendo?

—Ah, estamos esperando a los miembros de nuestra pandilla, para una nueva reunión.

—¿Pandilla?

—Si, ya te habíamos dicho sobre la pandilla.

Asentí recordando. Mi nuca picó y entonces me levanté.

—Tengo que irme, parece que están golpeando la puerta de mi habitación.

—¿Qué? ¿Como sabes eso?

BOSSA NO SÉ [BNHA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora