capítulo 22

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4 Meses después...

Dentro de todo el tiempo transcurrido tay continuó con su terapia al pie de la letra, habiendo días en los cuales la frustración le ganaba y otros en los que simplemente sentía que podía echarse a correr en cualquier momento; logrando su tan ansiado objetivo tiempo después para orgullo y alivio de todos.

Sentado frente al ordenador y por primera vez en muchos meses se dedicó a buscar lo de su accidente, haciendo que un escalofrío no muy agradable recorriera su espalda cuando reparó en las condiciones que había quedado su jeep, el cual nunca más volvió a ver por su puesto. Soltó un suspiro con pesadez cuando terminó de leer el artículo, sintiéndose repentinamente indefenso, a tal punto de que incluso bajó la pestaña y se mordió el labio inferior angustiado, porque ¿qué habría pasado si no hubiera salido con vida? ¿cómo estarían new y su hijo? ¿aun sufrirían? ... aquellas eran muchas preguntas que a decir verdad no tenía cómo responder, y afortunado era de no saberlo, claro está.

Tan sumido en sus cavilaciones estaba que no notó cuando dejó de hallarse solo, de hecho no advirtió la presencia de new a su lado sino hasta cuando éste se posó tras él y pasó los brazos sobre sus hombros abrazándolo cálidamente.

-No es bueno que veas eso. - Murmuró el menor con el rostro pegado en el cuello de su pareja, tay acarició sus brazos he hizo que el chef terminara sentado sobre sus piernas, siendo él quien ahora apoyara el rostro en el pecho ajeno al tiempo en que rodeaba su cintura, recibiendo gustoso las caricias que eran proporcionadas a su cabello y cuello despreocupadamente.

-Necesitaba hacerlo, tengo derecho a saber a qué sobreviví ¿no? - Soltó con ironía, sonriendo ambos no muy cómodos por el contexto de aquello.

-Parece mentira.. - Murmuró new, tay lo miró y sonrió débil. - Enserio pensé que te perdería. - Confesó acongojado, y es que desde que el pelinegro había salido del hospital que el tema había sido tabú entre ellos, tal vez por el simple hecho de que ambos no se sentían listos para indagar más allá y enfrentarse a sus miedos más recónditos.

-Lo sé, en un momento supongo que yo tampoco pensé que lo lograría. -Suspiró. - Más afortunadamente gunnie llegó en el momento preciso para asegurarme de dejarlos en buenas manos. - Sonrió con nostalgia.

-¿Recuerdas lo que ocurrió? - Preguntó el moreno con tacto, tay hizo una mueca.

-No mucho la verdad, pero algo que tengo patente es cuando le dije a gunnie que si no sobrevivía procurara cuidar de ustedes tal como yo lo hice con él y chim en su tiempo. - Dijo casi con un hilo de voz. - Luego de eso todo se volvió negro y lo único que pude escuchar eran voces, voces y más voces que no reconocía. Eso, hasta que tu comenzaste a frecuentarme en el hospital haciendo que me aferre cada vez más a la vida; gracias a ti, a tu fe, tu constancia y esa hermosa grabación con la risita de nuestro hijo estoy aquí con ustedes. - Concluyó, abrazándose más a new.

-Sin duda eres un hombre fuerte mi amor. - Musitó el chef entre lágrimas sin dejar de acariciar el cabello de su novio. - Yo sólo hice lo que toda persona enamorada y con fe haría. - Agregó, tomando el rostro ajeno entre sus manos, notando detrás de aquellas orbes rojizas por el llanto la mirada de la cual se había enamorado hacía un par de años atrás. - Te amo tay, enserio no me imagino una vida sin ti, y por favor, no vuelvas a hacerme pasar un susto de esa magnitud, tonto! - Concluyó con cierto tono juguetón al final que ayudó a contrarrestar la amargura de la situación, ambos se fundieron en un beso y luego un prolongado abrazo, más ahora con una sonrisa dibujada en sus rostros.

-Yo también lo amo jefecito. - Bromeó tay, ganándose un no muy gentil zape en su cabeza.

El momento fue interrumpido por el abrir de la puerta, ambos volvieron la mirada hacia la situación y vieron como un sonriente morenito gateaba hacia ellos, más en un momento determinado se detuvo y con ayuda de pies y manos logró levantarse hasta quedar sobre sus dos piececitos, comenzando así a dar cortos pasos que al final lo llevaron hacia sus atónitos y orgullosos padres.

Ahora es mi turno de hacerlo por tí •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora