capítulo 8.

157 27 1
                                    

El tiempo continuó pasado y al parecer el tener a un bebé de ahora cuatro meses, un departamento a su cargo y todo lo que ambas cosas conllevaban comenzaba a pasarle la cuenta a new. El chef ésas últimas semanas había cambiado un tanto su actitud, eso había advertido tay cuando incluso-como muchas otras veces- el moreno lo evadió en la cama.

🍓-Flash back-🍓

-¿Qué pasa? - Preguntó tay mientras sentía como su pareja alejaba las manos de su cintura.

-Nada tay.. sólo quiero dormir.- Respondió o más bien masculló new mientras se acomodaba en la cama.

-Pero amor.. - Insistió el mayor ahora besando el cuello del chef.-..aunque sea un rapidito.. -

-No tay, estoy cansado.. -

-Pero new... -

-¡Te dije que no! ¡Entiende por Dios! - Exclamó, levantándose de golpe malhumorado porque debido al tono alto de su voz había despertado al bebé.

-¡¿Se puede saber qué demonios te pasa?! - Vociferó sentándose en la cama.

-Deja de gritar, estás empeorando las cosas. - Señaló mientras intentaba calmar al pequeño nanon.

-¡Claro! ¡Linda la tontera! Tú puedes hacer todo el revuelo que quieras y ¿yo me tengo que quedar callado?! -

-Baja el tono.. - Sugirió.

-¡No quiero! ¿Y sabes qué? ¡Me largo! ¡Ya no soporto tu puta actitud! - Dicho esto se despojó de las mantas y tras ponerse algo de ropa tomó las llaves y salió del departamento dando un fuerte portazo.

🍓-Fin Flash back-🍓

Aquello había pasado hacía un par de horas atrás y ahora mismo se encontraba deambulando sobre su auto por las concurridas calles de Tokio. No sabía qué hacer, new de la noche a la mañana había cambiado tanto y a decir verdad hasta le hastiaba un poco estar en casa las últimas semanas; sabía que el hecho de tener un bebé y estar en el departamento las veinticuatro horas del día traería consigo una serie de cambios pero ¿a tal punto?

O sea, él también tenía sus dilemas en el trabajo y la verdad es que necesitaba a su novio tanto o de igual manera que su pequeño hijo, y a decir verdad de un tiempo a esta parte no pasaban más allá de un casto beso en los labios cuando llegaba y si acaso uno de los mismos al momento de dormir. En las mañanas era relativo, puesto que habían veces en las cuales salía antes de poder siquiera ver los ojos abiertos del chef. La rutina con la que tanto luchó alguna vez irremediablemente se estaba apoderando de su día a día.

¿Cuándo las cosas se habían tornado de este modo?

Se detuvo en una luz roja y, mientras veía aquel resplandor, intentaba buscar alguna forma de distraer su mente.

Estaba molesto con new, sí, pero también estaba molesto consigo mismo por no saber cómo manejar la situación y salir prácticamente huyendo. ¿Acaso de eso se trataban todas las promesas que alguna vez le hizo a su novio? Si fuera así entonces él valía la nada misma.

¿Qué hacer?

¿A quién acudir?

Ni gun ni off eran una opción vigente por razones obvias, o sea, si el pelinegro se enteraba de tamaña riña el pobre de tay no tendría más que contar, y bueno, su querido amigo gun tampoco era una opción puesto que de un tiempo a esta parte se había sumido en entender y aconsejar tanto a new que no le sorprendería también terminar recibiendo un buen golpe en los bajos de su parte por ser tan idiota.

Ahora es mi turno de hacerlo por tí •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora