BOSSA NO SÉ [BNHA]

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—Que los primeros cien que aprobaron la primera prueba vean esto. —Dijo el tipo Mera.

En la pantalla se mostraba el campo y luego como lo destruían. Edificios, montañas, y todo lo demás explotó y cayó.

—La próxima prueba es la última. —Dijo. —Todos harán ejercicios de rescate, como transeúntes en una zona de desastres.

—Ahuevo, yo fui con Trece en mis prácticas. —Sonreí con emoción.

—¿Ya no estás molesta? —Cuestionó Todoroki.

—¡No me recuerdes! —Bramé cruzándome de brazos mientras hacía un puchero. —Perdon, no es nada contra ti, ¿va?

—¿Transantes? —Preguntaron Kaminari y Mineta.

— Transeúntes. —Corregí. —Son gente que estaban ahí por casualidad. Lo aprendimos en clases, babosos.

—Pueden referirse a ciudadanos ordinarios. —Comentó Yaoyorozu.

—Simon, también eso. —Asentí.

Básicamente rescatariamos a los civiles, de aquel desastre que hicieron con los edificios. Habían puesto gente y niños ahí también, que son básicamente actores profesionales en eso de los rescates.

Teníamos diez minutos de descanso, por lo que me puse a pensar en cómo rescatariamos a las personas.

—Bien, la cosa está así. —Dije llamando la atención de todos. —Ni de pedo me acerco a los niños, me desagradan, me encargo de los ancianos si quieren, pero los niños no.

—Si quieres ser heroína tienes que aprender a convivir con los niños, ellos serán tus mayores admiradores. —Me dijo Tsuyu.

—Ya, pero si están llorando no los toco. —Advertí caminando hacia la mesita con bebidas.

Tomé una botella y cuando me giré me encontré con el chico de antes, aún tenía la bandita en la cabeza.

—Hey hola. —Saludé abriendo la botella para darle un trago.

—Hirai, agradezco lo que hiciste hace unas horas. —Sonrió.

—Ah, no agradezcas. —Le reste importancia moviendo mi mano. —Había visto que te golpeaste duro la cabeza y luego te salió sangre, creo que hubiera sido la reacción de otros también.

—Te equivocas. —Dijo. —Nadie hubiera hecho lo que hiciste, y me hubieran dejado con la cabeza sangrando. Estoy en deuda contigo.

—Oye no, no fue nada en verdad. —Reí. —No tienes ninguna deuda conmigo, tranquilo. Todo está bien.

—Soy Inasa, por cierto. —Extendió su mano.

—Mi nombre ya lo conoces. —Reí aceptandola.

—Tu kosei es muy genial, ¿Podrías transformarte en mi?

—Si, seguro. —Asentí y me transformé en él.

—¡Eso es tan genial! —Exclamó. Volví a mi forma viendo como Bakugo se acercaba a mi.

—Vamonos, extra. —Gruñó Bakugo tomándome del traje.

—Te veo luego. —Inasa se despidió sacudiendo su mano.

—Hey, pero estábamos hablando. —Puchereé.

—Ya no más. —Gruñó.

Pero no fue suficiente, ya que todos los de la clase de Inasa vinieron hacia nosotros. Inasa me sonrió y yo levanté y baje la cabeza a modo de saludo.

Mina tocó mi cabeza, más específicamente en la zona de mis cuernos y sonrió.

—Somos gemelas. —Chilló señalando sus cuernos a lo que sonreí levemente.