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Era casi la hora, cerca de las once y media de esa noche de sábado, y los escuadrones estaban listos para partir a Incheon, los únicos que no estaban preparados para esa operación eran Yoongi y Jungkook

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Era casi la hora, cerca de las once y media de esa noche de sábado, y los escuadrones estaban listos para partir a Incheon, los únicos que no estaban preparados para esa operación eran Yoongi y Jungkook. 

La verdad era que ni Jimin siquiera quiso escuchar a su pareja cuando se enteró de lo que pretendían hacer. Claro, la decepción y el disgusto era poderosos. 

-Todo listo para irnos, Comandante. 

Pero Jungkook no quería ir a ningún lado y por primera vez maldijo haber escogido ser policía. Quizás como mendigo le hubiese ido mejor. Sin embargo, no podía cambiar eso. Su vida, en ese punto, ya estaba hecha y le gustase o no ahora debía cumplir una obligación.

"Lo que hago es por ti, para no tener que empujarte dentro de una celda que te mantendrá cautivo por el resto de tu vida", pensó Jungkook.

"Prefiero hacer esto y que me odies, antes de tener que yo mismo encerrarte ahí. Así que hazlo, ódiame, pero yo nunca dejaré de amarte". 

Se montaron en las camionetas de la policía y partieron, iban con la sirena en silencio para no llamar la atención de nadie.

Jungkook se tomó su tiempo para recriminarse por todo y nada, analizando aquellas últimas conversaciones con Taehyung que se transformaron en peleas y dieron fin a su relación. Por un segundo quiso saltar de la camioneta y salir corriendo. 

Cobarde.

Aunque quizás no era una idea tan descabellada si piensas que capturarías a tus ex suegros. Si en algún momento temió ser objetivo de la mafia ahora esa pesadilla se volvía realidad. 

Tal vez ya los estaban esperando.

Jungkook podía apostar su vida a que Taehyung alertó a toda la mafia sobre su ataque ya no tan sorpresa. Eso lo complicaba todo, y se preguntó si trajo hombres suficientes para una batalla semejante. 

"El ejército hubiese sido lo apropiado", se dijo. 

Y en medio de una batalla así, se cuestionó seriamente si saldría vivo o no. Esperaba que sí, así podría buscar a su pequeña princesa... "Una segunda oportunidad, sólo eso necesito". 

Con la luna brillando poderosa sobre el firmamento, los oficiales divisaron las bodegas del puerto. Aparcaron lejos, y desmontaron, listos para lo que les esperaba. 

Jungkook iba al frente y Yoongi lo seguía a sólo unos pasos más atrás. Silenciosos cual gatos acechando a su presa, llegaron hasta la bodega número treinta y cinco.

Un trémulo mutismo abundaba en el lugar, y sus oídos dolieron por ello. 

Algo que no le gustó en absoluto era ese inquietante silencio. ¿Debía ser así? No, en absoluto. Y eso le dijo al Comandante que algo muy malo los esperaba dentro.

Pasión en la Mira •• KookTae••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora