—¿En verdad te gusta el picante? —Lo miré sorprendida.
—Así es, lo dulce es para los bebés. —Viró los ojos bebiendo una leche de chocolate.
—Eres un bebé. —Reí y señalé la bebida.
—Pero de vez en cuando no pasa nada. —Sonrió encogiéndose de hombros.
—Te propongo algo, Kats, en México descubrieron un chile tan pero tan picoso que ni el más valiente mexicano pudo soportarlo, ¿Qué dices? ¿Te animas a comerlo?
—¿Qué ganaré si lo como?
—Bueno, si puedes aguantarlo, pideme lo que sea, yo lo haré. Y si no, te tocará estar una semana alegre con todos como si te agradaran.
—Tsk, bueno tabla, es un trato. —Me dijo sujetando mi mano.
—Hey, ¿Mitsuki y Masaru ya llegaron a tu casa?
—No lo sé y no me interesa, ¿por qué?
—Ah, es que quería ir un rato.
—Vamos, si no hablas en todo el camino te prepararé uno de esos panecillos que te gustan. —Me dijo mirándome de reojo.
—¿En seriooo? —Lo miré sorprendida y al final sonreí. —¿Te había dicho lo increíble que eres?
—Ya cállate y camina, o sino no habrá panes.
Cuando llegamos a su casa, no había nadie, así que él se pasó a la cocina. Lavó sus manos y tomó lo necesario.
—Me gusta verte preparar comida, es muy... relajante. —Le dije. —Te voy a contratar como mi chef personal, eh.
—Y yo te contrataré para ser mi sirvienta, cuando sea el héroe número uno.
—Oh eso es mejor, el héroe número uno será mi chef. —Suspiré mirándolo.
Él me dio una rápida mirada y luego volvió a lo suyo. Los mensajes sonaron en mi celular nuevamente, ya no había contestado pues porque se me hacía muy de mala educación estar hablando con alguien y no ponerle la adecuada atención. Que chismosa soné alch.
—¿No vas a contestar? —Preguntó fastidiado, siguió mezclando con fuerza.
—Nop, ahora estoy contigo. Puede esperar. —Murmuré echando mi cabello hacia atrás. —¿Puedo ayudarte?
—No necesito ayuda, tonta. —Gruñó.
No sé por qué pensé en hacer aquella cosa, pero, me armé de valor y me levanté de la silla para caminar hacia Bakugo.
—¿Qué quieres? —Bufó.
Pasé mis manos por su torso y lo abracé recargando mi mejilla en su espalda.
—¿Qué demonios haces? Aléjate.
—No quiero. —Puchereé a pesar de que no me viera. —Dejame estar así, Kats.
Lo escuché maldecir pero siguió haciendo lo suyo. Me transformé en un gatito bebé y me recosté en su hombro, cerré los ojos y me dormí.
•••
—Tonta, despierta ya. Los panecillos ya están. —Dijo Bakugo golpeando mi cabeza.
Me estiré aún en sus hombros y bostece.
—Estoy muy cómoda aquí, eres calientito. —Murmuré volviendo a acomodarme.
—No te atrevas a dormir de nuevo, maldita. No hice éstas mierdas a lo pendejo. —Me tomó de las patas jalandome hacia el frente, luego puso sus manos en mis axilas de gato y me miró.
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BOSSA NO SÉ [BNHA]
Fiksi PenggemarBy: @Moross_ «¿Por qué quieres romperme el corazón y amarme al mismo tiempo? Viniste del infierno y me hiciste perder la cabeza, ¿Qué hice para merecer esto? Me acabas de hacer pasar un mal rato. -Bossa no sé, Cuco.»