Sus pasos resonaron como tambores en la guerra a medida que se desplazaba por los pasillos, hasta las escaleras para el primer piso y salir por la puerta principal. Quizás algo más sensato hubiese sido preguntarle a Jackson dónde quedaban las caballerizas, considerando que la propiedad era sumamente grande. Afuera sus ojos se toparon con la hierba, los árboles y el radiante sol mañanero, pero buscaba las caballerizas, y sus ojos se movieron alrededor buscando el lugar.Escuchó un relinchido a lo lejos, y ahí divisó los establos. Corrió tan rápido como sus cansadas piernas le permitían, con la respiración agitada y el sudor recorriéndole la frente. Entró.
-Tae -llamó.
El joven abogado estaba acariciando la cabeza de su caballo, peinando la crin del animal. Jungkook estaba a sólo un par de metros, y claramente Taehyung lo escuchó, su voz lo crispó. El doncel se dio vuelta a verlo, nervioso de encontrarse nuevamente con esos ojos aceituna que lo llevarían al abismo.
-Tienes que escucharme.
-... Creí que mi padre te sacó de aquí -masculló el joven.
-Él hizo lo que tú no quieres, escucharme, y me creyó.
-Mi padre fue un insensato, entonces.
-Taehyung -gruñó.
El joven resopló y volvió a montar sobre el caballo dispuesto a alejarse tanto como pudiera del oficial. Le dio una advertencia antes de irse:
-La última vez que nos vimos te apunté con un arma, deja de ser un tonto temerario y vete porque ahora podría presionar el gatillo.
-¿Matarías al padre de tu hijo? -bramó Jeon enseñándole el arrugado papel que encontró en el departamento del doncel.
Taehyung entreabrió los labios sorprendido e inmediatamente apartó el rostro. Con sus pies golpeó el torso del animal y este salió corriendo de las caballerizas. Pero esta vez, Jungkook no le permitiría huir, ya estaba bastante cansado de esa rutina en la cayeron una vez que comenzaron a pelear. Uno de los mozos en los establos tenía a un caballo ensillado y listo, Jungkook recordó que era el caballo que montaba Jackson cuando lo vio en el portón.
Impulsivamente montó al animal, agradeciendo que el animal fuera tan manso como su amo no lo era. Así persiguió a Taehyung por el campo hasta lo que le parecieron los límites de la propiedad.
"Si quieres dejarme, antes deberás escucharme, princesa".
Cuando el caballo que montaba el policía logró alcanzar a Taehyung, Jungkook supo que era el momento de poner fin a ese absurdo juego del gato y el ratón. Tomó las riendas del caballo de Taehyung y tiró de ellas para que el animal se detuviera.
-Vas a escucharme, Taehyung, y si después aún quieres actuar como un niño malcriado, entonces te dejaré hacerlo -masculló Jungkook, molesto por la actitud ajena.
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Pasión en la Mira •• KookTae••
Teen FictionEn medio de una cama, con las manos esposadas y la boca amordazada, Taehyung esperaba que el glorioso semental frente a él arremetiese contra su débil cuerpo. Con las piernas abiertas, en una singular invitación, ansiando que aquel hombre, JungKook...