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Ya eran finales de noviembre, Eri se quedaría en la UA ya que había salido del hospital.

—Aguanta, me quedó más abajo la coleta. —Le dije a Nejire. —No es cierto, a ti te quedó más arriba.

Cuando terminé mi trabajo, los vi a los demás hablar y comentar sobre Eri, pero de repente me sentí abrumada por lo que tras decirle a Aizawa que iría al baño, me largué de ahí.

Cuando estuve en los dormitorios, apenas vi a Bakugo, salté sobre él enredando mis piernas en su cadera y abrazando su cuello.

—Estoy malita. —Lloriqueé.

—¿Aún te duele la cabeza? —Preguntó y yo negué.

—Dejó de dolerme con la pastilla, pero me siento mal... Abochornada o algo así. Cómo que no encajo acá.

—No digas estupideces. —Gruñó mirándome.

—Iré a mi habitación a darme un bañito, regreso en un rato.

Me convertí en un lobo y en Kurogiri para hacer un portal e ir a mi habitación. Cuando llegué tome algo de ropa y fui al baño para ducharme, cuando salí me vestí y arreglé.

Al llegar a la sala, sorpresivamente estaban la Pussy Cats, pero vestidas como civiles.

—¿Gustan algo de tomar? —Pregunté.

—Oh, no se preocupen por nosotros, aún tenemos que visitar a la clase B. —Dijo Mandalay.

Atrás de ella estaba Kota, Deku fue rápidamente hacia él saludándolo.

—Hey enano, aún me debes una salida. —Le sonreí y se sonrojó.

—Como sea. —Dijo.

—Midoriya, mira. —Señaló hacia donde estaban los zapatos. —Los eligió él mismo, dijo que debían ser rojos.

Ahí donde señalaba, habían unos zapatos como los de Deku. El niño se alarmó gritando que se detuviera.

—Tienes un fan. —Le dije a Deku mientras golpeaba suavemente su brazo. —¿Y de mi no hay algo?

Hice un puchero y él negó avergonzado.

—Nunca hay nada para la pobre Wheein. —Suspiré yendome, pero el niño tomó mi brazo.

—Una salida. —Dijo sin mirarme.

—Que monada. —Sonreí tocando la punta de su nariz.

Me convertí en una versión pequeña de mi y comenzamos a jugar, aunque en un principio estaba reacio a hacerlo.

—Recibimos una noticia del Tártaro. —Dijo la rubia. —Siguen tratando de descubrir cuántos dones y de qué clase oculta All For One. Por ahora, la única forma de contenerlo es no dejarlo hacer nada.

—Entonces, ¿Por qué regresan ahora? —Preguntó Momo.

—Se anunciará más tarde, pero en la Hero Billboard Chart JP, llegamos al puesto 411 del segundo semestre. —Murmuró Mandalay.

—La última vez estaban en el lugar 32. —Dijo Deku pensativo.

—Ya veo, bajaron lugares. ¡Esfuercense! —Exclamó entusiasmado Kirishima.

—¡No, miau! —Exclamó la de cabello... ¿Verde, menta? —¿Por qué seguimos en los tres dígitos si no hemos trabajado?

—El índice de aprobación nos ayudó mucho. —Dijo el hombre.

—Aún hay gente esperándonos. —Murmuró la rubia.

—¡No podemos quedarnos quietos! —Exclamó la peliverde.

—¿Eso era? —Se preguntó Kirishima. —¡Que varoniles, Wild Wild Pussycats!

—Aguas con la hormiga. —Le dije a Kota aún jugando.

—¿Cuál hormi...? ¡No juegues así, creí que la había pisado! —Exclamó.

—Mira una moneda de tres pesos. —Señalé y ahí va el menso a ver el suelo. Comencé a carcajearme. —No existe una moneda de tres pesos, loser.

—¡Me caes mal! —Lloriqueó haciendo berrinche pero yo seguía riendo.

La verdad yo no entendía que chou con lo del Hero Billboard, pero al parecer era muy importante pues eso definía quién era el número uno y así.

Estábamos viendo desde la televisión, Momo me estaba ofreciendo un té cuando comenzaron a mencionar a los héroes desde el 10 al 1.

—¡Número cinco! ¡Una conejita decidida a ascender! ¡Rabbit hero: Mirko! —Escupí el té.

—¡No mames, la amo, soy su fans, ídola! ¿¡Por qué no la conocía!? ¡Mirko cásate conmigo! —Chillé corriendo hacia la televisión para abrazarla.

Cuando pasó el número cuatro recobre la compostura y fui a sentarme nuevamente junto a Bakugo.

—Perdón, me alteré un poquito. —Reí.

—¿Es neta? —Cuestionó shockeado Bakugo.

—No me vas a negar que es guapísima. —Le dije.

Él no dijo nada y simplemente pasó su brazo por mis hombros.

—¡Número dos! ¡Independiente pero feroz! ¡Llega al número dos como un vendaval! ¡Wing hero: Hawks!

—¡No mames que ese es Hawks! —Chillé. —¡Pude haber ido con él a las prácticas! ¡N...!

—Ya cállate. —Gruñó Bakugo tapándome la boca con dos panes.

Me levanté una vez que tragué los panes, y me dirigí a la cocina.

—¿Qué haces, Wheein? —Preguntó Momo.

—Uhmm, buscando. —Le dije revolviendo algunas cosas.

—¿Y qué buscas? Quizás pueda ayudarte. —Dijo amable.

—Busco mi heterosexualidad. —Le dije y ella se puso roja hasta las orejas. —No es cierto, busco unos cheetos que dejé por aquí.

—¿No son los que se está comiendo Kaminari? —Señaló al rubio que reía y compartía MIS cheetos con Mineta, Kirishima y Hanta.

—¡Kaminari hijo de tu mamá! —Exclamé. —¡Esos son mis cheetos!

—¡No sabía, lo siento! —Exclamó dándome la bolsa, cuando la tomé sólo quedaba el polvito.

—¡Te voy a matar! —Exclamé. —¡Es difícil conseguir eso desde México!

Comencé a estrangularlo, pero no fuerte como para llegar a matarlo, sólo era una finta. Pero el tipo se alarmó y activó su kosei en mi.

—¡Kaminari! ¡Hirai sueltalo! —Exclamó Jiro asustada.

—¡No.... puedoo!

—¡Rata eléctrica, desactiva tu don! —Exclamó Bakugo.

—¡No puedo tampoco! —Chilló.

No sé en qué momento, pero nos separamos, y cuando lo hicimos... Me sentía diferente.

—Ay mi cabecita. —Lloriqueé. Cuando volteé al frente, me asusté. —¿Kaminari?

Pero el chico no decía nada.

—¿¡Qué hiciste!?

BOSSA NO SÉ [BNHA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora