Capítulo 9.

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There's a light that shines on shines on me and it keeps me warm. It gimme peace I must say I can't sleep 'cause the world won't wait. —

Valentina se encontraba despierta hacía ya un buen par de minutos, pero no había hecho ningún movimiento para no despertar a Juliana quien se encontraba durmiendo pacíficamente sobre su pecho, su suave respiración golpeando su pecho desnudo. Su omega lucía radiante con la luz del sol pegando en su rostro.

Su omega.

Aún no puede creer que esto esté tan cerca de ser real, que ya se siente así. La pasada noche parece irreal, nunca había pensado que tan intensidad de emociones y sensaciones era posible pero así era. Las cosas que Juliana le dijo tenían mucho significado para ella, que confiara no solo con su historia sino con Lorenzo que era la vida entera de la alfa.

Aspiró su familiar aroma, haciendo que su alfa interna se mueva y estire en su interior, satisfecha de tenerla entre sus brazos.

Todo era perfecto.

Levantó la mirada cuando oyó antes de ver un par de pequeños pies corriendo en dirección a su habitación y por supuesto que sonrió cuando la pequeña figura revoltosa de Lorenzo apreció por la puerta, corriendo a toda la velocidad que sus piernitas le permitían.

—¡Mami! —Gritó, chocando contra el borde de la cama hacia la que Juliana se encontraba dando la espalda.

Juliana abre de repente los ojos, más bonitos que Valentina jamás vio, y hace todo lo posible para no reírse ante la cara de pánico que se pintó en su rostro cuando Lorenzo, muy hábilmente, se encuentra trepando hacia su madre.

—Mami, mami, mami —recita el pequeño.

Juliana intenta taparse instintivamente, cuando Valentina se apiada de la pobre omega.

—Tranquila, tienes ropa puesta —y es cierto porque se da cuenta de que trae puesto camisa holgada de pijama.

Dios bendiga a Valentina por haberlo vestida.

Entonces Juliana sonríe, y en un movimiento ayuda a Lorenzo a ubicarse en medio de ambos cuerpos.

—Ben' día mami —ríe histérico el pequeño, ahora atrapado entre Valentina y Juliana. —Ben' día Val-entina.

—Buen día, cachorro —se acerca y le planta un beso en el cachete al tiempo que Juliana hace lo mismo.

—Buen día para mis bonitos chicos —murmura Juliana, acomodando su cuerpo en el pequeño espacio.

—¡Mami, feli' cumpeaño'!

—Oh, gracias mi pequeño cachorro —corresponde la omega, acaricia la pequeña barriga de Lorenzo.

Valentina hace lo mismo, y se acomoda de costado así su mano sostiene su cabeza y una mano la coloca sobre la de Juliana en la barriga del pequeño.

—¿Tienen hambre? Podemos ir a desayunar a ese lugar que tanto te ha gustado el otro día Lorenzo, ¿que dicen?

Los ojitos de Lorenzo se vuelven grandes y brillantes, al recordar ese lugar lleno de juegos que tanto le había gustado el otro día.

—Si, mamii, vamos —demanda el pequeño.

Juliana se ríe, tomando el rostro de su hijo con su mano y llenando sus cachetes y frentes y ojos de todos los besos posibles que caben en pocos segundos.

—Está bien, iremos. Ve y busca la ropa que quieres ponerte, amor.

Por supuesto que sabe que Lorenzo hará un desastre con ellas y no elegirá nada acorde, pero no importa.

𝐀 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚𝐬 𝐁𝐚𝐛𝐲; 𝐉𝐲𝐕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora