Eres libre.

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Capítulo 8

Desde que aceptó la ayuda de Kim Seungsik, los preparativos para irse de esa casa han avanzado de manera significativa. Su tía se ha visto más dispuesta en ayudarle con las cosas, pues Seungsik solo soltaría el dinero que necesite.

Hyeyeon ayudó a Sunghoon en encontrar tiendas de segunda mano para poder comprar unos muebles económicos y en buen estado. Le estaba dando consejos sobre qué hacer para ahorrar recursos en el hogar, y le recomendaba productos baratos que lo ayudarían en el cuidado de la casa. Otra cosa que hizo fue ir hablando con la encargada de servicio social respecto al cambio de tutor. Ya que ahora Sunghoon sería el responsable legal de sus hermanos y se debía notificar eso para evitar algún problema. También fue la encargada del proceso de inscripción de Yeoreum y Serim al colegio cercano de la nueva casa en la que vivirán.

Una semana después de ir comprando esos muebles e irlos dejando en la habitación de los hermanos (o al menos los que se pudieran dejar ahí), fueron a visitar la casa de los Park. Debían cerciorarse del estado de la vivienda y cómo estaba la situación en los suburbios.

Seungsik y Hyeyeon condujeron hasta esa casa, llevando a un Park Sunghoon que se sentía ansioso. Habían pasado seis años desde que dejó ese lugar. Tenía dudas sobre cómo lucían las cosas ahí pero también se encontraba emocionado al regresar al lugar donde fue feliz. En un contexto de vida diferente.

Mientras conducían, Sunghoon veía atento sus alrededores. Aquellas calles que reconocía, todos los lugares que formaron parte de su infancia. Pues había vivido ahí por trece años, hasta que sucedió el fallecimiento de sus padres. Lo que le impresionaba era que las cosas se mantenían casi igual a como las recordaba. Ese sentimiento de nostalgia era enorme.

Entraron a la calle donde estaba la casa. Sunghoon sintió el nerviosismo invadirlo desde el estómago. Eran metros de distancia y estaba temeroso respecto al estado de la vivienda. Deseaba que las condiciones no fueran precarias o al menos tuvieran arreglo. O que el hogar no fuera invadido. Pues ha estado seis años en abandono.

Finalmente estaban ahí. El automóvil de Seungsik se detuvo en frente de la casa. Marcaba el número 306 en el exterior. En una pequeña área que era un tipo de patio, estaba repleto de tierra y las macetas que se habían quedado ahí contaban con plantas marchitas. También las paredes blancas fuera de la casa se veían terrosas y desgastadas. De tal modo que ya no era un blanco puro.

Al estacionarse se bajaron con intenciones de entrar al lugar. Hyeyeon ya tenía las llaves a la mano. Rápidamente abrió el portón oscuro sin problemas. Impresionandose con el hecho de que la casa no fue invadida por alguna otra persona. La segunda puerta fue abierta con facilidad y fueron entrando de uno en uno a la casa.

Se encontraron con una gran sala casi vacía. Se mantenían ahí tres muebles a lo mucho, y un sillón muy viejo. Todo estaba cubierto de polvo y los olores encerrados eran poco gratos. Sunghoon se fue adentrando más para inspeccionar la casa, mientras su tía estornudaba en cada oportunidad. Primero se fue al área de la cocina. Lo único que había ahí (además del polvo) era una cocineta de madera, con bastantes telarañas a su alrededor. Al ver eso sintió una comezón.

Regresó a la sala al escuchar un grito de su tía. Al ver lo que pasaba se encontró con la desagradable imagen de varias cucarachas subiendo al techo desde la pared. Eso pasó ya que Hyeyeon había movido un mueble y eso puso en alerta a los insectos.

—¡Que asco, que asco, que asco! —lloriqueó la mujer alejándose del mueble y la pared con cucarachas. Seungsik veía inmutado la escena desde la entrada de la casa mientras Sunghoon tenía el mismo sentimiento de desagrado al ver esas cosas.

Te Protegeré (Guard You) | HEEHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora