Maybe I will never be all the things that I wanna be, now is not the time to cry now's the time to find out why.—
Hacía tres días que el pretexto de la tormenta se había acabado, y tanto ella como Lorenzo seguían en la casa de Valentina ya que la alfa logró convencerla de quedarse un par de días, es por eso que Juliana decidió que el día siguiente sería el último en la casa de la alfa, por más que no fuera eso lo que su corazón deseara.
Pensó en los últimos días, y como parecía vivir y disfrutar de esa realidad que habitaban, pero la omega no era tonta. Esa no era su realidad, ellos estaban de prestado ahí y eso estaba bien, porque así era la vida.
Pero por supuesto, no puede negar que los días en la casa de Valentina fueron, lejos, los mejores del último año. Y es que la alfa es simplemente maravillosa, es amable y cuidadosa, tanto que a veces Juliana tiene ganas de llorar, porque nunca nadie antes le había tratado de esa manera tan delicada, tan cuidadosa. Tan amorosa, y ella no se merece eso.
No merece ser amada por nadie.
¿Será eso lo que se siente que alguien te quiera? Ese algo que se mueve dentro suyo, lo que sintió cuando Valentina los despertó a ambos, madre e hijo, para un desayuno, lleno de tes y cafés, muffins y tortas de limón. Dónde comieron hasta que les dolió el estómago, y lo mismo paso el siguiente, y el día de hoy tan solo no había sucedido porque Valentina tenía que ir al consultorio.
O cuando les preguntaba que deseaban cenar, o cuando se ofrecía a jugar con Lorenzo y ella, como si fueran una familia real.
Valentina iba al consultorio desde la mañana a la tarde, le explicó que así se manejaban en el hospital, y había insistido en que confiaba completamente como para dejarlos solos en su apartamento hasta que volviera, cosa que sucedería en cualquier momento.
La alfa genuinamente disfrutaba jugar con Lorenzo en sus momentos libres, y claramente Lorenzo le había tomado bastante cariño y es por eso que Juliana tomó la decisión de irse, porque claro... su pequeño bebé iba a llegar a amar a Valentina, y eso estaba muy mal ¿Por qué? Simple, ellos no pertenecían con ella. Estaban de paso, y sabía que llegaría un momento en que Lorenzo se va a apegar demasiado a la alfa, lo conoce mucho.
Y quiere evitarle ese sufrimiento, porque tarde o temprano Valentina le pediría que se fueran, o quizás porque era demasiado educada y bondadosa no, pero ciertamente se cansaría de cargar con una omega y un cachorro que no son suyos, y también se trata de evitar sufrir por qué a quien va engañar, más de una vez se pintó teniendo una vida con Valentina, en ese lugar, siendo al fin felices, quizás con otro cachorro de la alfa y una marca en su cuello, pero eso no iba a pasar.
Nunca.
De alguna forma u otra, siempre Juliana termina abandonada por la gente que quiere, Luke primero y luego sus padres, y no quería que Valentina se convirtiera también en una de ellos, quería guardar en su memoria la suave y profunda sonrisa de la alfa, y sus ojos azules, también así su voz, quizás guardar estos recuerdos para cuando este ahí afuera y eso logre calentarle un poco el alma, sabiendo que hay gente realmente buena en el mundo.
—Lorenzo, es hora de tu medicamento amor —Lorenzo llegó corriendo desde la habitación de huéspedes, la cual había sido suya esos días.
Se sentó a su lado en la mesa, y Juliana le sirvió un vaso de leche para acompañar al medicamento, así como un budín de banana que Valentina compro para ellos.
—Mami, feo — hizo una mala cara, negando con la cabeza.
—Ya sé amor, pero es el último. Mañana iremos al hospital a que te revisen, pero Valentina dice que ya casi estás curado —le dijo, alegre.
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𝐀 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚𝐬 𝐁𝐚𝐛𝐲; 𝐉𝐲𝐕
RomanceEn la pirámide de una sociedad sexista, los omegas son el último escalafón de la cadena. La sociedad religiosa de Doncaster pondera el alfa y omega bien casados y marcados, donde no hay lugar para la inmoralidad. La alfa Valentina Carvajal, médica p...