Hold up, hold on don't be scared you'll never change what's been and gone. May your smile, shine on don't be scared your destiny may keep you warm. —
Lo primero que se le vino a la mente a Valentina esa mañana, fue una linda omega de una linda sonrisa con hoyuelos, dueña de un aroma a tierra húmeda en un día soleado, junto con su pequeño hijo internado bajo su cargo.
La guardia por suerte fue tranquila, y a medianoche tuvo la oportunidad de dormir mientras no hubo ninguna emergencia que requiera de su presencia. Las enfermeras sabían que debían despertarla si algo sucedía con cualquiera de sus pacientes, pero eso no paso así que era un indicador de que todo seguía igual que el día anterior.
Para poder existir, primero necesitaba un café bastante cargado así que eso fue lo que hizo en la pequeña cocina para el personal de ese piso. Desayunó antes de poder empezar con sus rondas, y mucho antes de poder volver a su departamento antes del almuerzo dónde cumplía 24hs de servicio de corrido.
En todo momento, el pensamiento sobre Juliana no abandonó su mente. Intentaba, pero no podía dejarla ir, e internamente estaba deseando volver a verla, aunque sea solo un momento. Algo dentro de ella hizo conexión cuando la vio, y no sabía bien que era. O quizás sí, era su alfa interna aullando por volver a ver a la bella omega y se estaba desesperando por ello, aunque no podría hacer nada más que verla un momento, y lamentablemente dejarla ir... porque ella es el médico de su hijo y Juliana ciertamente no es su omega, y quizás solo quizás le haya dolido el pecho al pensar eso.
El camino al laboratorio fue rápido, buscó todos los informes que tenía en ese momento y luego empezaría la ronda matutina, aunque lo primero que hizo fue buscar los resultados de los estudios de Lorenzo, y mientras iba leyendo se topó con Lena, su amiga incondicional desde la universidad.
—Hey, Vale —la saludó, y Valentina levantó la visión. Notó que Lena tenía ojeras, y sonaba bastante cansada. Aunque estaba casi segura de que también tenía esas ojeras, las últimas noches no habían sido buenas para ella.
—¿Una noche complicada, Le? —Lena sonrió, y asintió con la cabeza.
—Increíble, la sala de urgencias literalmente se incendió cerca de medianoche, cuando la ambulancia llegó con pacientes provenientes de un incendio, no dábamos a basto. —Recordó la difícil noche que había tenido.
—Lamento oír eso, ¿queda mucho el fin de turno? —preguntó la alfa.
Lena negó.
—Estoy de salida, Vale —le contó, mientras caminaban hacia la oficina de Lena. —Creo que voy a dormir tres días de corrido cuando llegue a casa.
—Si Kara y los niños te dejan —rio, y Lena suavizó la mirada ante la mención de sus hijos.
—Calla, que la estúpida de Kara está expulsada de mi cama por una semana —negó, todavía algo enojada con su esposa.
—¿Sigues enojada por la broma? —Se sorprendió la alfa.
—¿¡Y cómo no!? ¡Me hizo creer que había muerto, incluso llegó una corona a su nombre! La odio —bramó la omega de ojos grises, llena de cólera.
—No la odias, Le. Es tu esposa, y además era día de los inocentes. Todos los años te gasta una broma pesada —Valentina le recordó, sonriendo a su amiga.
Kara, la alfa de Lena, era de gastar bromas pesadas a su omega. Valentina cree que la pelinegra debería estar acostumbrada a las bromas de su esposa después de tantos años.
—No me importa, es una idiota. Por suerte apareció tras del chico de la corona, solo tuve tiempo de golpearla duro en la cabeza antes de que se muriese de risa. Igual, esta noche seguro la dejo volver, extraño dormir con ella. Sólo por eso, y porque hace frío.
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𝐀 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚𝐬 𝐁𝐚𝐛𝐲; 𝐉𝐲𝐕
RomanceEn la pirámide de una sociedad sexista, los omegas son el último escalafón de la cadena. La sociedad religiosa de Doncaster pondera el alfa y omega bien casados y marcados, donde no hay lugar para la inmoralidad. La alfa Valentina Carvajal, médica p...