Recibir ayuda.

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Capitulo 4

La tensión en esa casa era la peor. Apesar de que no pasaron cosas graves como en anteriores incidentes, era el triple de incómodo. La convivencia en este lugar ya no fue la misma.

La desconfianza en Sunghoon se intensificó. Tenía miedo de que algo malo le pasara a sus hermanos ya sea por parte de Seungsik o de Hyeyeon. Así que por esta razón se vio en la necesidad de faltar al trabajo, e incluso faltó el lunes a clase. Su tía ya no lo regañó por la falta, de hecho casi no hablaba con Sunghoon. Solo le hablaba para hacerle saber unas cosas, por ejemplo que Seungsik no los quería ver sentados en la mesa cuando él esté comiendo, tendrían que comer antes o después de que su tío termine.

Hyeyeon se mantenía muy alejada de sus sobrinos. Incluso de su esposo. Y razones le sobran para estar distante con él.

Sunghoon trató que sus hermanos despejaran sus mentes de la fría realidad en la que viven. Se les podía ver con mucha ansiedad y tristes desde lo del viernes. En especial Yeoreum. Así que hizo todo lo que podía para crear juegos divertidos. Durante el fin de semana se la pasaron jugando en la habitación con hyung/oppa. Los juegos iban desde hacer que la muñeca desgastada de la niña tuviera una boda con el dinosaurio de Serim a interpretar a vaqueros del viejo oeste. Seungsik siempre los callaba pues le parecía fastidioso escuchar las risas y gritos de los hermanos Park. Pero ellos no cesaban. Fue hasta que Hyeyeon entró a la habitación para que hicieran caso.

Mientras las tardes eran risas alegres, las noches eran el tormento que no dejaba descansar a Sunghoon. No podía parar de pensar en alguna manera de salir de aquí lo más pronto posible. Estaba desesperado. Quiere huir pero no tiene el dinero suficiente para darle una vida decente a sus hermanos. Pero si continúa aquí, sabe bien que algo grave podría pasar. Y aunque no sucediera, se ve que el ambiente está siendo demasiado pesado para los nenes de 6 años.

Fue así que, ante la desesperación, llegaron a su mente ideas inmoralmente incorrectas para hacer dinero. Algo que no afectará tanto su integridad física ni involucre a sus hermanos. Sunghoon tenía una opción: robar.

Sunghoon estaba perdiendo la cabeza. Así de enorme es su desespero de huir antes de marzo (o mínimo, en esas fechas).

Durante el transcurso de la semana, Sunghoon pensaba en cómo hacer eso. Mientras los abusos de ese trío continuaban (burlándose cuando lo veían y golpeándolo después de clase) él llegaba a casa para cuidar a sus hermanos. Siempre les preguntaba si algo les habían hecho pero ellos respondían que no. Era la verdad, nada malo les había pasado. Al finalizar de cenar con sus bebés, Sunghoon se iba a la habitación fingiendo que hacía la tarea pero en realidad estaba pensando en a quién robar. Era demasiado complicado para él imaginar cómo hacer esto sin ser descubierto. Es un inexperto en el robo, pero esto le parecía más fácil y menos riesgoso que ofrecerse con alguien o hacer algo más grave para conseguir dinero rápido.

Debería robarle a alguien cercano el cual no se de cuenta fácilmente del atraco. Obvio no se iría a asaltar un banco o algún transeúnte, tenía que hacer algo más seguro y sencillo.

Sunghoon llegó a la conclusión de que a quien debe robarle es a su jefe. El señor que se encarga de darles las cajas de volantes y repartirlos en los puntos clave. Ese señor al que le tiene algo de confianza. Una persona tan descuidada que nunca se daría cuenta del atraco.

Era fácil para él robarle a tal persona bonachona. Sin remordimientos, ¿verdad?

Sonaba muy fácil en su mente, pero en el momento fue complicado. Aquel sábado en la mañana, el señor trajo a todos los jóvenes que le ayudan al clásico mercado al que suelen ir. El regordete hombre hablaba alegremente con los chicos (que poca atención le ponían). Dando cátedra de algunos versículos bíblicos que conoce a la perfección, pues es una persona muy religiosa. Le gustaba darle consejos con base en la palabra de Dios, pero ninguno de ellos lo apreciaba. Sunghoon lo hacía un poco, pero no lo suficientemente. En realidad, todos le ponían atención cuando les convenía. Por ejemplo, en ese momento en que después de un sermón del trabajo duro, el señor Jung les invitó unas bebidas calientes para este frío clima de octubre.

Te Protegeré (Guard You) | HEEHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora