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Todos corrían de ahí para allá, tratando de ayudar a los héroes heridos, llamando a todos los países para encontrar a los demás. Y a los que no habían logrado encontrar, solo les quedaba esperar a que Hirai pudiera despertar y traerlos de vuelta de dónde sea que los haya mandado.

Sobre Hirai, las cosas no habían sido muy buenas. Aunque ella se había salvado, realmente no había seguridad de que pudiera despertar. Al menos no hasta que su don deje de estar en hibernación, y solo entonces el hueco en su frente podría regenerarse.

Habían tenido muchos cuidados con Hirai al tener gran parte de su cerebro perforado, era limpiar la herida cada hora, cuidando que no se infectara o entonces todo se iría a la mierda.

La última vez que Hirai había entrado en hibernación, había durado poco, pero ahora llevaba una semana completa sin despertar.

Lo único bueno de ésto, era que aparentemente el Nomu había dejado a Hirai, quizás lo habían matado con las flechas, quién sabe que sucedió pero el Nomu se fue por completo.

—¿Cómo está? —Preguntó Mic con preocupación al ver qué Aizawa salía de la habitación.

—Sigue sin responder, espero que despierte pronto.

—Si no lo hace, aquellos héroes que mando a otras dimensiones podrán perder sus dones. —Habló una de las heroínas con rencor. —Tienen que hacer que despierte ya.

—¿Y como sugieres que lo hagamos? Hirai no despertara a menos que su don regrese de la hibernación.

—¡Pues no sé qué demonios deban hacer, pero hagan algo ya! —Exclamó un hombre cualquiera. —¡Mi esposa está desaparecida desde hace una semana! ¡Tienen que hacer algo, maldición!

Fue entonces que hubo un pequeño temblor en el edificio, y entonces una luz se hizo presente en la habitación en la que estaba Hirai. Una luz morada y rosada estaba ahí.

Pronto unos portales comenzaron a aparecer en el techo, piso, paredes, y de ahí salieron los héroes que tanto estaban buscando.

La luz se fue de la habitación, por lo que Aizawa corrió a la habitación para mirar a Hirai.

Ella aún estaba dormida, pero sus manos brillaban ligeramente. Su pulso estaba normal, no se había movido siquiera. Aunque las cintas que conectaban en su cintura estaban elevadas, pero de inmediato cayeron.

Una enfermera entró y Aizawa le pidió que mirara la herida en su frente, pero no había sanado para nada.

La enfermera limpió la herida como cada hora, y luego se fue.

°°°

En ese momento pero en otro lugar...

Ya habían pasado una semana desde lo ocurrido y Hirai no despertaba.

—Yo digo que Bakugo vaya y le de un besote, así como en las películas de princesas, quizás así despierten. —Le dijo burlón Kaminari.

—Deja de decir mierdas. —Bramó molesto.

—Ya, sin bromas, en serio extraño a Hirai. —Habló nostálgica Mina. —Me gustaba cuando se convertía en animales y me dejaba pintarle las garritas.

—A mí me daba mucha emoción cuando me pedía mascarillas, era como el único momento en que podía estar con mi amiga. —Murmuraba emocionado Aoyama.

—¿Te gustaba Hirai? —Cuestionó con asombro Jiro.

—No, no, es solo que... no lo sé, ella ha sido muy buena conmigo y me ha ayudado muchas veces aunque no lo crean, la considero algo así como mi mejor amiga, eso es todo. —Murmuró apenado ante todas las miradas.

BOSSA NO SÉ [BNHA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora